El estudiante Ming-Zher Poh ha creado una nueva forma de medir el pulso con ayuda de un espejo, una webcam y algo de software. El truco está en que el invento es capaz de controlar los cambios que se producen en el rostro humano a causa de la presión arterial, mostrando los resultados sobre la superficie del espejo con una exactitud asombrosa. Por ahora este curioso dispositivo sigue estando en la categoría de concepto, pero se supone que la idea es implantarlo en los quirófanos y habitaciones de hospital del mañana -librándonos así a pacientes y familiares de los molestos pitidos de un monitor tradicional.
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