martes, 12 de abril de 2011

Las empresas esperan poder 'programar' Internet


Por Kate Greene

La mayoría de las redes de datos podrían ser más rápidas, más eficientes y más seguras. Sin embargo el hardware de red—conmutadores, routers y otros dispositivos—está esencialmente bloqueado, es decir, los operadores de red no pueden cambiar la manera en que funcionan. Un software llamado OpenFlow, desarrollado en la Universidad de Stanford y la Universidad de California, en Berkeley, ha abierto un poco el hardware de red, permitiendo a los investigadores reprogramar los dispositivos para realizar nuevos trucos.

En la actualidad, 23 empresas, incluyendo a Google, Facebook, Cisco y Verizon, han formado la Open Networking Foundation (ONF), con la intención de hacer que las redes abiertas y programables pasen a un primer plano. La fundación tiene por objeto colocar el software OpenFlow y otros programas similares en cada vez más hardware, establecer normas que permitan a los diferentes dispositivos comunicarse, y dejar que los programadores escriban software para redes como lo harían para ordenadores o teléfonos inteligentes.

"Creo que esto es una verdadera oportunidad para llevar Internet a un nuevo nivel donde las aplicaciones se conecten directamente a la red", señala Paul McNab, vicepresidente del centro de conmutación de datos y servicios de Cisco.

Las redes de ordenadores no son tan tangibles como los teléfonos u ordenadores, pero son cruciales: la televisión por cable, el Wi-Fi, los teléfonos móviles, el alojamiento en Internet, las búsquedas web, el correo electrónico corporativo, y la banca se basan en el buen funcionamiento de dichas redes. Las aplicaciones que se ejecutan en el tipo de redes programables que prevé la ONF podrían ofrecer vídeo de alta definición mucho mejor, ofrecer un servicio de telefonía móvil más fiable, reducir el consumo de energía en los centros de datos, o incluso eliminar virus en ordenadores de forma remota.

El problema de las redes hoy día, explica Nick McKeown, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias informáticas en Stanford que ayudó a desarrollar OpenFlow, es que los datos fluyen de forma ineficiente a través de ellas. A medida que los datos viajan a través de una red estándar, su trayectoria está determinada por los conmutadores por los que pasan, afirma McKeown. "Es un poco como un sistema de navegación [en un coche], tratando de averiguar cómo se presenta el mapa al mismo tiempo que está tratando de encontrar las direcciones", explica McKeown.

Con una red programable, afirma, el software puede recopilar información acerca de la red en su conjunto, por lo que los datos viajan de manera más eficiente. Una visión más completa de una red, explica Scott Shenker, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias informáticas en la Universidad de California, en Berkeley, es el producto de dos cosas: la primera es el firmware OpenFlow (un software incorporado en el hardware) que usa los conmutadores y routers para leer el estado del hardware y dirigir el tráfico, y el segundo es un sistema operativo de red que cree un mapa de la red y elija la ruta más eficiente.

OpenFlow y un sistema operativo de red "ofrecen una visión coherente de la red y lo hacen a la vez para muchas aplicaciones", afirma McKeown. "Encontrar nuevos caminos se convierte en algo trivial".

Algunos proyectos de investigación OpenFlow requieren sólo un par de cientos de líneas de código para cambiar por completo los patrones de tráfico de datos en una red, con resultados dramáticos. En un proyecto, afirma McKeown, los investigadores redujeron el consumo de energía de un centro de datos en un 60 por ciento simplemente desviando el tráfico de red dentro del centro y apagando los conmutadores cuando no estaban en uso.

Este tipo de investigación ha llamado la atención de las grandes empresas, y es una de las razones por las que se formó la ONF. Google está interesada en la aceleración de las redes que conectan sus centros de datos. Estos centros de datos generalmente se comunican a través de rutas especificadas, pero si una ruta falla, el tráfico tiene que ser desviado, afirma Urs Hoelzle, vicepresidente senior de operaciones de Google. Usando las instrucciones de ruta estándar, este proceso puede durar 20 minutos. Si Google tuviera más control sobre cómo fluyen los datos, podría hacer el desvío en cuestión de segundos, asegura Hoelzle.

Cisco, una compañía que construye el hardware que dirige muchos de los datos en Internet, ve a la ONF como una forma de ayudar a los clientes a construir mejores servicios de Internet. Facebook, por ejemplo, se basa en el hardware de Cisco para ofrecer actualizaciones de estado, mensajes, fotos, y videos a cientos de millones de personas en todo el mundo. "Se puede imaginar el flujo de datos", afirma McNab.

Las futuras normas de la ONF podrían permitir a la gente programar una red para obtener diferentes tipos de rendimiento cuando fuera necesario, asegura McNab. La integración de ese tipo de funcionalidad en el hardware de Cisco podría hacerlo más atractivo para aquellos servicios de Internet que necesiten ser rápidos.

El primer objetivo de la ONF es hacerse cargo de las especificaciones de OpenFlow, afirma McKeown. Como proyecto de investigación, OpenFlow ha logrado el éxito en más de una docena de campus universitarios, pero necesita ser modificado para que pueda funcionar bien en diferentes empresas. El siguiente paso es el desarrollo de interfaces de fácil uso que permitan a las personas desarrollar redes tal y como programarían un ordenador o teléfono inteligente. "Este es un paso muy grande para la ONF", afirma, porque podría aumentar la adopción de normas y acelerar la innovación para las aplicaciones de red. Afirma que el proceso podría tomar dos años.

Mientras tanto, empresas como Google, Cisco y otras pondrán a prueba protocolos de red abiertos en sus redes internas—en esencia, estarán probando un tipo de Internet completamente nuevo.

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