jueves, 16 de septiembre de 2010

Steve Radcliffe: ejercitar los músculos del liderazgo

Steve Radcliffe es un famoso coach de líderes en Gran Bretaña. El modelo de liderazgo que popularizó en dos tomos lleva por título “Future, Engage, Deliver”. Más abajo, sus ideas centrales condensadas de una entrevista.

En 2009 Radcliffe publicó dos libros: Leadership Pure and Simple (Financial Times Prentice Hall) y "How to Make a Bigger Difference by Leading at Work and at Home". El primero salió a la venta en las principales librerías del reino. El segundo, en cambio, fue distribuido a organizaciones del sector público al precio de sólo £5.

Des Dearlove conversó con él sobre sus ideas en liderazgo.

¿Por qué importa tanto el liderazgo?
Importa por lo que hace. Durante casi veinte años, me senté con líderes de todos lo niveles y de todo tipo de organizaciones. Estoy convencido de que el liderazgo es el ingrediente por excelencia que hace florecer a los individuos, a los equipos y a las organizaciones.

¿En qué es diferente su método?
Hay demasiados mensajes para entender, demasiadas teorías de liderazgo para tener la posibilidad de ser bueno en alguna.
Todo esto es confuso y debilitante. Lo que yo quier gritar desde los techos es que liderar es una actividad natural, humana. Todos podemos hacerla. No es complicada y la clave no está en cuántas teorías se saben ni cuánta práctica se hace.
Yo quiero alentar a la gente en todos los niveles de la organización a conectarse con lo que les interesa y ponerse en el rol de liderazgo. Y luego quiero llevarlos lejos de la teorización hacia la práctica.

¿Y cómo se hace eso?
Liderar implica tres cosas. Primero, cuando usted quiere ser líder, todo comienza siempre en el futuro con ideas de cómo quiere usted que las cosas sucedan. No debe empezar con lo que tiene. Comienza con lo que quiere en el futuro.
Segundo, luego hay que interesar a las personas para que activamente quieran construir ese futuro con usted. Y tercero, usted se dispone a hacerlo realidad, con ellos. Por eso, liderar, siempre es futuro, interés, entrega. A eso se lo viste de mil maneras, pero sólo de eso se trata. Y todo lo podemos hacer.

Si es tan simple, ¿por qué no somos todos buenos líderes?
La primera gran barrera es qué pensamos de nosotros y del liderazgo. La mayoría de nosotros no cree que seamos líderes. Líderes son esos señores en la organización. Esas creencias nos limitan y nos impiden sacar lo mejor de nosotros. Segundo, entre aquellos de nosotros que sí nos vemos como líderes, muy pocos practicamos concientemente nuestra capacidad de liderar o recibimos alguna respuesta sobre lo que hacemos.
¿Por qué liderar debería ser diferente de esquiar, cantar o tocar el clarinete? En todas las áreas como ésas, uno mejora con la práctica y el aliento.

¿Entonces usted está diciendo que una vez que identificamos nuestras creencias limitantes, el liderazgo se nos da fácil?
A veces sí. Todos hemos tenido momentos en los que todo parece salir bien. Pero también sabemos que a veces no es fácil.
Pero se hace más fácil con la práctica. Especialmente practicar a reconocer nuestras creencias limitantes para saber que están en funcionamiento. Y la otra práctica es ejercitar nuestros músculos de liderazgo.

¿Y esto último cómo se hace, ejercitar músculos de liderazgo?
Todos tenemos músculos de liderazgo, sólo necesitamos aliento para flexionarlos y fortalecerlos. Primero, todos tenemos el músculo de poder imaginar en el futuro las cosas que queremos ver. El truco está en practicar eso de manera consciente. O sea, deliberadamente tomarse el tiempo para pensar e imaginar un futuro mejor.
Segundo, todos podemos ser cautivadores. Todos hemos interactuado con otros para que estén contentos con nosotros y dispuestos a ayudarnos. Con práctica podemos pedir más cosas, por ejemplo que acepten desafíos con nosotros. Y tercero, todos hemos hecho que otros nos hagan cosas. Otra vez, con práctica podemos estimular esa entrega para que la gente acepte desafíos más complejos.

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