viernes, 11 de febrero de 2011

¿Qué hacer en un mundo que se mueve a dos velocidades diferentes?

El mundo está creciendo con dos velocidades diferentes. Eso obliga a las empresas que quieren triunfar en “ambos mundos” a desarrollar modelos totalmente nuevos que contemplen diferencias culturales y de crecimiento.

Las empresas globales se encuentran frente a un paisaje de negocios completamente cambiado luego de la Gran Recesión, más específicamente una desaceleración del crecimiento económico comparado con niveles anteriores a la crisis financiera global. Lo que es más, el patrón de crecimiento es desparejo. Lo que está surgiendo es un mundo de “dos velocidades” caracterizado por lento crecimiento en los países desarrollados de Europa, Norteamérica y Japón, y más rápido crecimiento en economías de veloz desarrollo como China, India y Brasil. Para triunfar en esta “nueva normalidad” las empresas deben desarrollar diferentes estrategias, nuevos productos y modelos operativos novedosos y baratos.

Estrategias para un mundo de dos velocidades

Los fabricantes de las naciones desarrolladas han estado capitalizando los bajos costos laborales de las economías emergentes durante mucho tiempo. Es una historia conocida: el diseño de producto se hace, digamos, en Estados Unidos, y la manufactura se hace en el Sudeste asiático. Luego los productos son embarcados al mundo desarrollado para la venta final.

Pero en años recientes una nueva tendencia ha aparecido. Muchas de estas mismas compañías están ahora moviendo investigación y desarrollo, distribución y ventas a China, India y otros lugares del mundo en desarrollo porque ven oportunidades de mercado donde el PBI está creciendo enormemente y los ingresos familiares aumentan.

Bienvenidos a la “nueva normalidad”, un mundo de dos velocidades donde dos tipos de economías están surgiendo: bajo crecimiento y alto crecimiento. Por otro lado, países en rápido desarrollo como China, India y Brasil están caracterizados por algo crecimiento pero bajo promedio de sueldo familiar. Con el PBI oscilando entre 8% y 12% y unos 2.600 millones de personas, esos mercados son difíciles de ignorar.

Por el otro lado, los países de bajo crecimiento – Estados Unidos y Europa Occidental, por ejemplo—tienen una tasa más lenta de crecimiento económico pero mayores ingresos familiares. Con un crecimiento del PBI de sólo 1% a 4%, esas economías se están expandiendo más lentamente pero sus poblaciones tienen salarios más altos, y más para gastar.

Los dos tipos de economías presentan dos ambientes de negocios completamente diferentes, cada uno con diferentes necesidades y desafíos. El éxito en cada mercado requiere diferentes productos, diferentes maneras de operar y diferentes modos de mirar el mundo. En este artículo, líderes empresariales, docentes de la escuela de negocios Wharton y expertos de BCG consideran cómo este mundo de dos velocidades afectará las estrategias de negocios globales y qué es lo que hará falta para prosperar.

Para competir exitosamente, las empresas deben entender las necesidades de cada mercado y crear una estrategia para satisfacer esas necesidades en forma económica, mientras simultáneamente se diferencian de sus competidores, tanto jugadores locales como multinacionales. Un aspecto fundamental es crear con bajo costo una producción global que aproveche las fortalezas de cada región geográfica. Otro, es innovar en productos, procesos y modelos de negocio para seguir estando un paso más adelante y aumentar márgenes cuando sea posible.

Pero ese posicionamiento -- de preferencia en ambos mundos -- no se logra con un proceso paso a paso, ni con una estrategia de talle único. La clave está en reestructurar las estrategias cada vez que sea necesario y repensar dónde y cómo conviene implementar actividades de cadena de valor. En definitiva, el éxito en un mundo de dos velocidades depende de tener una organización flexible que pueda adaptarse a diferentes procedimientos según las necesidades del mercado, características del producto, diferencias culturales, recursos disponibles y metas estratégicas. Esta es la perspectiva que adoptaron expertos reunidos en un seminario convocado conjuntamente por Wharton y BCG.

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