miércoles, 17 de agosto de 2011

Andy Rubin: El hombre clave en la apuesta móvil de Google

En el centro de la oferta de US$12.500 millones que Google Inc. hizo por Motorola Mobility Holdings Inc. está Andy Rubin, un ingeniero de Silicon Valley que en seis años ha reordenado el mercado de los dispositivos móviles y ha colocado al gigante de Internet como uno de sus actores principales.

Rubin, de 48 años, ha cambiado la estructura organizacional de Google y se ha convertido en una de las personas más poderosas en la empresa. Bajo su liderazgo, el sistema operativo conocido como Android se ha convertido en el software más utilizado en los teléfonos inteligentes, por encima de las creaciones de Apple Inc. y Nokia Corp. El sistema también es la plataforma de las computadoras tipo tableta de muchos fabricantes.

AFLO/Zuma Press

Andy Rubin se convirtió hace poco en uno de los vicepresidentes de Google.

El éxito de Rubin ha permitido que el motor de búsqueda y el negocio de publicidad digital de Google se expandan rápidamente en el mundo de los aparatos móviles.

Rubin también ha jugado un papel importante en la contratación de talento de Google, incluyendo a Andy Hertzfeld, programador que trabajó para Apple y que ayudó a desarrollar Google+, la nueva red social de la empresa.

Cuando el cofundador de Google Larry Page se convirtió en el presidente ejecutivo en abril pasado, ascendió a Rubin a una de las 18 vicepresidencias de la empresa. La estrella del programador continuó al alza, para culminar en su participación personal en el acuerdo de este lunes, según fuentes al tanto.

Google informó el lunes que Motorola se mantendría como una empresa separada y sin ventajas sobre otros fabricantes de dispositivos que utilizan el software Android como sistema operativo. Fuentes al tanto de la operación dijeron que una de las motivaciones de Google era su deseo de diseñar los dispositivos y no sólo el software sobre el que funcionan, lo que le otorga el tipo de influencia de la que ya gozaba su archirrival Apple con sus iPhones y iPads.

Esto compaginaría con las fortalezas de Rubin, quien por años diseñó dispositivos para empresas nuevas, una de las cuales fue adquirida por Microsoft en 1997, pero quedó rezagada con el tiempo. A través de un vocero, Rubin declinó comentar para este artículo.

Sus colegas dicen que se la pasa haciendo ajustes a los dispositivos y que es alguien que puede anticipar los cambios de la industria, pero a quien también le encanta involucrarse en detalles como la escritura de código fuente. También afirman que es un jefe muy exigente y que en ocasiones puede ser muy difícil trabajar con él, lo que ha producido a un alto nivel de rotación y casos de agotamiento en las filas de Android. Algunas personas de otras empresas en el mercado de los celulares inteligentes sostienen en privado que Rubin ejerce demasiada influencia en el diseño de los dispositivos que usan Android.

Sin embargo, esos mismos colegas aseguran que Rubin es muy leal y generoso con su equipo de varios cientos de empleados. Aproximadamente cada seis meses organiza una fiesta para los empleados en su casa de Mountain View, en California, donde también se encuentra la sede de Google. Después de que fuera lanzado el primer teléfono con Android, lo que por contrato le significó el pago de una bonificación, repartió una parte del dinero entre todos sus empleados, que recibieron entre US$10.000 y US$50.000. Uno de sus pasatiempos favoritos es armar robots, de ahí el origen del nombre Android, dice su amigo cercano y frecuente colaborador Steve Perlman.

Rubin fundó Android en 2003, pero tuvo problemas para obtener financiación. Android atrajo la atención de Google en parte debido a la admiración que Page y Sergey Brin, el otro fundadores de Google, tenían por el Sidekick, un teléfono que Rubin ayudó a diseñar.

Entre 2005 y 2007, Android fue en gran medida un proyecto secreto dentro de Google. Su misión era crear un sistema operativo moderno para los teléfonos inteligentes que permitiera la ejecución de aplicaciones de gran alcance en Internet y acabara con el dominio de los operadores inalámbricos, quienes dictaban qué aplicaciones podían instalarse en los teléfonos. Hoy en día, Android está en cientos de teléfonos inteligentes de una variedad de fabricantes, entre ellos Samsung, Motorola y LG.

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