lunes, 12 de noviembre de 2012

¿La ley de Moore empieza a ser irrelevante?

El director ejecutivo de ARM afirma que los chips eficientes para aparatos móviles pasarán a los ordenadores de sobremesa, portátiles y servidores.
Warren East, director ejecutivo de ARM
Empresas como Apple y Samsung son la cara conocida del boom de los teléfonos inteligentes y las tabletas, pero todas confían en ARM, la empresa británica que vende licencias para la fabricación de procesadores más eficientes que necesitan los aparatos móviles. Hubo un tiempo en que esos chips se consideraban bastante menos potentes que los procesadores x86 que se encuentran en los ordenadores de sobremesa, portátiles y servidores –un mercado dominado por Intel—, pero parece que la distancia se acorta. Microsoft está estudiando la posibilidad de pasarse a la tecnología ARM para los ordenadores tradicionales, lo que sugiere que la tecnología de la empresa pronto dará forma a algo más que la computación móvil. El director ejecutivo de ARM, Warren East, se reunió esta semana con el editor sénior de Tecnología de la Información de MITTechnology Review, Tom Simonite.
Technology Review: Durante décadas el negocio de los ordenadores se ha guiado por la ley de Moore, que predice la tasa de mejora de la potencia de computación. Su enfoque es distinto.
Warren East: A nosotros siempre nos ha movido la eficiencia, el número de kilómetros por litro, no la velocidad punta. Eso es lo que realmente importa. La tecnología móvil es un ejemplo sencillo: sabes que el teléfono tiene constricciones porque funciona con una batería.
Pero aunque los ordenadores se puedan enchufar a la red, la eficiencia es un asunto importante para el mundo. Los servidores usan cantidades ingentes de energía. Los centros de datos se instalan en lugares raros, donde el clima es más frío. Que haya cada vez más aparatos móviles implica que cada vez harán falta más servidores. De hecho, hemos logrado que se cambie el diseño de los servidores [haciéndolos más pequeños y con menos gasto energético]. En vez de limitarse a los grandes centros de datos donde sabes que tienes grandes cantidades de energía disponible, se pueden distribuir. Podrías tener muchos más servidores. Yo usaría la analogía de los routers. Hubo un tiempo en el que los routers eran, de hecho, miniordenadores dentro de una caja gigante. Cisco consiguió reducirlos a los aparatos que tenemos en casa. No existe ningún motivo por el cual no deba suceder lo mismo con los servidores.
Microsoft acaba de lanzar la tableta Surface, con una versión de Windows para chips ARM. ¿Es un ensayo para que su tecnología aparezca en más sitios que en la actualidad están dominados por chips compatibles con Intel?
Podría ser. Ya dije hace unos años que acabaríamos viendo a ARM en este tipo de sitios, con o sin Microsoft, así que dejaremos que suceda. Es una cuestión de modelo de negocio. Quien construye un PC, una tableta o lo que sea tiene la posibilidad de elegir un proveedor de ARM. Ese tipo de entorno competitivo es bueno porque los proveedores son competitivos en términos de precio, pero lo más importante es que están obligados a innovar. Ha habido más innovación en el mundo de los teléfonos móviles en los últimos 15 o 20 años que en el mundo de los ordenadores personales. 
¿Esas innovaciones tecnológicas beneficiarán a los PC tradicionales?
Desde luego. Para mí un PC es simplemente un teléfono inteligente bajo otra forma. Tiene un poco más de capacidad de almacenaje local y tiene interfaces un poco distintas. No tendrías un reproductor de DVD en tu teléfono, porque no hay espacio para un DVD, pero no existen motivos para que no tengas un conector a un lector óptico para tener un DVD. Sucede lo mismo con las televisiones. Las televisiones son teléfonos inteligentes grandes. Los ordenadores son como teléfonos inteligentes medianos. 
Bloomberg ha informado de que Apple está estudiando la posibilidad de pasar sus portátiles y ordenadores de sobremesa a chips ARM.
Lo siento, tendrá que hablar con Apple sobre eso. Nosotros hacemos microprocesadores para que puedas fabricar cualquier cosa, desde diminutos sensores a superordenadores. Apple opera en un par de sitios a lo largo de ese espectro y puede decidir lo que quiere hacer.
Se suele decir que los chips ARM no son lo suficientemente potentes para soportar todo lo que tienen que hacer los PC. La edición y procesado de imágenes, por ejemplo.
Eso son tonterías. No hay nada intrínseco a la arquitectura que te impida alcanzar el rendimiento máximo. Tradicionalmente ARM ha encontrado numerosas oportunidades en dispositivos como los teléfonos móviles, donde no quieres algo con muchísimo rendimiento porque consume más energía o espacio. Pero si eliges otra línea de diseño, como un ordenador, la batería será mucho más grande, así que puedes usar más energía. Es como tener un coche con un depósito de gasolina más grande. Si el único depósito que quieres colocarle a tu coche es uno pequeño, bien, puedes hacer que el motor trabaje más. El microprocesador ARM ni siquiera se diseñó para las tecnologías móviles. Funcionaba en un ordenador con un sistema operativo de tipo Windows llamado RISC-OS antes de que Microsoft desarrollara Windows siquiera. No hay nada inherente a la arquitectura del microprocesador que diga que no lo puedas usar para ordenadores, teclados y ratones.
Pero el software diseñado para los sistemas compatibles con Intel no se puede ejecutar en los sistemas basados en ARM. ¿Cómo se enfrentan a ese problema?
Hay que aplicar un filtro de pragmatismo y saber que hay toda clase de software histórico ahí fuera que nunca se portará a una nueva arquitectura. Nadie reescribirá Lotus Notes para que funcione con ARM. No creemos que se vaya a dar un cambio en masa a PC basados en ARM de la noche a la mañana. Es más un proceso gradual, mientras las aplicaciones históricas se sustituyen por nuevas aplicaciones que están más actualizadas. La tableta de Microsoft es un buen ejemplo. Sucesivas generaciones de Windows han sido variaciones sobre un mismo tema durante los 15 o 20 últimos años, en torno a la forma de apuntar y pinchar con un ratón. Tenían que hacer un rediseño importante si querían formar parte del mundo de las tabletas. Era una oportunidad para escribir nuevas aplicaciones que se usan de forma distinta.
¿Es cada vez más fácil escribir software para funcionar con una arquitectura ARM?
Lo es, en el sentido de que hubo un tiempo en que era un poco un deporte de nicho. Ahora existen muchos teléfonos y otros aparatos con chips basados en ARM en su interior.

Intel está bajo presión

Intel ha perdido la oportunidad de pasarse a la computación móvil y ahora se encuentra en una posición precaria.


En lo relativo a su negocio principal, desde el año 2000 Intel ha hecho casi todo bien, manteniendo su dominio en el mercado de microprocesadores para PC y poniendo una distancia considerable frente a sus competidores en el mercado de chips para servidores. Sin embargo, la empresa se encuentra en una posición muy difícil: los ordenadores son cada vez más móviles y la parte de Intel en el mercado de los microprocesadores está cayendo en picado.
Tal y como se muestra en el gráfico, el 61 por ciento de todos los dispositivos informáticos vendidos en 2011 fueron de tipo móvil, frente a menos del 1 por ciento en el año 2000. Puesto que la mayoría de estos dispositivos se basan en tecnologías ajenas a Intel, la participación de la compañía en el mercado total de procesadores en dispositivos informáticos ha caído del 80 por ciento a alrededor del 30 por ciento.
La compañía finalmente está entrando en el ámbito móvil, aunque de forma muy discreta. El Grupo Linley prevé que Intel tome un 0,7 por ciento de las ventas de procesadores móviles en 2012. Hasta ahora su escasa participación no le ha supuesto un problema puesto que el mercado de los chips móviles en su conjunto sigue siendo relativamente pequeño: las previsiones apuntan a un valor de 5.000 millones de dólares (3.933 millones de euros) en 2012, frente a 31.000 millones (24.386 millones de euros) para PC y cerca de 10.000 (7.866) para servidores. Pero a medida que el mercado de PC se ralentice y la popularidad de los teléfonos inteligentes y las tabletas siga aumentando a nivel mundial, Intel tendrá que adaptarse si no quiere quedarse atrás.
Copyright Technology Review 2012.

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