martes, 6 de septiembre de 2011

‘El periodismo aumenta la transparencia’: Kristenn Hrafnsson

Kristenn Hrafnsson, el segundo hombre de Wikileaks, que estuvo de visita en Chile invitado a un seminario del Grupo de Diarios América. Del futuro, lecciones y cambios de la polémica organización y de su fundador habló con “Sábado”. Fotografía: Macarena Pérez/EL MERCURIO / CHILE / GDA / Kristenn Hrafnsson, el segundo hombre de Wikileaks, que estuvo de visita en Chile invitado a un seminario del Grupo de Diarios América. Del futuro, lecciones y cambios de la polémica organización y de su fundador habló con “Sábado”. Fotografía: Macarena Pérez/EL MERCURIO / CHILE / GDA /

De pelo blanco, ropa negra y mirada firme, tal como Julian Assange, su jefe.
Así es Kristenn Hrafnsson, el segundo hombre de Wikileaks, que estuvo de visita en Chile invitado a un seminario del Grupo de Diarios América. Del futuro, lecciones y cambios de la polémica organización y de su fundador habló con "Sábado".
Es miércoles en Santiago. No uno cualquiera: hay marcha y paro, cacerolas y lacrimógenas por las calles de la ciudad, y a las cuatro de la tarde Kristenn Hrafnsson, periodista islandés, toma un café cortado y un agua mineral en un hotel de Providencia. Muy alto, de pelo blanco, ojos azules y rostro pálido, fue un destacado periodista investigativo en Islandia hasta que llegó a WikiLeaks, donde ahora ha tomado parte de las riendas y la responsabilidad tras el arresto domiciliario de Assange en las afueras de Londres, esperando el resultado de su apelación a la extradición en Suecia; y también esperando si será acusado de conspiración para cometer espionaje en Estados Unidos.
De casi 50 años, hombre curtido en el periodismo en terreno, tuvo un popular programa de televisión desde donde denunció la corrupción del banco más importante de Islandia. Después de eso fue censurado y despedido.
Hrafnsson tiene fama de duro y su imagen lo acompaña. Es cordial, pero va directo al punto en la defensa de WikiLeaks, donde está desde 2010.
–¿Qué hace un hombre como usted –periodista de investigación serio– en un lugar como ése?
–Bueno, creo que vi en WikiLeaks una herramienta muy interesante para revitalizar el periodismo. Una respuesta para lo que sentía que faltaba en periodismo, una profesión defectuosa en muchos sentidos, y que no me estaba permitiendo obtener lo que me propuse cuando empecé.
–¿Qué, exactamente?
–Básicamente lo que el periodismo debe hacer es aumentar la información, la transparencia, y el resultado final debiera ser, por cierto, aumentar la justicia en una sociedad. Pero lo que ves con el tiempo es a periodistas obsecuentes con el poder, que aceptan mentiras sin escarbar más profundo. Probablemente el peor caso fueron las mentiras que se dijeron –y publicaron por periodistas– antes de la invasión a Irak... En general, nadie tuvo la fuerza o la capacidad de ver más allá. Lo que era necesario –y WikiLeaks estaba ofreciendo– era una plataforma para denunciantes que quisieran aumentar el flujo de información dentro del sistema, para el público en general y de manera segura. Esto fue una revitalización para el mundo del periodismo. Así lo vi yo.
–¿Cree que el periodismo ha perdido fuerza ahora o tiene esos defectos desde siempre?
–Es algo que ha aumentado después de 11-S. Hay mucho más secreto y ataques a la privacidad de las personas. Es una tendencia. Pero mirando hacia atrás, creo que habíamos idealizado sólo los hitos del periodismo investigativo, Woodward y Bernstein y casos así. Pero si realmente ves bien, son casos excepcionales.
–Pero si WikiLeaks tiene este desprecio hacia la labor de los medios tradicionales, ¿por qué los elige para difundir sus revelaciones y, más aún, para que hagan el filtro profesional de éstas?
–Es muy fuerte decir que desprecia a los medios. No digo que los medios tradicionales sean todos malos. Hay mucha gente buena allí. Y los necesitábamos. Necesitábamos la habilidad analítica, poner las noticias en contexto, entregar el contenido al público, para tener el mayor impacto posible.
"Yo siempre he sido crítico de mi profesión, y también de mi mismo mientras trabajaba allí, pues creo que se ha retrocedido en términos de logros. Deberíamos estar más conscientes y tomar posiciones y no estar en esta noción equivocada de objetividad. Ese es uno de los problemas que tiene el periodismo en este momento".
–Pero la objetividad, o su búsqueda, no implica ser necesariamente aséptico, sino justo, honesto. ¿No le parece importante?
–Claro que el periodismo debe ser justo. Pero debe ser más que eso: el periodismo debe luchar por la justicia social.
–Usted es visto como la contraparte periodística de Julian Assange. En ese sentido, ¿ha promovido el valor periodístico, por ejemplo, de ser riguroso, proteger a los inocentes, reporteo balanceado y justo, dentro de WikiLeaks?
–Espero haber traído algo bueno a la organización. Y he promovido la cooperación con los medios masivos o tradicionales. Pero creo que es equivocado verme como una contraparte o como el opuesto. Creo que en muchos sentidos WikiLeaks tiene distintos puntos de partida, que confluyen a un objetivo común. Una es la aproximación periodística crítica; otra son los ideales de los hackers, que tienen una cierta carga negativa hoy, pero que si miras hace 20 años, había ideales fuertes asociados a la comunidad de hackers: no hacer daño, no beneficiarse económicamente de la información, la noción de que la información debiera ser libre y disponible para todos. Aproximaciones que se juntan en WikiLeaks.
–¿Pero quién decide qué es tan relevante que merece ser difundido?
–No creo que deba depender de los periodistas siempre decidir qué es relevante. También debiera poder decidirlo el público.
–En una perspectiva más amplia, ¿cuál cree que será el legado o la importancia de WikiLeaks en 20 años más?
–Espero que lo que quede sea la idea de que la información puede ser puesta a disposición del público de una manera amplia, como lo hemos hecho en el último tiempo. El ideal de total transparencia ojalá sea el legado de WikiLeaks en el futuro.
Hrafnsson participó en el seminario del Grupo de Diarios América, integrado por los diarios más importantes de América Latina, incluido El Mercurio, que se realizó en este diario la semana pasada.
LíDERES EN UNA CASA DE VIDRIO
–¿Qué derecho a la privacidad acepta que tengan los líderes o figuras públicas? ¿Toda su vida debiera estar bajo la lupa?
–No. Los individuos, incluso los que están en el gobierno, tienen derecho a su privacidad.
–Pero en el caso de los cables del Departamento de Estado, había datos que eran muy sabrosos, pero se les criticó que carecían, al menos los de Chile, de mayor relevancia o novedad. ¿Qué pasó con la noción de que traspasar la privacidad depende de la relevancia?
–Es totalmente relevante, porque es información que ha sido compilada por el Departamento de Estado y, aunque esté formulada de una manera gossipy (de rumor), ha sido usada para formular políticas de gobierno.
–¿Cree que los cables fueron relevantes en la mayoría de los casos?
–Llevarlos y hacerlos conocidos para el público es relevante.
–¿Pero el contenido?
–Algunas cosas son más importantes que otras, pero en su totalidad dan una idea del trabajo del cuerpo diplomático. Si no hay novedad, eso les dice algo a los que pagan los impuestos en Estados Unidos, pues con su dinero se paga a diplomáticos que no recaban nada nuevo...
–¿Cómo cree que los líderes deben prepararse para los desafíos del futuro y para este nuevo nivel de exposición y transparencia?
–Creo que cada político, sin importar de dónde es, debiera tener en mente que todos los aspectos de su trabajo público podrían ser expuestos a la gente. Si tienes esto en cuenta, es un buen check para que sean honestos como debieran, sin hacer nada que los avergüence si se conoce públicamente.
–¿Cree que es realista que los políticos se manejen así, 24/7? ¿Qué tipo de diplomacia se puede hacer totalmente a descubierto?
–¿Por qué asumes que las negociaciones secretas son siempre las que conducen a los mejores resultados? Veo una tendencia en relaciones internacionales, post WikiLeaks, en que hay más interés en ir al grano. Menos conversaciones azucaradas y más al punto. Puede que no sea sólo a causa de WikiLeaks, pero tengo la sospecha de que la interacción entre políticos y gobiernos, y a nivel internacional, ha cambiado.
–¿Y qué pasa con la negociaciones de paz? ¿No es imposible pensarlas en un escenario así?
–¿Cuál es el posible resultado de negociaciones de paz después de décadas de hacerlo en secreto? ¿Estás viendo a los palestinos mejor? ¿Dónde está el éxito de las negociaciones secretas? El secreto es posiblemente una excusa para esconder cosas. El secretismo no debiera estar aceptado en la sociedad, excepto bajo circunstancias extremas.
EL CHOQUE CON NYT
–¿Qué pasó con su relación con el New York Times, que no quedó en buen pie?
–El NYT fue muy lejos al colaborar con el gobierno de Estados Unidos. Les ofrecieron la oportunidad de comentar o que ciertas cosas fueran elaboradas en conjunto o retenidas. Eso fue ir muy lejos. Lo segundo fue un perfil de primera página de Julian Assange, muy negativo. Fue básicamente una "hit piece", como lo describimos. Y fue admitido por el editor del diario, en un intento de inocular al periódico de la crítica del gobierno. Pero hacerlo atacando a la persona con la que estabas colaborando no es una cosa muy honorable y esto provocó una animadversión que es muy entendible.
–¿No es una contradicción con lo que me decía al principio, en que criticaba que la prensa fuera condescendiente con los que tienen poder, pero cuando es contra uno de WikiLeaks eso es deshonroso?
–Estamos hablando del New York Times, que se retrata como muy respetable, y antes también hablamos de la justicia en el reporteo, y esto no fue justo. Si buscas sólo el lado negativo de alguien, y no hablas con nadie que puede decir algo bueno de ti... Por ejemplo, nunca me llamaron, y soy uno de sus colaboradores más cercanos. Yo estaba totalmente choqueado de que el NYT pudiera hacer algo así. Creía que tenía ideales más altos.
–¿Pero los cables no son parciales también, respecto de lo que dicen de algunas personas?
–Veo tu punto, pero no creo que es válido comparar los dos casos. En un caso son informes compilados por el staff de la embajada, usualmente firmados por un embajador, es una evaluación oficial de lo que sea. Eso es valioso como noticia. Pero hemos aprendido cómo trabajar con los medios. Si lo hiciéramos otra vez haríamos acuerdos más formales, no abiertos a interpretaciones.
–¿No le parece mal haber excluido a muchos medios? Es decir, fueron selectivos y no abiertos a todos, como es el estilo que usted decía que representa WikiLeaks.
–Pero también empezamos a trabajar con medios locales, gente con expertise local. Y claro que tuvimos críticas de los que dejamos fuera. Pero hay algo que es necesario tener en cuenta: para poder asegurar que mucha gente se destine a un tema, debes dar un incentivo. Y algún nivel de exclusividad es el incentivo para un medio para hacer ese esfuerzo. Es básicamente la realidad de los medios contemporáneos.
–Hay información de que existe un mercado negro para cables WikiLeaks, que se venden sin filtro alguno. ¿Es así?
–He escuchado de estos rumores, pero nadie lo ha podido probar. Hasta donde yo lo veo, son rumores maliciosos. Nadie ha pagado por acceso a ninguna información que hemos publicado.
–¿Qué mecanismos usa WikiLeaks para estar seguros de que la información que está filtrando es confiable y que no están siendo usados por personas que quieran perjudicar a otros?
–Depende del material. Pero tenemos expertos para evaluar información. Algunos son periodistas, otros de otros campos, incluso gente con récord en inteligencia. Son cientos de personas. Pero tenemos eso en mente. Porque hemos sabido de instituciones o personas que han planeado atacar WikiLeaks usando este método (de hacernos difundir información falsa). Lo que puedo decir es que desde que WikiLeaks se estableció no ha habido ningún caso de este tipo.
–¿No se han sentido usados o como parte de un complot, como el ex KGB Daniel Estulin ha dicho?
–¿Qué complot? Es increíble las muchas teorías conspirativas que se han tejido en torno a WikiLeaks... conspiraciones de la CIA, sionistas...
–¿Qué relación tienen con la organización de hackers Anonymus, que ha apoyado a WikiLeaks? ¿Comparte sus métodos?
–No tengo ninguna relación con Anonymus. Los conozco, pero no tengo, ni WikiLeaks tiene, ninguna relación con ellos. Pero no condeno ni promuevo su trabajo.
WIKILEAKS AHORA
–¿Qué cree que pasará con el caso contra Assange y WikiLeaks en Estados Unidos?
–Hoy supimos de una demanda del Departamento de Seguridad Nacional para tener acceso a información de la compañía que alojaba nuestro dominio, sobre la base del acta patriótica. Es un nuevo ángulo. Sabíamos hace algunos meses que había una petición de nuestras cuentas de Twitter y de redes sociales de voluntarios de WikiLeaks. Hay un incansable intento de cooptar la organización y a Julian, sobre las bases de leyes arcaicas, tratando de levantar cargos de espionaje contra la organización. Es absurdo. Y creo que si sigue, tendrá un devastador efecto sobre los medios tradicionales. El nuevo paso podría ser en contra de ellos. Nosotros no hemos hecho nada que los medios tradicionales no hayan hecho antes. Lo que hemos hecho no es distinto. ¿Dónde se pone la línea?
–¿Usted está a cargo ahora?
–No estoy a cargo, como dicen. Algunos están inflando el rol que tengo, pero Julian es el hombre a cargo. Nos comunicamos por computadores.
–¿No tienen miedo que los intercepten?
–No, usamos métodos muy seguros para evitar que nos intercepten.
–¿Cómo se financia ahora WikiLeaks? ¿Quién les paga sus sueldos?
–Julian Assange paga él mismo sus gastos legales. La operación de WikiLeaks es pagada por donaciones, que han estado complicadas por este bloqueo financiero de compañías bancarias. Tenemos algunos fondos para mantenernos a flote. Ahora están trabajando 15 a 20 personas. No es una organización grande.
–¿Cree que Assange es inocente de los cargos de acoso sexual?
–Bueno, él no ha sido acusado con nada, estas son meras denuncias, lo que es olvidado por los medios. Ha sido requerido para ser interrogado.
–¿No sería más fácil si se hubiera presentado voluntariamente a declarar?
–Si se ve el timing de las cosas, se puede ver que él trató de ser interrogado por 5 semanas. Fue motivado por mí para volver a Inglaterra, porque teníamos trabajo que hacer. Entonces pidió ser interrogado por video. Y eso no fue aceptado por los fiscales británicos, y al mismo tiempo escuchamos declaraciones fuertes de personas con poder en Estados Unidos acerca de la necesidad de asesinar a Julian... Y en ese contexto había dudas sobre la integridad del sistema, porque era inexplicable por qué no lo interrogaban por video. La pregunta no es por qué él no fue a Suecia, sino por qué no lo interrogaron en Inglaterra por video.
–¿Pero cree que las mujeres que dicen que abusó sexualmente de ellas, mienten?
–No es muy inteligente de mi parte entrar a comentar detalles de un caso en desarrollo, pero suficiente material ha estado disponible para que nosotros sepamos que no es una acusación de violación en ningún estándar legal en ningún país fuera de Suecia...
–Pero ellas dicen haber sido abusadas...
–Pero la violación es una acusación muy fuerte.
–¿Cree que Assange no hizo nada mal?
–Sólo puedo decir que las declaraciones de las mujeres a la policía fueron entregadas a la prensa, y ahora sabemos que la policía recibió un pago...
–Las filtraron...
–Recibieron dinero, no lo hicieron por razones altruistas...Lo único que diré de esto es que al haber leído las declaraciones de las mujeres, estoy choqueado por la manera como los fiscales persiguieron este caso.
–En el libro publicado este año por un ex WikiLeaks, Daniel Domscheit–Berg, él hace muchas críticas, como que Assange personalizó la organización, y que su estilo de liderazgo era mesiánico y paranoico. ¿Hay algo de cierto?
–Si la pregunta es si estuvo bien poner al líder al frente, creo que sí. Alguien tenía que estar al frente. Y Julian es el fundador. Dicho esto, fue bastante impresionante ver cómo los medios masivos saltaron sobre la persona de Julian. Tuvieron responsabilidad en transformarlo en ídolo. Incluso él estaba un poco incómodo con eso. Tuvimos este material tan importante de Irak, un símbolo de la brutalidad de la guerra, y los medios masivos muchas veces estuvieron más preocupados de hacer una cobertura de él que de las revelaciones.
–Pero el perfil del NYT también aludía a esos rasgos de su personalidad.
–Sí, pero ya hablamos de ese perfil. Él es una persona inteligente con fuertes convicciones. No he tenido problemas colaborando con él. Trabajamos muy bien.

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