viernes, 21 de enero de 2011

"Definiendo" el negocio de Facebook

Por Holman W. Jenkins Jr.

Relájese. Goldman no sabe lo que Facebook vale, solamente lo que alguien podría pagar

"Definimos primero y luego vemos", escribió Walter Lippmann, explicando la dependencia de los medios de comunicación de los "estereotipos" para descifrar el devenir de los acontecimientos. Lippmann, que escribió en la década de 1920, estaba describiendo el hábito de la industria de las noticias de encajar cada nuevo conjunto de hechos en narrativas ya existentes, listas para usar. Con esto en mente, revisemos los estereotipos que se pusieron en marcha cuando el cerebro colectivo del periodismo se encontró con el gran negocio de 2011 Facebook-Goldman Sachs.

¿Es Facebook una burbuja? ¿Es burbuja un término con significado? La mayoría de las compañías fracasan. Pocas incluso se acercan al valor de US$50.000 millones que el negocio de Goldman atribuye a la compañía de Mark Zuckerberg. Pero no hay nada irracional en el punto de vista de que Facebook, de aquí a cinco años, podría ser tan valiosa como Google, basándose en su potencial de obtener ingresos de sus miembros, que ya superan los 500 millones.

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Tampoco es irracional la posición opuesta, de que a Facebook podría seguir el mismo camino de las agencias de viajes y MySpace.

Nadie conoce el futuro. Cuando una amplia variedad de futuros es imaginable, uno obtiene casos en los que los pesimistas esperan al margen mientras los optimistas ponen su dinero a trabajar. Facebook es claramente ese caso.

La teoría sobre la actuación de Goldman Sachs es que, en esencia, el banco de inversiones conoce el futuro mejor que sus clientes o el resto de nosotros. Cuando Goldman vende algo, es porque Goldman sabe que el precio bajará.

De hecho, el verdadero talento de la firma no es saber cuál será el precio, sino cuál es el precio. Y Goldman claramente acertó con la valoración de U$S50.000 millones implícita en su inversión de US$450 millones hecha en Facebook. La firma también cerró un acuerdo para hacer que US$1.500 millones en acciones de Facebook estuviesen indirectamente disponibles para sus clientes más importantes, en una oferta cuyas suscripciones superaron por mucho los espacios disponibles. (Goldman anunció el lunes que solamente podrán comprar acciones inversionistas ubicados fuera de Estados Unidos).

Sin embargo, Goldman no da ninguna garantía sobre el valor futuro de Facebook. Sería algo que no va con el estilo del banco. Esta es la parte que tanto confunde a sus críticos. Entonces vemos acusaciones de mala fe porque Goldman se reservó el derecho de cubrir su posición en Facebook (¡Ajá!) o porque algunos ejecutivos de Goldman rechazaron el negocio como inapropiado para sus clientes (¡Ajá!) o porque la propia división de capital privado de Goldman no quiso participar (¡Ajá!).

Estos hechos supuestamente revelan una maniobra de Goldman para explotar una burbuja de Facebook, sin tomar en cuenta un indicador en contrario (aunque también ha sido criticado) como es que Goldman también ofreció participación en el negocio de Facebook a sus propios empleados y en condiciones de elección bastante flexibles.

Lo que esta conducta en realidad releva es a una firma que no se pronuncia sobre el futuro valor de Facebook pero que se muestra diligente respecto a lo que se necesita para hacer la venta hoy,

He aquí un secreto profesional para analizar los estereotipos pasados: los hechos son aquellos a lo que usted debe prestarle atención en el periodismo diario, de la misma forma que son los condimentos lo que le dan a una Big Mac su sabor. La estructura de la narración es solamente la hamburguesa y el pancito, un vehículo, y frecuentemente uno elaborado descuidadamente, que no debe ser tomado demasiado seriamente. Parte importante de los comentarios de la semana pasada sobre Facebook representaron poco más que las versiones de la falacia de analizar las cosas después que suceden.

Entonces si Goldman no era culpable de inflar una burbuja de Facebook para empapar al público en una futura oferta inicial de acciones, estaba robando a los pequeños inversionistas de su derecho a disfrutar la bonanza de Facebook, al quitarle esa oferta o quitándole la oportunidad de la vida a los inversionistas de su propio país. Elija la que prefiera. De cualquier manera, el negocio Goldman-Facebook es prueba de que "el mundo de las finanzas" es "manipulado por gente al interior de las firmas", rabiaba un típico comentario del Washington Post.

Oh oh. La decisión de si Facebook saldrá a bolsa ahora, más adelante o nunca, no es de Goldman. Zuckerberg merece una felicitación por haber decidido que las acciones de su compañía no deben ser exhibidas delante del público todavía. Zuckerberg es un joven presidente ejecutivo, no fogueado, todavía debatiéndose con la atención de los medios a su persona (vean la película "La red social") y las políticas sobre privacidad de su compañía. Todavía hay preguntas respecto a cómo Facebook transformará su enorme audiencia en oro publicitario u otro tipo de oro sin hacer que esa audiencia se vaya. Lo último que necesita la compañía ahora mismo es la distracción y alboroto de una salida a bolsa.

Facebook es propiedad privada. Sus dueños tienen todo el derecho de decidir quién puede invertir con ellos y en qué términos. Dicho eso, si usted fuera a construir una relación de confianza duradera con el público, usted podría hacer exactamente lo que la compañía está haciendo. Mantener controlada su propiedad. No lanzar acciones al público ya que a la compañía inevitablemente se le asignará un valor en función de esperanzas y sueños más que en su facturación.

La estrategia puede ser la correcta para construir el negocio de Facebook, pero es extraordinariamente pobre desde el punto de vista de la administración de riqueza por parte de Zuckerberg. Una oferta inicial de acciones es quizás la única manera realista de sacar de la mesa una parte importante de su fortuna de papel, mejorando sus chances de seguir siendo un multimillonario con independencia de lo que traiga el futuro de Facebook. Una oferta de acciones le permitiría transferir una porción grande de su riesgo a los inversionistas. En vez de eso sigue cargando con el riesgo. Esa es una conclusión que usted puede con precisión sacar del negocio Facebook-Goldman, viendo primero y definiendo después.

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