jueves, 31 de mayo de 2012

Batalla por el gran ancho de banda


Las redes inalámbricas luchan por satisfacer la creciente demanda de datos y descargas móviles.

AT&T tiene un problema en Chicago (Estados Unidos). La ciudad fue una de las primeras en ser actualizada para acoger la nueva generación de red LTE (siglas en inglés de 'evolución a largo plazo') de este proveedor de servicios inalámbricos, que incluye más datos en una misma señal de radio y ofrece velocidades de descarga mucho más rápidas. Sin embargo, unas pruebas independientes publicadas este mes mostraron que las descargas de AT&T en Chicago se producen a una velocidad menor a la mitad que la de la red LTE de Verizon. La culpa la tiene la falta de espectro radioeléctrico. Las licencias de radio de AT&T permiten utilizar solo una porción de 10 megahercios de las ondas de radio para su red LTE en Chicago, en comparación con los 20 megahercios que tiene en otras ciudades.
AT&T se enfrenta al mismo problema en Los Ángeles, y esto representa solo parte de una dificultad que enfrenta a toda la industria de las comunicaciones móviles: cómo conciliar las expectativas de los consumidores (que demandan descargas más rápidas y baratas en sus dispositivos móviles) con un espacio limitado en las ondas.
Las redes no están en peligro de quedarse sin capacidad por el momento. Los proveedores han gastado grandes sumas de dinero en comprar derechos sobre el espectro radioeléctrico, y están usando toda su creatividad para sacar más provecho de lo que ya tienen. (La velocidad exacta varía, pero una conexión LTE es 10 veces más rápida que la de una red 3G). El Gobierno federal otorga licencias sobre el espacio del espectro, y los proveedores de servicios inalámbricos y otras empresas compraron hace muchos años dichas licencias, anticipando la necesidad de ampliación.
Sin embargo, la de algún modo imprevista explosión de la demanda de ancho de banda inalámbrico, provocada por la aparición de tabletas y teléfonos inteligentes, ha hecho que sea más urgente asegurar el suministro de cara al futuro. El portavoz de AT&T Mark Siegel señala que el tráfico de red y la cartera de espectro de la compañía afectan al tipo de servicio que reciben los usuarios en las diferentes áreas. "Vamos a seguir invirtiendo e innovando para aprovechar al máximo y usar del modo más eficiente el espectro disponible a través de nuestra red", indica.
Lo más probable es que sean capaces de solucionar el problema en poco tiempo. La compañía posee un espectro no utilizado adquirido en 2006 que, en última instancia, planea utilizar para la red LTE. Recientemente ha pagado 1.900 millones de dólares (1.530 millones de euros) al fabricante de chips Qualcomm por espectro inalámbrico para dar servicio a mercados importantes, entre ellos San Francisco, Nueva York y Los Ángeles. Verizon está al mismo tiempo tratando de vender una porción de espectro que posee desde hace años y comprar otra (que considera más adecuada para la LTE) de un consorcio de compañías de cable. AT&T y T-Mobile tienen planes para reciclar parte de su espectro actualmente utilizado para las conexiones 2G (más lentas) y actualizarlo para dar servicio a las conexiones LTE y poder transportar más datos.
Con cada vez más frecuencia, los proveedores buscan tácticas creativas que alivien la presión en sus redes. "El espectro es sin duda un factor limitante, pero los proveedores también se ven limitados por otras cosas, sobre todo por la red de retorno (o backhaul)," señala Bill Moore desde RootMetrics, una empresa dedicada a recoger datos sobre el ancho de banda de la red de telefonía móvil e información sobre el rendimiento que están disponibles gratuitamente en línea. La red de retorno hace referencia a las conexiones físicas que enlazan las torres de telefonía móvil con las redes de Internet y teléfono. Todas las compañías están trabajando para mejorar su red de retorno sustituyendo el cable de cobre por fibra óptica de alta capacidad.
La obtención de los permisos necesarios para reemplazar o instalar la fibra subterránea es un proceso lento, afirma Bryan Darr, director general de Mosaik Solutions, que recoge datos sobre la cobertura de la red inalámbrica. Esta lentitud explica la alianza para conectar sus redes de Verizon con un consorcio de las compañías de cable más importantes, que fue anunciada el año pasado. "Los operadores de cable tienen una gran cantidad de cable subterráneo capaz de manejar mucho tráfico", asegura Darr. "También saben que necesitan estar conectados a la industria inalámbrica, ya que es ahí donde reside el futuro de contenidos como la televisión".
Una manera de eludir los atascos causados ​​por las restricciones sobre el espectro y la red de retorno es hacer que los teléfonos inteligentes y las tabletas usen la tecnología wifi tanto como sea posible, afirma Darr. AT&T está invirtiendo activamente en esta estrategia mediante la instalación de puntos de acceso wifi en estadios y zonas de alta densidad en Manhattan y San Francisco. Los teléfonos de AT&T más recientes se conectan automáticamente a través de wifi cuando están dentro de rango, reduciendo la carga en las torres móviles. "Una vez que funcione de forma más fluida para las llamadas y los datos, será de gran ayuda", señala Darr. Este pasado mes de febrero AT&T anunció que había trabajado con otros operadores, como China Mobile, en un exitoso ensayo de puntos de acceso wifi especiales capaces de reconocer un dispositivo autorizado y hacerse cargo de su conexión sin perder llamadas o interrumpir las descargas en curso.
Los expertos señalan que las grandes compañías están intentando cubrir las demandas de sus clientes. "De los cuatro principales operadores nacionales, tres están aumentando su velocidad", afirma Moore desde RootMetrics. El cuarto, Sprint, presentará sus primeras redes LTE este año, lo que le permitiría también acelerar su velocidad. Moore cree que hay suficiente espectro para todos, pero señala que las compañías se encuentran atrapadas en una especie de carrera armamentista con sus propios clientes. "Todo lo que veo por ahora es que las velocidades están subiendo -afirma Moore- y eso hará que el consumidor también suba su demanda". En parte como resultado de esto, casi todos los proveedores de servicios inalámbricos han ido eliminando progresivamente los planes de datos ilimitados el año pasado. Esto significa que pueden limitar el uso de ancho de banda o cobrar más por él si encuentran que la demanda de datos es superior a su capacidad para satisfacerla.
Copyright Technology Review 2012.

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