lunes, 28 de junio de 2010

Entrevista a Manuel Castells: "Las redes sociales democratizan la información, pero también desinforman"

Por Alejandro Gouhaneh para La Tercera.com

Es uno de los grandes ensayistas de la modernidad y uno de los referentes del pensamiento de la izquierda liberal. Invitado por la cátedra Globalización y Democracia de la Universidad Diego Portales y por el Foro de Altos Estudios Sociales de Valparaíso, Manuel Castells vino a Chile a hablar sobre comunicación y poder en la sociedad en red.

Nacido en Hellín, provincia de Albacete, en 1942, fue exiliado por el gobierno de Franco, radicándose posteriormente en París, donde estudió Sociología con Alain Touraine. A los 24 años se convirtió en el profesor más joven de la Universidad de París. Fue en sus clases donde Daniel Cohn-Bendit y otros estudiantes iniciaron el Mayo francés de 1968. Por este motivo fue expulsado de Francia y se trasladó a Estados Unidos, donde se enfocó en el desarrollo de las tecnologías de la información y su impacto social.

Castells ha publicado más de 20 libros y numerosos ar-tículos sobre las complejidades de la información. Su obra culmine es la trilogía La era de la información, la que constituye un ambicioso y original intento de formular una teoría que relaciona la comunicación y las tecnologías con las formas de producción y el comportamiento en el mundo contemporáneo.


La sociedad de la información paradójicamente está amenazando el poder de los medios tradicionales de información, particularmente de la prensa. ¿Hay lugar para el optimismo en los diarios y revistas?

Depende de qué hablemos. Para el periodismo, la existencia de internet proporciona un caudal de información que facilita la tarea del informador y, además, contribuye a que no se pueda ocultar información, reforzando así la autonomía del periodista profesional con respecto a su empresa. En lo que se refiere a las empresas de medios, está claro que tienen que cambiar su modelo de negocio, porque el periodismo online, así como el periodismo ciudadano, son formas gratuitas de información. En ese sentido, los medios que no se adaptan al nuevo entorno tecnológico tienen dificultades económicas cada vez mayores. Pero los que se adapten se fortalecerán si mantienen lo único en que los medios profesionales tienen ventaja sobre las informaciones a través de la red: su credibilidad, utilizando una diversidad de plataformas, incluido internet y los móviles. Lo más importante para los medios de comunicación es la búsqueda de un modelo de negocio adaptado a la sociedad en red en la que vivimos y nos comunicamos.

¿Son los medios de comunicación tradicionales un efectivo contrapeso al poder de los gobiernos?

Los medios de comunicación se guían por sus intereses de ganar audiencia para aumentar el negocio. Dependiendo de este objetivo, en cada momento y país, se alían, distancian o enfrentan con los gobiernos de turno. En principio, presentan una fachada de independencia para ser creíbles. Pero también establecen pactos, generalmente confidenciales, con los gobiernos, para obtener ventajas regulatorias sobre otros medios, así como subvenciones directas o indirectas. En fin, para tener acceso a ciertas informaciones ofrecen canales de comunicación confidencial que les permiten publicar noticias importantes. Esto frecuentemente conduce a manipulaciones de la opinión que llegan incluso a casos como el de Judy Miller del New York Times, que publicó que se habían encontrado armas de destrucción masiva en Irak basándose tan sólo en sus contactos con la administración de Bush.

La crisis económica europea ha puesto en entredicho el estado de bienestar. ¿Cuál es su mirada a este respecto?

Hace un año se hablaba del fin del neoliberalismo, porque se había constatado la dinámica autodestructiva del capitalismo financiero global desregulado, lo que puso de manifiesto el papel esencial de la regulación estatal. Esa intervención ha motivado la crisis fiscal del Estado al no poder aguantar los gobiernos el gasto acumulado de salvar a las instituciones financieras y cubrir las necesidades producidas por la crisis económica. Lo que esta ocurriendo es la reconversión del capitalismo hacia un sistema mas regulado y la reconversión del Estado hacia un sistema de bienestar más eficiente basado en una mayor productividad de los servicios públicos.

¿Son Twitter y las redes sociales el reino de la superficialidad o un gran paso en dirección a la democratización de la información?

Las redes sociales, de las que el Twitter es una pequeña parte (105 millones de usuarios en contraste con más de 400 de Facebook o 300 de YouTube), son sobre todo un espacio autónomo de relación social. Una de sus aplicaciones es el desarrollo de redes de información generadas por las personas sin controles corporativos o políticos. En ese sentido, contribuyen a la democratización de la información. Pero también contribuyen a la desinformación.

¿Ve futuro en los movimientos ecologistas o en la antiglobalización?

Hay muchos movimientos sociales tanto locales como globales. Conforme los partidos se burocratizan, la sociedad se expresa en movimientos sociales que producen nuevos valores. Los movimientos que han tenido mayor impacto en la transformación de los valores de la sociedad han sido y son el movimiento feminista y el movimiento ecologista. Ambos ya han cambiado nuestra forma de pensar en relación con las relaciones de género y con la relación entre producción, consumo y entorno natural. El movimiento por una globalización justa ha abierto un debate sobre las formas y contenidos de la globalización, y en ese sentido ya ha conseguido que no se considere la forma de globalización actual como la única posible. Pero una parte de dicho movimiento ha sido cooptado por la izquierda ideológica tradicional, tipo Chávez, y en ese sentido pierde atractivo para los jóvenes que no admiten manipulación por parte de aparatos políticos no democráticos.

¿Cuál es su opinión acerca de la cobertura mediática del Mundial de Fútbol de Sudáfrica? ¿Hay exageración en la cobertura por parte de los medios?

Si a la gente le hace ilusión, ¿por qué no cubrirlo con toda la amplitud requerida? Al fin y al cabo, millones se entusiasman y apasionan con un espectáculo que les relaja de la dureza de la vida cotidiana. Ojalá los conflictos entre países se dirimieran en los partidos de fútbol y en eso quedara la movilización y competición del orgullo nacional. Por lo demás, si hay una cobertura intensa de un evento es porque es así como se consigue audiencia, que es el objetivo fundamental de todo medio de comunicación.

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