lunes, 5 de marzo de 2012

Brendan Eich, cofundador de Firefox, defiende que Internet sea libre y abierta



Por Rosa Jiménez Cano / El País

Brendan Eich pasa por un tipo normal, como uno más de los asistentes al congreso de móviles de Barcelona que se despista y olvida la acreditación en el hotel. Sin embargo, sin su trabajo Internet no sería como hoy se entiende. Cuando trabajaba en Netscape, el primer navegador para todos los públicos creó JavaScript, el lenguaje que permite la interacción en páginas web. Amante de los sistemas abiertos y la libertad en la red, es cofundador de Mozilla, una entidad sin ánimo de lucro, donde ejerce como máximo responsable técnico. Su navegadorFirefox rompió el monopolio que ejercía Microsoft con Explorer.

Pregunta: ¿Cómo ha cambiado Firefox desde su lanzamiento en 2004?
Respuesta: Muchísimo. En su momento enfrentábamos a Internet Explorer, ahora hay más competidores. Nuestro éxito demostró que había hueco para la innovación. En lugar de hacer más de lo mismo, apostamos por la innovacion. En 2005 algunos trabajadores de Firefox se cambiaron a Google, fueron el embrión de Chrome, nuestro máximo competidor hoy. La diferencia es que ellos no parecen estar preocupados por la privacidad tanto como nosotros, que no tenemos ni un buscador ni una red social. Solo nos debemos a los usuarios.
P. Durante el congreso de móviles la fundación Mozilla está ofreciendo puestos de trabajo, ¿ustedes no funcionaban con voluntarios?
R. Sí, lo hacemos, pero no solo con ellos. La fundación funciona como una cebolla, la implicación va por capas. Contamos con más de 10.000 personas que aportan y suman. Desde el que detecta y avisa de un error, al que hace una sugerencia pasando por los 700 trabajadores contratados, de los que más de 300 son ingenieros. Contratamos gente que sabe hacer cosas, que se implica y lo demuestra. No hace falta saber dónde están o quiénes son. No me importa currículum sino lo que saben hacer.
P. ¿Por qué cada vez más gente se está pasando a Chrome, el navegador de Google? Según Statcounter ya les han adelantado.
R. Son ricos y pueden escoger entre muchos ingenieros, algunos aprendieron con nosotros. Entre 2006 y 2009 tuvimos una sangría. El resultado se vio nada más presentarlo. Su motor para gestionar JavaScript es verdaderamente bueno. Siempre miro el lado positivo; sirvió para que Apple mejorase Safari. Microsoft ha tardado, pero también lo ha hecho.
P. Muchos usuarios se quejan de que Firefox es como un tractor, robusto pero lento.
R. ¿Lento? No, eso es por los complementos y los add-ons (pequeños parches añadidos a gusto del usuario para hacer nuevas funciones). En la última versión decidimos que los desarrolladores de estos complementos tendrían que seguir una arquitectura concreta para evitar que esto suceda. Firefox es mejor, entre otras cosas, porque la información no va a Google.
P. ¿Qué quiere decir?
R. Nosotros tenemos una caja para teclear direcciones de páginas web y otra para buscar. En el caso de Chrome es la misma. Tanto si se busca como si se teclea, pasa por Google y almacena la información. Firefox es más claro y transparente con la privacidad.
P. Antes pasaba mucho tiempo entre las versiones, ahora es cuestión de meses, ¿por qué?
Logo del navegador Mozilla Firefox
R. Porque parece que es una demanda de marca, de enviar el mensaje de que siempre innovamos. También porque hacemos grandes cambios en poco tiempo. Los parches de seguridad se actualizan constantemente.
P. Una de las grandes novedades que han presentado durante el congreso es que su versión para móviles y tabletas permite navegar sin hacer seguimiento, de manera oculta. ¿Por qué?
R. Por cuestión de privacidad. El consumidor quiere navegar por Internet sin dar datos de dónde están o qué han buscado.
P. La publicidad en los móviles se basa en eso, ¿qué pasará con ella?
R. No lo sé, no es nuestro problema. Hemos llevado la experiencia del ordenador personal al bolsillo. No es solo una cuestión de comportamiento, también de privacidad. En los móviles hay demasiada información sensible: localización, tarjeta de crédito, agenda de contactos... Me da igual si le gusta o no a la industria de la publicidad. Ya se encontrará un modelo alternativo. La web es muy grande, todo está por crear, Internet es joven.
P. ¿Qué tal está funcionando Firefox en las tabletas con Android?
R. Muy bien porque suelen tener mejor procesador que los móviles y, como la pantalla es mayor, la experiencia merece la pena. Con la llegada de Android 4.0 vamos a enfrentarnos a Chrome también en este campo. El duelo ahora está en las tabletas.
P. ¿Por qué no hay navegador Firefox para iPhone e iPad?
R. Me temo que esa es una pregunta para Apple, que no nos permite tener nuestro propio motor de Javascript en el navegador. Quieren tener más control sobre los usuarios y nosotros no vamos a ceder en ese aspecto. Creo que nosotros somos más transparentes y razonables. Otro motivo es que sus cláusulas no nos iban a permitir actualizarlo con la frecuencia y fluidez que nos gustaría.
R. Pensamos que las aplicaciones tienen un futuro limitado y son cerradas. Hacemos una apuesta por la libertad. Sin iTunes, ni iCloud ni nada que se le parezca. Ya no comprarán eso más, sino que tendrán una selección propia de aplicaciones abiertas basadas en la Red. La aplicación del Financial Times es un buen ejemplo de que se pueden crean aplicaciones sobre HTML5 y CSS sin tener que pasar por ninguna tienda de terceros. La alianza con Telefónica nos ayudará a crear estándares web interesantes. Los teléfonos funcionarán con y sin conexión a Internet. Igual que Apple o Android tendremos un sistema operativo basado en JavaScript. Confío en poder enseñar los primeros resultados dentro de seis meses. Pero sí, gestionará la cámara de fotos, los vídeos, los SMS, lo que se espera de un teléfono de hoy en día, pero con un precio mucho más ajustado.
P. La fundación Mozilla se financia, sobre todo, gracias a Google. Ellos les pagan por ser el buscador por defecto en Firefox (aunque se puede cambiar con un clic). ¿No teme que al competir con ellos le retiren el dinero?
R. Bueno, puede ser, pero tampoco me quita el sueño. Google es el 70% de nuestros ingresos. Si nos lo retira, quizá a Bing (el buscador de Microsoft) le interese contar con ese espacio, o ya encontraremos otras formas de financiación. Queremos que se nos perciba como una institución dedicada a construir Internet y perdurar en el tiempo, que se nos reconozca como fiables e independientes. Si es así, seguro que tendremos dinero para seguir adelante, con Google o sin ellos.

Ascenso y caída del zorro rojo

JAVIER MARTÍN
Si la venganza se sirve en plato frío, la de Netscape llegó congelada, cuando había dejado de existir. Netscape fue prácticamente el primer navegador de Internet. Era de pago y su salida a bolsa abrió la era de los pelotazos puntocom. Sus creadores Mark Andresen y Jim Clark fueron portada en Time, en los años 90, pero un buen día a Microsoft se le ocurrió ofrecer su propio navegador, Explorer, gratuitamente con su sistema operativo Windows. El fenómeno Netscape duró un par de telediarios. El Explorer se hizo con el mercado en la misma proporción que su sistema operativo, en torno al 95% de los ordenadores particulares. Pero antes de malmorir con sucesivas compras, Netscape impulsó una fundación para seguir programando en Internet. Así nació Mozilla, que en 2004 sacó el navegador Firefox e, increíblemente, comenzó a declinar el producto de Microsoft.
Cuatro años después, en 2008, Explorer había caído al 70%, mientras que Firefox se hacía con el 26%, aunque en Europa su éxito era mucho mayor. El navegador del zorro rojo aún tuvo un año más de subida, pero la salida de otro competidor, el Chrome de Google, en el verano de ese mismo, empezó a hacer daño al Explorer, pero también a Firefox.
Cuatro años después StatsCounter señala que Explorer sólo tiene el 35% del mercado, Firefox el 24,9% y el último en llegar, Chrome el 30%. Se calcula que en mayo será el más utilizado. La osadía de Mozilla ha durado cuatro años, ahora su reto no es menor: sacudir el mercado de los sistemas operativos móviles: ni iOS ni Android ni W8: Mozilla.

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