Los investigadores que estudian cómo fármacos como la morfina afectan a los niños se ven limitados por el hecho de que los minúsculos cuerpos de los recién nacidos no pueden prescindir de mucha sangre para su análisis. Como resultado, la farmacología en bebés a menudo implica la conjetura. Eso podría cambiar pronto.
Un nuevo método de detección de minúsculas cantidades de sangre seca en busca de productos químicos podría permitir a los investigadores obtener toda la información que necesitan a partir de pequeñas cantidades de sangre. El primer objetivo de los investigadores es producir una guía de dosificación de medicamentos para los niños. Sin embargo, la lista de posibles aplicaciones es mucho más larga, destaca Jeffrey Galinkin, anestesista de la Universidad de Colorado que encabeza el trabajo. Los especialistas en infecciones podrían utilizar la técnica para diagnosticar el VIH o la tuberculosis, por ejemplo, mientras que las autoridades deportivas podrían utilizarla para controlar el uso de sustancias prohibidas por los deportistas, indica él.
El nuevo enfoque se basa en la tecnología llamada cromatografía líquida—espectrometría de masas (LC-MS/MS), en la que los espectrómetros de masas utilizan una carga eléctrica para convertir las moléculas en iones que pueden ser identificados y contados.
Unos recientes cambios de diseño para aumentar la eficiencia de ionización han conseguido que los dispositivos LC-MS/MS modernos sean hasta 100 veces más sensibles que los modelos antiguos, afirma Johnny Cardenas, director global de marketing para el fabricante de instrumentos AB Sciex. La prueba se puede hacer aún más sensible mediante la "limpieza" de la muestra por cromatografía líquida—la cual ordena las moléculas por tamaño, forma, u otros parámetros--antes de la ionización.
Cuando les administran su medicación, los médicos tienden a tratar a los niños como si simplemente fueran adultos pequeños. Ése es un enfoque peligroso, señala Gregory Hammer, anestesista de la Universidad de Stanford, quien está colaborando con las investigaciones financias por el Institutos Nacionales de Salud. Hammer cita como ejemplo la morfina. En los recién nacidos, aproximadamente el 85 por ciento del peso corporal es agua, en comparación con entre el 60 y 70 por ciento de los adultos, indica él. La dosificación del analgésico en función del peso corporal induce a una concentración relativa más diluida en un bebé. El resultado: "Les vamos a administrar una dosis insuficiente", concluye Hammer.
Actualmente, examinar los efectos de la morfina en los bebés requiere tomar numerosas muestras de sangre de recién nacidos, que sólo requieren el fármaco si se encuentran hospitalizados y en estado crítico. "No podemos tomar muchas muestras" antes de poner en peligro su salud, explica Hammer. "Sin embargo, con pequeñas muestras de sangre seca, podemos obtener tantas muestras como queramos."
A diferencia de la sangre líquida, las manchas secas en papel no requieren un almacenamiento y manipulación peligrosos, destaca Galinkin, quien ha formado una empresa, iC42 Integrated Solutions, para comercializar el trabajo. Las muestras se pueden poner en un sobre y tirarlas en un buzón. Algo que reduce drásticamente el coste de envío de las muestras, afirma él, al tiempo que permite el acceso a las clínicas y los investigadores de salud pública de los países en desarrollo a laboratorios de alta tecnología en cualquier parte del mundo. Los laboratorios podrían examinar sangre seca para medir la progresión de enfermedades--y los efectos de los tratamientos—analizando los biomarcadores, indicadores moleculares de enfermedades, en la sangre.
La técnica también podría ser utilizada para analizar a los atletas en busca de drogas para mejorar su rendimiento. Esto requeriría solamente una gota de sangre tomada en observación directa, evitando los problemas de privacidad relacionados con las pruebas de orina, destaca Galinkin, quien presentó en octubre los resultados de su grupo en la reunión anual de la Sociedad Americana de Anestesistas. Actualmente los investigadores están desarrollando un grupo especial para examinar la presencia de entre 100 y 200 medicamentos sancionados por la Organización Mundial de Lucha contra el Dopaje en la sangre.
Olivier Rabin, director de ciencia de la agencia, comenta que la capacidad de analizar sangre seca con la tecnología de espectrometría de masas parece "algo muy prometedor". Rabin destaca que las pruebas de sangre son la única manera de detectar el uso de la hormona de crecimiento humana, algunos nuevos agentes para estimular la producción de glóbulos rojos, el dopaje genético, y otros sofisticados métodos de fraude. Aunque ciertos compuestos tienen que ser medidos en sangre fresca, indica él, "todo lo que pueda ayudarnos a ganar en sensibilidad y limitar el volumen de fluidos biológicos es, sin duda de gran interés para nosotros."
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