Estos sitios web están en un proceso de 'envejecimiento' en que su público objetivo comienza a estar en las personas de edad media con mayor poder adquisitivo, al tiempo que dejan de ser el refugio de adolescentes: mientras los usuarios de Facebook tienen 38 años de edad en promedio, los de Twitter tienen cerca de 39, según Duh Linh Tu, profesor de medición de audiencias de la Universidad de Columbia.
'A las redes sociales les ha pasado lo mismo que sucede con las discotecas. Comenzaron con mucho impulso entre los jóvenes pero, cuando ellos ven que sus padres o sus tíos también se emocionan con estas herramientas y abren sus perfiles, comienzan a buscar nuevos lugares', comenta Linh Tu.
A esto se une la facilidad que ofrecen para agrupar a comunidades de usuarios, a partir de sus gustos y necesidades, y para encontrar empresas con fines similares, a un costo mínimo. 'Aunque tener presencia no vale un centavo, es necesario invertir en personal que administre de forma correcta estos canales, con los objetivos y la visión particular de la organización', dice Mauricio Jaramillo, analista de medios digitales.
Las organizaciones pueden utilizar redes sociales como Facebook y Twitter para cinco tareas básicas (ver recuadros), las cuales deben responder a una estrategia clara de la compañía, por lo que deben ser realizadas por personal especialmente capacitado para hacerlo. Estas deben crear todo un portafolio de opciones para que los usuarios encuentren aquello que necesitan.
Sree Sreenivasan, experto en medios sociales de la Universidad de Columbia, destaca que las compañías pueden aprovechar la presencia de sus colaboradores en estos medios para ampliar su eficacia. Para él, no es lo mismo que una organización envíe un mensaje a los fanáticos de su página en Facebook, a que sus empleados también los difundan entre sus amigos y familiares.
'Es importante que la empresa no bloquee el acceso a estas redes. La idea es que los empleados sepan que se trata de herramientas similares a los teléfonos, que además pueden aprovechar para ser más productivos y realizar un mejor trabajo', comenta el experto.
Jaramillo recuerda que la compañía debe generar acuerdos y códigos de conducta para gestionar de forma más acertada la presencia y los comentarios que puedan realizar en estas redes.
'No es poner camisas de fuerza a los trabajadores, sino aclararles que sus comentarios y su presencia en las redes sociales tienen efectos sobre la imagen de la compañía. Imagine que un gerente anunciara los negocios que está realizando o que hiciera comentarios inapropiados de una religión. Es importante que sus seguidores sepan qué es personal y qué se relaciona con su trabajo', concluye.
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