En esta era tan centrada en el teléfono móvil, los amigos pueden saber que hemos ido a ver una película cuando llegamos al cine y nos registramos en Facebook o Foursquare. Sin embargo es probablemente demasiado tarde para que algo como esto funcione como algo más que un alarde. Una aplicación para el iPhone llamada Blaze Mobile Wallet les comunica el instante en que reservamos el ticket con antelación, dándoles tiempo para responder y quedar con nosotros allí.
Cuando los usuarios pagan por una reserva a través de la aplicación, que toma los fondos de una cuenta prepagada, una publicación en Facebook permite a los amigos conocer todos los detalles: película, cine, y la hora a la que empieza. "Hace más probable que los amigos se nos unan para la película", afirma Michelle Fisher, directora general de Blaze Mobile, una entre una serie de empresas dedicadas a la exploración de cómo los teléfonos móviles utilizados como billeteras pueden generar nuevas conexiones entre nuestros amigos y entre las empresas y sus clientes.
Lo que hace que todo esto sea posible son los pagos "sin contacto", una tecnología que transfiere fondos cuando el usuario pasa el teléfono por un lector de tarjetas instalado por los minoristas. En el caso de Blaze Mobile Wallet, por ejemplo, una pegatinas RFID con el protocolo PayPass de MasterCard llevan esa capacidad a cualquier teléfono inteligente que ejecute la aplicación.
Home Depot, 7-Eleven, y muchos otros grandes minoristas han instalado los pagos sin contacto en los últimos años. Las empresas están interesadas en que las colas para pagar se muevan más rápidamente, así como en reducir las transacciones en efectivo, afirma James Anderson, vicepresidente mundial del sector de móviles en MasterCard. La compañía tiene actualmente 83 millones de tarjetas y etiquetas sin contacto en circulación en todo el mundo, y cerca de 265.000 empresas aceptan pagos sin contacto. Sin embargo, estas operaciones se realizan actualmente con versiones sin contacto de tarjetas de crédito, o sistemas que se cuelgan del llavero del cliente.
Posibilitar el pago a través de teléfonos móviles probablemente hará que los compradores se comporten de manera diferente, asegura Anderson. "Las personas suelen tener su teléfono mucho más a mano, así que creo que están más dispuestas a pagar", explica. "Por ejemplo, muchas mujeres ponen sus tarjetas en la parte inferior del bolso por seguridad, pero mantienen su teléfono en la parte superior para facilitar el acceso".
El resultado es una nueva oportunidad para los minoristas, afirma Dave Wentker, director de productos móviles de Visa Internacional. "Para los minoristas, el móvil es un canal esencial para llegar a sus clientes", señala. "Pagar con el teléfono no es sólo hacer el pago; estamos hablando de publicidad, cupones, y lealtad".
Bling Nation, una startup con sede en Palo Alto, California, ya está demostrando cómo las empresas pueden utilizar los lazos sociales de los clientes. Al igual que Blaze, la empresa distribuye pegatinas que hacen que los teléfonos puedan emplearse para el pago sin contacto. También incluye características proporcionadas por Facebook para vincular la cuenta de cada usuario con su identidad de Facebook.
Gracias a esa integración, los minoristas pueden utilizar la red social para llegar a clientes seleccionados con ofertas y regalos. Cuando una persona utiliza esa oferta, una actualización de Facebook permite darla a conocer a sus amigos. "Podemos elegir a los clientes más fieles, y a los que tengan más amigos, para dirigirnos a ellos con cupones", afirma Judy Balint, presidenta de desarrollo de negocios en Bling. Las transacciones de Bling son las primeras de este tipo que sacan el dinero de una cuenta PayPal.
Otras startups están trabajando en el lado receptor de los pagos móviles. Jack Dorsey, el inventor y cofundador de Twitter, ha fundado una nueva empresa llamada Square, que ha creado un pequeño lector de tarjeta de crédito que se conecta al conector de auriculares de un teléfono inteligente o tableta. Después de que la tarjeta de crédito del cliente se pasa por el lector, una aplicación en el dispositivo procesa la transacción. Por el coste de un lector convencional inalámbrico de tarjetas de crédito—por lo general 900 dólares, afirma Dorsey, una empresa puede comprar un puñado de iPods Touch que realicen la misma tarea al combinarse con lectores Square gratuitos.
Square gana dinero mediante el cobro de una tasa del 2,75 por ciento, más 15 centavos por cada transacción, aunque debe pasar una parte de ese dinero al proveedor de la tarjeta del cliente.
Por ese dinero, Square ofrece características novedosas a los minoristas, como por ejemplo un nuevo tipo de recibo electrónico. En lugar de un simple trozo de papel, Square envía un recibo por mensaje de texto o correo electrónico y puede incluir una imagen de la compra, información sobre el número de veces que hemos visitado esa tienda en el pasado, y un mapa que muestra dónde se hizo la transacción. Los consumidores podrían algún día ser capaces de compartir sus recibos en Twitter o en un servicio basado en la localización, afirma Dorsey. Los recibos interactivos también podrían incluir cupones u otras promociones.
Sea cual sea el mecanismo, afirma Dorsey, el uso de teléfonos móviles para cobrar pagos exige a las empresas pensar de forma diferente. "Los pagos y los recibos son en realidad una plataforma de publicación", asegura. "Es sólo que nunca se les ha prestado la atención que merecen".
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