Después de mapear las intricadas redes sociales humanas, Nicholas Christakis y su colega James Fowler, comenzaron a investigar cómo esta información puede mejorar nuestras vidas. Ahora revela sus hallazgos recientes: estas redes se pueden usar para detectar tanto epidemias en forma más temprana que nunca, así como difusión de ideas innovadoras y comportamientos arriesgados, o virus como el H1N1.
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