Wayra es una iniciativa para fomentar la emprendeduría y la innovación en las TIC en Latinoamérica. El proyecto, que cuenta con la participación de Telefónica I+D, tiene la intención de identificar el talento y las mejores ideas para apoyar su desarrollo ofreciéndoles la financiación y la tecnología necesarias.
Wayra, que significa ‘viento’ en quechua, se fundamenta en tres acciones: identificar a los emprendedores y a los proyectos cuyas ideas tengan potencial, hacerlos crecer mediante la red de campus llamada Prometea y apoyarlos en el apartado financiero mediante los fondos de capital Amerigo.
Latinoamérica es una de las regiones del mundo con más potencial para el crecimiento económico. Sin embargo vivimos unos tiempos que exigen ideas innovadoras, y el acceso a recursos puede significar el éxito o el fracaso para éstas.
El proyecto Wayra, mediante Prometea y Amerigo, quiere ofrecer apoyo a los emprendedores latinoamericanos justamente en los apartados tecnológicos y económicos. En palabras de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica en Latinoamérica: “Lo queremos con Wayra es que en Latinoamérica se cree el embrión de lo que serán futuros Sillicon Valley en todos los países”.
Los retos regionales
Con la expansión de las zonas de innovación y su separación de los polos de crecimento, de los “Silicon Valleys” del mundo, los retos que debe afrontar cada desarrollo comienzan a tener un caracter único.
Las incubadoras de startups han demostrado ser viables en cualquier parte. Baste el ejemplo del modelo Seedcamp, que pasó de ser un foco de crecimiento casi solo para la ciudad de Londres a un eje para las nuevas empresas tecnológicas de toda Europa. Y, finalmente en 2011, también para África gracias a la celebración de Seedcamp Sudáfrica.
Proyectos como Wayra con afán de internacionalización de los procesos ofrecen a los emprendedores locales la financiación y la tecnología, los dos factores que un principio se antojan imprescindibles para poner en práctica cualquier idea. Y también asesoramiento para que los proyectos puedan avanzar con el pie en el aceleredador, sin miedo a chochar en todas las curvas.
Sin embargo, no se pueden olvidar otros factores igual de importantes que no se dan en cualquier lugar. El innovador necesita estar en contacto contínuo con un entorno que fomente su afan emprendedor, en el que poder compartir dudas e inquitudes, en el que encontrar soluciones ante las trabas y felicitaciones por una idea brillante. Por eso hace falta el contacto con un lugar de conocimiento como la Universidad.
La ubicación también va a ser determinante para garantizar la viabilidad en la mayoría de los casos. Que el lanzamiento de una nueva startup esté tutoreado por una gran compañía capaz de proporcionar todo el capital necesario debe ser equilibrado por una visión de negocio que no olvide la necesidad de ingresos conseguidos de forma autónoma, o lo que es lo mismo, en qué mercado se está desarrollando un producto o a qué mercados va a ser capaz de salta. Como tampoco se puede dejar de lado la perpectiva económica ulterior; una vez consolidada la empresa cuál será la decisión: ¿vender o salir a bolsa?
Con información de RWWES