A medida que Gobiernos de todo el mundo trasladan sus TIC a la nube, se convierten en clientes cada vez más codiciados por Google y Microsoft.
Microsoft tiene a San Francisco, Minnesota, el departamento de Agricultura de Estados Unidos, la Agencia Europea de Medio Ambiente y la Generalitat de Cataluña.
A Google tampoco le va mal, con Los Angeles, Orlando, el Ministerio de Educación de Singapur, cuatro estados de México y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU..
Estos organismos públicos representan algunos de los clientes trofeo de ambas compañías, dos rivales que compiten por acaparar conversos en sus versiones de computación en la nube.
El sector público ha sido históricamente uno de los mayores compradores de ordenadores y servicios informáticos; en Estados Unidos, el presupuesto total anual destinado por el Gobierno a Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es de 75.000 millones de dólares (55.420 millones de euros). A medida que las agencias locales, estatales y federales siguen al sector privado en cuanto a la adopción de la computación en la nube, Google y Microsoft quieren acaparar la mayor cantidad de ese negocio que puedan.
Cada compañía posee una flota de vendedores haciendo un seguimiento de las cuentas del Gobierno, y cada una está dispuesta a dar la impresión de que el impulso de la tecnología está de su lado. Cada victoria importante dentro del mercado se anuncia con bombo y platillo mediante comunicados de prensa y otras fanfarrias. Algunos concursos para clientes acaban en los tribunales, como cuando Google demandó al Departamento del Interior de EE.UU. con la esperanza de deshacer un acuerdo de 59,3 millones dólares (43,8 millones de euros) que firmó con Microsoft; el asunto aún está pendiente.
Las organizaciones gubernamentales utilizan actualmente la tecnología en la nube sobre todo para el correo electrónico. En el pasado, esa función tradicionalmente era manejada por servidores dentro de las instalaciones propias de las agencias; generalmente, el software utilizado era o bien Lotus Notes o Microsoft Exchange, una de las piedras angulares de la franquicia de negocios de software de Microsoft. Sin embargo, las versiones anteriores de correo electrónico Exchange han gozado de poca popularidad entre los usuarios dentro del Gobierno y en el sector privado, que se han quejado de su velocidad glaciar y los frustrantes límites de la bandeja de entrada.
Google, viendo una posibilidad de negocio, comenzó a comercializar una versión especial de su popular servicio Gmail hecha a medida de las agencias gubernamentales. Uno de los cambios ha sido que los datos se mantienen en su propio banco de ordenadores, separados de los destinados al Gmail "civil".
En 2009, la ciudad de Los Angeles eligió Gmail para sus 30.000 empleados. Esa decisión marcó un hito. Jon Walton, director de información de San Francisco, afirma que los gobiernos han sido reacios a considerar la externalización del correo por razones de seguridad. "Sin embargo, en Los Angeles se rompió el tabú", asegura. "Los Angeles es la responsable de haber abierto esta oportunidad para todos".
El anuncio de Los Angeles fue una entre las varias sacudidas que Microsoft recibió antes de que reforzara su servicio en la nube. En la actualidad, Microsoft gestionará los servidores de Exchange de una agencia del Gobierno en sus propios centros de datos, lo que elimina la necesidad de instalar hardware en la localización del usuario.
Una de las ventajas clave de Microsoft, afirma Susie Adams, directora de tecnología de Microsoft Federal, es que la mayoría de los empleados que trabajan con ordenadores, tanto dentro como fuera del Gobierno, son usuarios de productos de Microsoft Office desde hace mucho tiempo y no desean cambiar a algo desconocido.
Google responde afirmando que su oferta basada en la nube, como Gmail y Google Docs, es menos costosa y más fácil de ejecutar. David Mihalchik, director de Google Apps Federal, indica que gran parte del éxito de la compañía hasta la fecha ha residido en Gmail y otros productos de colaboración. Ninguna gran agencia gubernamental ha cambiado hasta ahora todo su software de Office por productos de Google, afirma, aunque algunas están empezando a considerar la idea.
Entonces, ¿quién lleva la delantera? Shawn P. McCarthy, director de investigación en el sector gubernamental de IDC, afirma que Google tenía ventaja inicial, pero Microsoft se ha puesto al día. No obstante, la competición está en sus primeros días.
Ambas compañías subrayan que el correo electrónico basado en la nube es ideal para el entorno fiscal actual, en el que los ingresos del Gobierno escasean a todos los niveles. Aunque ambas partes afirman que sus servicios en la nube ahorran dinero, McCarthy asegura que es difícil saber hasta qué punto esto es así: los términos de los contratos de los grandes Gobiernos suelen mantenerse en secreto, para que los futuros clientes no sepan los tipos de descuentos que pueden llegar a conseguir.
Las dos compañías, después de todo, están dispuestas a negociar.
Copyright Technology Review 2011.