Según informa OStatic, openSUSE, Fedora, Red Hat, Ubuntu, Mandriva y Mageia están preparando una herramienta unificada que permitirá instalar cualquier aplicación en cualquiera de estas distribuciones y en las que se adhieran en el futuro al proyecto. Su intención es facilitar aún más la instalación de software al usuario final con un movimiento que, de salir bien, podría suponer un tanto a favor del sistema del pingüino muy importante para aumentar su presencia entre los consumidores finales.
Guillem Alsina (guillem@imatica.org) – A estas alturas y rondando desde hace mucho tiempo un pobre 1% estimado del total de los escritorios informáticos, es obvio que GNU/Linux ha perdido esta batalla en favor de Windows y, en menor medida, de Mac OS X, que le ha pasado la mano por la cara como desktop alternativo al omnipresente sistema operativo de Microsoft. Ni siquiera distribuciones como Ubuntu, Fedora u openSUSE, que generan gran cantidad de noticias e interés en Internet, han conseguido hacerse un hueco real en el mercado, aunque el terreno de los servidores es otro cantar, con un Linux que goza de una muy buena salud.
Hace años, uno de los principales problemas de GNU/Linux para los usuarios era la instalación de software, simplificada hasta el extremo en Windows gracias a unos paquetes autoinstalables que hacen todo el trabajo con solamente seleccionar algunas opciones y hacer clic sobre unos botones, algo que en el sistema del pingüino era impensable hasta hace relativamente poco, en que sistemas de gestión de paquetes que resuelven automáticamente las dependencias se han ido incorporando paulatinamente a las principales distribuciones.
No obstante, y hablando de este aspecto, queda un punto por resolver: la transversalidad de aplicaciones entre distribuciones. Hoy en día, la mayoría de las distros utilizan paquetes RPM y DEB, y ni incluso esto es garantía de que un paquete genérico en uno de estos formatos pueda ser instalado en un sistema GNU/Linux sin tener que instalar de alguna forma otros paquetes, una tarea que a muchos usuarios finales se les hace un mundo.
Para facilitar tal tarea, y según informa el sitio OStatic -dedicado a fomentar la adopción de software libre-, responsables de las principales distribuciones GNU/Linux del mercado están negociando los detalles de un sistema universal de instalación de aplicaciones, que funcionaría tras un front-end inspirado en el paradigma de App Store popularizado por Apple. Los implicados, según continúa explicando la publicación, son los “pesos pesados” del ecosistema del sistema del pingüino: Debian, Ubuntu, openSUSE, Fedora, Red Hat, Mandriva y Mageia.
La elección de un formato de tienda de aplicaciones que “esconda” los detalles técnicos como son las dependencias que necesita cada aplicación, y se centre en otros detalles más interesantes para el usuario final como ofrecer una captura de pantalla al usuario para que pueda ver como es el programa en funcionamiento, responde a esta voluntad de capturar mayor cuota de mercado en el sector de consumo. No obstante, a GNU/Linux le continuará faltando una pieza clave: el apoyo de los principales fabricantes de computadoras, que hasta ahora han sacado al mercado escasos ejemplares corriendo con el sistema del pingüino y más en clave de “rareza” que otra cosa.
La iniciativa saldrá adelante siempre que las distribuciones que la forman dejen de lado buena parte de su “ego” para ceder en decisiones técnicas y de imagen de producto claves ya que, si no es así, se corre el riesgo de volver al fraccionamiento inicial y que, en lugar de una tienda de aplicaciones unificada, tengamos siete u ocho tiendas adaptadas únicamente a una distribución concreta y sus derivadas, como ocurre ahora con los gestores de paquetes.
Guillem Alsina (guillem@imatica.org) – A estas alturas y rondando desde hace mucho tiempo un pobre 1% estimado del total de los escritorios informáticos, es obvio que GNU/Linux ha perdido esta batalla en favor de Windows y, en menor medida, de Mac OS X, que le ha pasado la mano por la cara como desktop alternativo al omnipresente sistema operativo de Microsoft. Ni siquiera distribuciones como Ubuntu, Fedora u openSUSE, que generan gran cantidad de noticias e interés en Internet, han conseguido hacerse un hueco real en el mercado, aunque el terreno de los servidores es otro cantar, con un Linux que goza de una muy buena salud.
Hace años, uno de los principales problemas de GNU/Linux para los usuarios era la instalación de software, simplificada hasta el extremo en Windows gracias a unos paquetes autoinstalables que hacen todo el trabajo con solamente seleccionar algunas opciones y hacer clic sobre unos botones, algo que en el sistema del pingüino era impensable hasta hace relativamente poco, en que sistemas de gestión de paquetes que resuelven automáticamente las dependencias se han ido incorporando paulatinamente a las principales distribuciones.
No obstante, y hablando de este aspecto, queda un punto por resolver: la transversalidad de aplicaciones entre distribuciones. Hoy en día, la mayoría de las distros utilizan paquetes RPM y DEB, y ni incluso esto es garantía de que un paquete genérico en uno de estos formatos pueda ser instalado en un sistema GNU/Linux sin tener que instalar de alguna forma otros paquetes, una tarea que a muchos usuarios finales se les hace un mundo.
Para facilitar tal tarea, y según informa el sitio OStatic -dedicado a fomentar la adopción de software libre-, responsables de las principales distribuciones GNU/Linux del mercado están negociando los detalles de un sistema universal de instalación de aplicaciones, que funcionaría tras un front-end inspirado en el paradigma de App Store popularizado por Apple. Los implicados, según continúa explicando la publicación, son los “pesos pesados” del ecosistema del sistema del pingüino: Debian, Ubuntu, openSUSE, Fedora, Red Hat, Mandriva y Mageia.
La elección de un formato de tienda de aplicaciones que “esconda” los detalles técnicos como son las dependencias que necesita cada aplicación, y se centre en otros detalles más interesantes para el usuario final como ofrecer una captura de pantalla al usuario para que pueda ver como es el programa en funcionamiento, responde a esta voluntad de capturar mayor cuota de mercado en el sector de consumo. No obstante, a GNU/Linux le continuará faltando una pieza clave: el apoyo de los principales fabricantes de computadoras, que hasta ahora han sacado al mercado escasos ejemplares corriendo con el sistema del pingüino y más en clave de “rareza” que otra cosa.
La iniciativa saldrá adelante siempre que las distribuciones que la forman dejen de lado buena parte de su “ego” para ceder en decisiones técnicas y de imagen de producto claves ya que, si no es así, se corre el riesgo de volver al fraccionamiento inicial y que, en lugar de una tienda de aplicaciones unificada, tengamos siete u ocho tiendas adaptadas únicamente a una distribución concreta y sus derivadas, como ocurre ahora con los gestores de paquetes.
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