Por Ellen Gamerman y Kelly Crow
Este fin de semana, los coleccionistas de arte sentados enfrente de sus computadoras en Londres, Toronto y Miami se encontraron cara a cara con la misma obra de arte, un montaje del artista estadounidense Robert Rauschenberg. El precio para los compradores en línea interesados: más de US$1 millón.
La pregunta de si es posible vender obras de calidad por Internet lleva atormentado al mundo del arte desde hace tiempo. Los coleccionistas de piezas de gran valor han sido tradicionalmente reacios a gastar grandes cantidades de dinero en obras que no han visto en persona y una serie de empresas que venden arte en la web fracasaron en sus inicios. Pero a medida que aumenta el número de compradores de Asia, Rusia y Medio Oriente, la necesidad de alcanzar a coleccionistas de todo el mundo nunca ha sido mayor. A su vez, los comerciantes de arte están buscando nuevas formas de conectarse con una generación más joven que está empezando a explorar el mercado del arte, pero sin ahuyentar a sus mejores clientes.
Ahora, algunos de los nombres más importantes en los mundos del arte y la tecnología están apostando a que los coleccionistas gastarán millones de dólares en cuadros y esculturas que tan sólo han visto en Internet. Un gran número de prestigiosas galerías participó en esta primera edición de la VIP Art Fair, un evento exclusivamente en línea donde los posibles compradores pueden adquirir obras de artistas contemporáneos y modernos como Jackson Pollock, Louise Bourgeois, Francis Bacon y Damien Hirst. Casi 140 galerías de más de 30 países —incluyendo comerciantes de la categoría de David Zwirner, Larry Gagosian y la Pace Gallery— han pagado para tener exposiciones virtuales. América Latina está representada por Argentina, Brasil, Chile y México.
El presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt; el presidente de la junta directiva y cofundador de Twitter, Jack Dorsey, y la megacoleccionista rusa Dasha Zhukova están invirtiendo en Art.sy, un servicio cuyo lanzamiento está previsto para dentro de unos meses. La página web está diseñada para ayudar a los coleccionistas a encontrar obras de arte en base a sus gustos personales e historial de compras, un sistema similar al de Pandora, el sitio web de música que ofrece a los oyentes la posibilidad de descubrir y escuchar nuevos grupos de música. El presidente ejecutivo de Pandora, Joe Kennedy, está asesorando a la compañía.
Dorsey afirma que el sitio atraerá a una generación relacionada con la tecnología que está comenzando a invertir en arte. "Ahora mismo, hay un gran número de jóvenes que quieren conectar lo que están haciendo en páginas web como Twitter, Facebook y Foursquare con sus otros intereses, que incluyen arte, cuadros, dibujos y esculturas", dice.
Los coleccionistas parecen cada vez más dispuestos a gastar grandes sumas en comprar arte en línea. En Christie's, que ofrece ventas en línea en tiempo real en casi todas sus subastas, un recipiente para vino de la Dinastía Shang se vendió por US$3,3 millones en septiembre, batiendo el récord de la compañía para una obra comprada por Internet.
La nueva ola de compañías de arte digitales está despegando justo cuando el mercado del arte comienza a recuperar la salud. Sotheby's y Christie's vendieron combinadas más de US$9.000 millones en arte el año pasado, casi duplicando sus ventas del año previo. Los precios están subiendo de nuevo para el arte contemporáneo, responsable del boom más reciente del mercado antes de que golpeara la crisis financiera mundial.
Mark Vanmoerkerke, un inversionista de capital privado y de bienes raíces de Bélgica, ve en Internet el siguiente paso lógico en un mercado del arte cada vez más global. "Vivo en la lejana Bélgica; no todo el mundo vive en Nueva York o Londres. Por eso estoy acostumbrado a comprar en línea", afirma.
Para los comerciantes de arte, una feria de arte virtual puede ser una forma atractiva de llegar a una mayor audiencia a tan sólo una fracción del costo de la participación en una feria tradicional. Durante la recesión, algunas galerías más pequeñas optaron por no participar en ferias prestigiosas como Art Basel Miami Beach, donde los costos de alquiler de un puesto de exhibición oscilan entre US$10.500 y US$65.000. En la VIP Art Fair, que durará hasta el 30 de enero, las galerías han pagado entre US$5.000 y US$20.000 por sus exhibiciones virtuales.
La Gagosian Gallery, al no tener que preocuparse de los costos de envío, ofrecerá obras de sus filiales en Atenas, Los Ángeles, París, Londres, Roma y Nueva York para la feria en línea.
Para triunfar, los organizadores creen que el evento debe encontrar un equilibrio entre ofrecer una puerta de acceso a los novatos y asegurar la exlusividad que esperan los coleccionistas veteranos. Los visitantes sin invitación podrán navegar la página gratis, pero tendrán que pagar US$100 por un pase al principio de la feria para ver los precios de las obras e interactuar con los comerciantes.
Los compradores no arrastrarán un cuadro a un "carrito de compra virtual" ni pagarán con PayPal; en su lugar, será necesario contactar a los comerciantes por mensaje instantáneo, e-mail o teléfono para cerrar un acuerdo.
"Sigue siendo un mundo de arte de lujo, acompañado de elitismo", dice James Cohan, un comerciante de arte de Nueva York y cocreador de la feria.
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