Hay ofertas que parecen demasiado buenas como para ser verdad. Muchas tiendas online ofrecen "laptops" de marca por menos de 500 dólares. Las pruebas técnicas parecen estar en orden e incluso por encima del promedio de este nivel de precios. Sólo llama la atención el sistema operativo: en lugar de Windows 7 u otra versión anterior del sistema operativo de Microsoft, los interesados ven Linux, Linpus, Free-DOS o simplemente "sin sistema operativo".
La renuncia a Windows es la razón de esos precios ostensiblemente bajos, pues los fabricantes deberían pagar a Microsoft por la instalación de Windows. "En el mercado de las computadoras portátiles, el segmento de los precios bajos es tan disputado que los fabricantes están dispuestos a ahorrarse todo euro que puedan", explica Elmar Geese, presidente de la asociación Linux en Berlín. En lugar de Windows, las "laptops" vienen sin sistema operativo alguno o con una variante del sistema operativo alternativo gratuito Linux ya preinstalada.
Para el usuario, esto significa trabajo extra y tener que acostumbrarse. La instalación del Windows de la computadora antigua simplemente no es posible: la mayoría de las instalaciones de Windows están ligadas por licencia a la computadora con la cual fueron compradas. Axel Pols, de la asociación Linux en Berlín, se muestra escéptico frente a los aparatos sin sistema operativo. Los laptops han bajado tanto de precio que en realidad nadie podría abstenerse de un sistema operativo, dice, aconsejando a los interesados no guiarse sólo por el precio. "Antes de comprar, piense bien cuál debe ser el tamaño de su "laptop" y para qué tareas estará destinado". Esa ha de ser la base para una decisión de compra.
Pero ¿tiene que ser obligadamente una computadora Windows? No, dice Elmar Geese: "Distribuciones maduras de Linux como Ubuntu son ya capaces de reemplazar completamente a Windows". Además, en los últimos años se han desarrollado convenciones generales para los sistemas operativos y no se necesita de demasiado tiempo de acostumbramiento. El uso de los Macs, las computadoras Windows y los smartphones es en muchos aspectos asombrosamente semejante."En este punto, no puede decirse que las distribuciones Linux hayan inventado la rueda".
El punto decisivo para portátiles Linux es hallar una adecuada "distribución", pues en ninguna computadora sólo se instala Linux a secas. Por el contrario, hay que optar por diferentes paquetes de software basados en Linux, llamados "distribuciones". Populares variantes son por ejemplo Ubuntu, Open-Suse, Debian o Mandriva. Junto con una interfaz gráfica común, todos contienen también mucho software: un navegador, un programa de correos, un reproductor multimedia y paquetes de oficina. Muchas distribuciones pueden ser descargadas gratuitamente desde Internet.
Algunos proveedores dificultan al usuario la decisión de qué distribución instalar en la "laptop". Según Thorsten Leemhuis, redactor de la revista alemana de computación "c't", este es el punto débil decisivo de algunas de estas ofertas: "Simplemente, mencionar a Linux no ayuda a nadie", dice. Además, los sistemas operativos Linux instalados en los aparatos suelen ser inutilizables. A veces, por ejemplo, aparece Linpus, una versión con funciones disminuidas destinada originalmente para su consumo en el mercado asiático.
Un usuario normal debería abstenerse de tales ofertas, aconseja Leemhuis. "La interrelación entre computadora y software se ha vuelto muy compleja. Si no están debidamente sintonizados, muy pronto se convertirán en un problema". Independientemente de si usted esté usando una distribución Windows o Linux, lo importante es tener una instalación estable y razonable. Si lo que usted busca es una computadora que funcione bien, entonces absténgase de comprar un aparato al que todavía hay que instalar un sistema operativo que funcione.
Quien quiera pasarse a Linux puede probar muchas distribuciones sin tener necesidad de instalarlas. Esto lo posibilitan los llamados "live systems", que pueden descargarse gratuitamente desde la red y guardarse en una memoria externa como CD, DVD o memorias USB. Se puede arrancar entonces la computadora desde esa memoria externa y probar las diferentes distribuciones Linux. De este modo, la instalación Windows o de otros sistemas operativos que tenga instalados permanecen intactas. El lado práctico de esto es que, si la distribución le place, el usuario puede instalarla directamente en el sistema mediante un simple clic del ratón.
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