Por Mark Heraghty
/ Virgin Media Business / BBC
¿Alguna vez deseó nunca haber conocido a su jefe y que sus colegas fueran hologramas? En menos de una generación podría ser la norma.
La posibilidad de trabajar con gente con la que uno nunca va a encontrarse y comunicarse con colegas virtuales son dos de los posibles escenarios identificados por importantes pensadores sobre cómo evolucionarán los lugares de trabajo para 2025.
Muestreos de un panel, en el que estaban representados el Imperial College London, el Instituto de Tecnología de Masschusetts (MIT, por sus siglas en inglés), la Universidad de Washington, otras academias internacionales y el gobierno británico, apuntan a un cambio dramático en el lugar de trabajo tal cual lo conocemos.
Olvídese de si es práctico o no traer sus dispositivos tecnológicos al trabajo. En el futuro, quizá usted ni tenga una oficina.
Según el grupo de expertos, en 2025 la tecnología nos permitirá evocar los espacios de trabajo mediante el uso de superficies interactivas.
Teleconferencias holográficas y pruebas virtuales de los proyectos harán que los modelos de las actuales oficinas terminen en la papelera de reciclaje.
En su lugar, múltiples superficies en el hogar, o en los centros de trabajo compartido, serán revestidas con pintura digital "inteligente" que proyectará, con un solo toque, avatares en 3D de los colegas.
El proyecto "Recompose" del MIT ya está viendo cómo una superficie física puede cambiar en respuesta a comandos basados en gestos.
En el futuro vamos a remodelar superficies sin tocarlas, interactuar con documentos o crear objetos que luego pueden ser impresos en 3D.
Fuerza dispersa
Debido a estos cambios, la fuerza de trabajo estará mucho más dispersa. Los empleados tendrán diversas carreras en varios lugares diferentes y trabajarán períodos más cortos en los proyectos.
En muchos casos, las personas que trabajen de esta manera ni siquiera conocerán las identidades de los demás.
Y no sólo los empleados deben estar preparados para el cambio. El número de locaciones que una compañía utiliza se incrementará 50% para 2020, de acuerdo a una investigación de PriceWaterhouseCoopers.
Estos avances impulsados por datos barrerán con las pautas de trabajo establecidas.
Es una tendencia que ya está en marcha. Para el próximo año habrá 1.200 millones de dispositivos electrónicos conectados en más de 800 millones de hogares con conexiones de banda ancha, asegura IBM.
Políticas como la de "traiga su propio dispositivo" son cada vez más populares ya que las funciones de los dispositivos de consumo cada vez más permiten su uso para los negocios.
Es lógico que si uno puede tener un dispositivo para almacenar información personal y de trabajo, es mejor que usar dos dispositivos distintos.
Con el tiempo, la computación omnipresente a través redes integradas de circuitos en todo lo que nos rodea significará que el teléfono móvil y, con el tiempo, gafas y lentes de contacto, serán la puerta de entrada a los espacios de trabajo virtuales. Un pestañeo y uno puede transportarse al corazón de nuestras "oficinas".
No hay necesidad de preocuparse de traer su propio dispositivo si eso significa traerse a uno mismo. Y, de todos modos, no hay ninguna oficina física para ir.
La combinación de los dispositivos para el trabajo y para uso personal será llevada a la enésima potencia.
A medida que el alcance y la capacidad de lo que se puede lograr con estos dispositivos aumenta, se dará lugar a colaboraciones masivas.
Caos organizado
Debido a la mayor conectividad y a la inmensa dispersión de la mano de obra, simularemos el caos organizado de una colonia de abejas o de hormigas.
Los grupos de trabajadores se organizarán digitalmente a lo largo del mundo y se mantendrán en contacto con esta tecnología incorporada que nos permitirá trabajar aunque estemos en movimiento siempre que queramos.
Es comprensible que todo esto suene un poco androide.
"No hay razón para temer", asegura Mads Thimmer, fundador de Innovation Lab, una entidad danesa sobre las redes de tecnologías emergentes.
"La belleza de la sociedad en línea que se viene es que va a tener un botón de apagado. Por eso es tan atractiva".
Innovaciones impulsadas por datos, respaldadas por la infraestructura comunicacional, forzarán algunos cambios enormes en el lugar de trabajo y en la forma en que muchos de nosotros hacemos nuestro trabajo.
La tecnología será capaz de liberarnos de muchas de las restricciones de los patrones actuales de trabajo y también podría significar que todos trabajemos un poco menos.
El jefe ausente y los colegas virtuales bien podrían convertirse en algo popular.
Mark Heraghty es director general de Virgin Media Business. Este artículo contiene extractos de un artículo de investigación de próxima publicación titulado Future Laboratory (El laboratorio del futuro).
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