Por DIONNE SEARCEY
SEATTLE—El multimillonario cofundador de Microsoft, Paul Allen, quiere una IBM 7094. Este sistema de procesamiento de datos, difícil de localizar, fue retirado del mercado en 1969 después de apenas siete años y no ha sido ampliamente usado desde entonces. Encontrarla es el trabajo de Ian King.
Muchas veces vistiendo una falda escocesa, King está dando la vuelta al mundo buscando la 7094 y otras viejas computadoras poco conocidas y a menudo enormes. Las máquinas serán parte del Museo Viviente de Computadoras de Allen, que sólo acepta visitas con cita previa.
"Estoy como un niño en una tienda de caramelos", cuenta King, quien tiene una maestría en computación de la Universidad de Washington y está haciendo su doctorado en historia de la ciencia de la información y evolución de la tecnología.
El museo es un homenaje a una parte singular del pasado de la computación: máquinas que permitían que múltiples usuarios trabajaran en ellas al mismo tiempo, algo conocido como "tiempo compartido". Allen lo está llenando con gigantescas computadoras centrales y procesadores de los inicios de la computación. También en su lista de deseos están las máquinas de 32 bits de Interdata y un Imlac PDS-1, considerado uno de los predecesores de la computadora de escritorio moderna.
King, de 51 años, espera encontrarlos todos. Algunos de los equipos, que pueden pesar varias toneladas, están en depósitos, pero otros fueron vendidos como chatarra.
Este experto, que alberga una colección propia de computadoras viejas en su sótano, empezó su actual búsqueda en 2008 después de trabajar en Microsoft. Como parte de su trabajo, se enfrenta con circuitos llenos de excrementos de ratas y telas de araña. Parte de su misión es convencer a los vendedores de que su presupuesto no es ilimitado, a pesar del financista detrás del proyecto, y que las máquinas no van a acabar en la casa de algún multimillonario fuera de la vista pública. King rehúsa decir cuánto ha gastado ya.
Allen atribuye su interés en estas viejas computadoras, en parte, a la nostalgia. Estas son las herramientas que él y su amigo del colegio secundario Bill Gates usaron para escribir el lenguaje de programación que dio lugar a la fundación de Microsoft. Máquinas como un teletipo antiguo "me son muy queridas", señala. "Tienen un cierto olor y un cierto sonido cuando uno presiona las teclas", dice Allen, de 58 años. "Desde luego me transportan a aquellos tiempos".
Con la ayuda de un microscopio, manuales de los años sesenta y mucho esfuerzo, el equipo de Allen ha devuelto la vida a muchas de esas viejas computadoras. La amplia sala donde se encuentran da la sensación de ser el escenario de una vieja película de ciencia ficción, con luces parpadeantes y discos gigantes girando. Cuando se encienden a la vez, emiten un zumbido apagado y a veces se oye un crujido procedente de un ventilador que funciona mal.
Se ha tenido que crear un espacio debajo del piso para enrollar los gruesos cables de las máquinas, y King y sus colegas han tratado de modernizar la fuente de energía de estas viejas máquinas que aun así todavía consumen miles de vatios.
Para encontrar las computadoras, King busca en eBay y foros tecnológicos en Internet. Allen dice que montar su Flying Heritage Collection, un museo de aviones de la Segunda Guerra Mundial, fue más fácil.
Más de una vez la búsqueda ha terminado en decepción. Hace unos meses, King creyó que finalmente había encontrado la IBM 7094, que en 1962 costaba US$3 millones. Un e-mail le alertó de que en una granja del sur de Australia alguien tenía una vieja 7094 salvada de una montaña de chatarra. Viajó a Australia, pero descubrió que no era la que buscaba sino una IBM 7090, anterior a las que permitían el "tiempo compartido". El viaje, sin embargo, no fue en vano. King terminó reuniéndose con un coleccionista de Perth que le vendió una IBM System/360 Model 40, que salió al mercado en 1964. King cree que era la única que estaba en manos privadas.
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