martes, 23 de agosto de 2011

El difícil momento de Kodak

La icónica compañía lucha por sobrevivir tras décadas de reestructuraciones


ROCHESTER, Nueva York—Después de varias reorganizaciones a lo largo de tres décadas, Eastman Kodak Co. no encuentra su foco.

Rivales acabaron con gran parte del negocio de rollos fotográficos de la compañía estadounidense de 131 años, que luego no supo hacer la transición a las cámaras digitales. Ahora, en un esfuerzo por reinventarse como una empresa que vende impresoras y tinta, se está quedando sin efectivo.

Kodak acumula cinco trimestres consecutivos de pérdidas. Su deuda, con una calificación de "basura", se vence en dos años y ha descendido por debajo de los 80 centavos por dólar, lo que indica que el mercado ve un riesgo de cese de pagos. En tanto, sus golpeadas acciones se cotizan en apenas alrededor de US$3.

Mark Ovaska for The Wall Street Journal

Antonio Perez, presidente ejecutivo de Kodak.

La empresa había estado recaudado dinero con demandas a compañías por violación de patentes, incluida la de vista previa de imágenes. Pero el flujo de acuerdos se ha detenido este año, llevando a Kodak a buscar compradores para los derechos, según una fuente al tanto. El banco de inversión Lazard Ltd. ya empezó a contactar a potenciales interesados.

En una señal de la profundidad de la caída de Kodak, los analistas creen que el valor de su cartera de patentes supera hoy a la misma capitalización de mercado de la empresa, que ha descendido por debajo de los US$600 millones.

Luego de que un banquero le comunicara a la empresa a fines de julio el interés de una firma de inversión de capital privado en comprar una importante participación en Kodak, el presidente ejecutivo, Antonio Pérez, convocó a la junta directiva a una teleconferencia. En la reunión, la junta aprobó una medida para impedir una adquisición hostil, permitiéndoles a los accionistas comprar títulos con descuento si un inversionista externo adquiere una participación importante.

Algunos ex ejecutivos afirman que probablemente la compañía debería haberse dividido y vendido en partes. Pérez, un español nacionalizado estadounidense, rechaza tal idea. En cambio, la junta directiva podría ser más flexible. Rick Braddock, quien preside la junta, señaló que la ruptura no es consecuente con el compromiso de la empresa a reorganizarse. No obstante, el director independiente agregó que él no va a descartar nada.

Pérez afirmó que mantiene su confianza en el plan de transición. Destacó que Kodak cerrará el año con al menos US$1.600 millones en efectivo, por encima de los US$957 millones de la actualidad, debido a que espera que los ingresos por derechos de propiedad intelectual, venta de activos —que podrían incluir patentes— y ventas de productos repunten en el segundo semestre.

"Alguien puede dudar del nivel de efectividad del plan, pero no de que vaya a funcionar", dijo el ejecutivo en una entrevista en una sala especial de la sede central de la compañía, rodeado de nuevas impresoras y cámaras digitales Kodak, y artículos de los días de gloria de la empresa.

Pérez explica que el gran desgaste de efectivo este año es consecuencia de las contribuciones a los planes de pensiones y los acuerdos de propiedad intelectual, y no un problema empresarial subyacente. Agrega que las impresoras de Kodak no han tardado en ganar participación de mercado, y el negocio será altamente rentable una vez que se haya establecido una red de usuarios y Kodak pueda empezar a generar ganancias de las ventas de tinta.

Por otra parte, Kodak tuvo un respiro a principios de este mes, cuando un juez que había inicialmente fallado en contra de la empresa en un juicio de patentes contra Apple Inc. y Research In Motion Ltd. (RIM), el fabricante del BlackBerry, renunció antes de completar una segunda revisión del caso. Kodak afirma que las funciones de las cámaras en los teléfonos de Apple y RIM violan su patente de vista previa de imágenes. El caso será ahora asignado a un nuevo juez y Pérez prevé que la demanda podría dejarle US$1.000 millones a la empresa. Apple y RIM declinaron hacer comentarios.

Con la mira en las impresoras

Wall Street sigue preocupado por el desempeño de la compañía. "Ha sido un trimestre decepcionante en cuanto a liquidez, crecimiento de ganancias y crecimiento en general", indicó Chris Whitmore, analista de Deutsche Bank. "Están vendiendo la vajilla de plata para no quedarse sin luz".

Pérez, de 65 años, es el quinto jefe de Kodak en tres décadas con la misión de frenar la caída de la compañía. Sus propuestas no han carecido de creatividad. El gigante de los rollos de fotos intentó diversificarse en fármacos, productos de limpieza de baños y aparatos para pruebas médicas. Nada funcionó.

El presidente ejecutivo, tras una carrera de 25 años en Hewlett-Packard Co., donde dirigió el negocio de impresoras de inyección de tinta, pone sus fichas en las impresoras. El plan lo coloca en competencia con gigantes como H-P, Canon Inc. y Seiko Epson Corp., que en conjunto controlan cerca de tres cuartos del mercado, según la firma de información tecnológica IDC.

Kodak empezó a vender impresoras a los consumidores en 2007. Su estrategia fue cambiar la oferta de la industria con la de una impresora más cara, pero con tinta más barata.

En 2010, la compañía poseía 3% del mercado mundial de impresoras de inyección de tinta, según IDC, frente a 1% en 2008. La estrategia de Kodak es subsidiar el costo de las impresoras hasta que su base de consumidores sea lo suficientemente grande para generar altas ventas de tinta.

Sin dejar de reconocer que Pérez ha heredado un negocio con dificultades, la gente al interior de la empresa afirma que ciertos errores han retrasado la transformación de Kodak. Las antiguas versiones de sus impresoras tenían muchos problemas, como fallas en el equipo que obligaban a Kodak a costear reemplazos. Cuando se resolvieron esas complicaciones, la recesión ya había comenzado.

La junta directiva respalda a Pérez y su estrategia. En septiembre de 2009, lo disuadió de que se retirase y renovó su contrato hasta 2013. El salto de Kodak hacia una nueva estrategia "es una de las transiciones más difíciles que he visto", dijo Braddock.

La transición

Durante generaciones, Kodak cosechó ganancias con los rollos de fotos. Con el lema, "Presione un botón, nosotros hacemos el resto", sus asequibles rollos y cámaras hicieron que la fotografía dejase de ser un ejercicio que requería grandes cualidades para convertirse en un pasatiempo para cualquier persona.

En los años 80, los problemas se amontonaron con la aparición de rivales y de tecnologías digitales. Kodak asegura que inventó la primera cámara digital del mundo en 1975 y que gastó cientos de millones de dólares en tecnología digital. Pero el miedo de canibalizar sus ventas de películas paralizó a la compañía cuando llegó el momento de salir al mercado.

Los problemas de Kodak se han dejado sentir en sus filas. En 2004, tenía una fuerza laboral mundial de 54.800 personas. En 2010, eran 18.800.

La cultura insular de la compañía, influenciada por el aislamiento de su ciudad sede, es bastante responsable de su fracaso para adaptarse, según afirman antiguos empleados.

Antes de dejar H-P, Pérez lideró un esfuerzo para adquirir Kodak, proceso durante el cual se vio fascinado por la propiedad intelectual de la empresa, según afirma él mismo. Cuando dejó H-P, luego de que Carly Fiorina lo venció en la carrera por la presidencia ejecutiva, Pérez se llevó a Kodak su conocimiento y experiencia en el negocio de las impresoras.

El español llegó a Kodak en 2003 con tres objetivos: reducir el negocio de rollos de fotografías, crear una nueva empresa digital y administrar los costos de seguro médico y pensiones de los jubilados. Cada proceso es extremadamente caro. La empresa afirma que solamente la reestructuración de las películas costó US$3.400 millones a lo largo de cuatro años, y sus operaciones no generan suficiente efectivo para cubrir todos los gastos.

La empresa ha registrado más de 11.000 patentes y obtuvo US$1.900 millones entre 2008 y 2010 de licencias y demandas por propiedad intelectual. Ahora, ante una reducción de ingresos por ese rubro, Kodak evalúa vender patentes y hasta vender o alquilar parte del espacio de Kodak Park, su mayor centro manufacturero en Rochester.

Ahora, el futuro de la empresa recae principalmente en la impresión. Aun así, hay dudas de que Kodak alcance su meta de emparejar ingresos y costos del negocio este año. Además, la fuerte competencia ha reducido los precios de las impresoras, lo que complica aun más la rentabilidad.

Pérez, que se ha rodeado de ex ejecutivos de H-P, insiste en la impresión. Para mantener alta la moral de los empleados, recuerda su experiencia de corredor. Cuando corría carreras de 10.000 metros, los últimos dos kilómetros eran siempre los más difíciles, dice. "Al mismo tiempo, estamos en el momento en el que uno puede perder la carrera", reconoce. "Así que hay que seguir corriendo".

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