Un prototipo de tableta puede detectar gestos y objetos colocados a su lado.
Un ordenador de tableta, desarrollado en una colaboración entre investigadores de Intel, Microsoft y la Universidad de Washington (EE.UU.) se puede controlar no solo tocando la pantalla con la mano, sino tocando cualquier superficie sobre la que esté posado.
Encontrar nuevas formas de interactuar con los ordenadores se ha convertido en un campo de investigación importante entre los científicos especializados en computación, especialmente ahora que los teléfonos inteligentes con pantallas táctiles y las tabletas se han hecho tan populares. El proyecto que ha producido el nuevo aparato. llamado Portico, podría acabar produciendo teléfonos inteligentes o tabletas que llevan el tacto más allá de los confines físicos del aparato.
“La idea es permitir que el espacio interactivo vaya más allá del espacio de pantalla”, afirmaJacob Wobbrock, profesor asociado de la factultad de telecomunicaciones de la Universidad de Washington, en Seattle, que ha trabajado en el sistema. Esto se consigue con dos cámaras desplegables colocadas por encima de la pantalla a ambos lados, que detectan y siguen el movimiento alrededor de la pantalla. El sistema detecta la altura de los objetos y determina si están tocando la superficie que rodea al dispositivo por medio de la comparación de las tomas de las dos cámaras. Este método posibilita la detección de gestos de la mano además de objetos físicos que pueden interactuar con la pantalla, explica Wobbrock.
En una demostración, el software sigue a una pequeña pelota mientras se mueve por la superficie sobre la que está apoyada la tableta. Cuando la pelota golpea el lado de la tableta, aparece una pelota virtual en la pantalla siguiendo la misma trayectoria, como si la pelota física hubiera entrado dentro del aparato. Así la pelota puede usarse para alcanzar objetivos en la pantalla. En otra demostración, el ángulo de una nave espacial de juguete colocada sobre la mesa junto a la tableta controla el ángulo de una nave espacial virtual en la pantalla permitiendo al usuario disparar a “asteroides”.
Wobbrock cuenta que el mismo enfoque podría funcionar en los teléfonos inteligentes y otros aparatos de tamaño pequeño. “Según van encogiendo los aparatos, tienen menos espacio de pantalla. Pero con Portico puedes aprovechar la zona que los rodea para conseguir interactuar”, afirma.
En el caso de la tableta, Portico multiplica el área utilizable por seis, según Daniel Avrahami, investigador sénior de los laboratorios Intel en Seattle, a quiense le ocurrió la idea de Portico y quien dirigió su desarrollo, con ayuda de Shahram Izadi en Microsoft Research en Cambridge (Reino Unido). En el caso de una tableta de 12 pulgadas, “eso equivale a una pantalla de 26 pulgadas”, afirma Avrahami, que presentará el trabajo el próximo mes de octubre en el Simposio ACM de interfaces de usuario, software y tecnología que se celebrará en Santa Barbara, (California, EE.UU.).
Al final, según Wobbrock, quizá resulte más práctico, especialmente desde un punto de vista comercial, usar cámaras que se enganchen a la tableta en vez de cámaras desplegables, que tienden a romperse más fácilmente. Pero también señala que toda la pantalla podría sustituirse por un marco inclinable que contuviera ambas cámaras y un proyector móvil para proyectar la imagen sobre cualquier superficie.
Eva Hornecker, profesora de la Universidad de Strathclyde en Glasgow, Escocia (Reino Unido), especializada en la interacción entre ordenadores y humanos afirma que cada vez hay un mayor interés entre los investigadores por usar cámaras para detectar gestos de la mano y otros objetos.
“El problema de las pantallas táctiles es que no puedes detectar nada que pasa por encima de su superficie”, sostiene Hornecker. Sin embargo, destaca que permitir que la interacción supere la pantalla podría plantear nuevos retos tales como cómo proporcionar feedback para que el usuario sepa dónde empieza y termina la zona interactiva.
Copyright Technology Review 2011.
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