Por SPENCER E. ANTE
Hace un par de años, los fundadores de la empresa de anteojos Warby Parker presentaron su idea en un concurso de proyectos de negocios... y perdieron.
Hace unas semanas, la empresa de 15 meses con sede en Nueva York tuvo que rechazar potenciales inversionistas que competían por apostar en ella. Una firma estaba tan desesperada por inyectar dinero que sus empleados se presentaron en las oficinas de Warby cuatro veces en 24 horas, seguidos de una cena con ofertas de desayuno y almuerzo gratis.
"Cuanto más les decimos a estos tipos que no necesitamos su dinero, más nos quieren", manifestó David Gilboa, cofundador.
Algo ya es oficial: la fiebre del oro de Internet se está desplazando hacia la costa oriental de Estados Unidos. Una década después del estallido de la burbuja de Internet, los inversionistas están regresando a Nueva York para reanimar la escena a partir de la reinyección de fondos en empresas como el sitio web de moda Gilt Groupe Inc., que ahora está valuado en US$1.000 millones; el sistema de negociación para empresas que no cotizan en bolsa SecondMarket Inc.; y la red empresarial ligada a la ubicación de los usuarios Foursquare Labs Inc.
El flujo de dinero está llevando a los aspirantes a emprendedores a dejar carreras en Wall Street o el sector publicitario para fundar empresas propias en Nueva York, en sectores como la moda, las finanzas, los medios y el comercio minorista. Esos negocios, a su vez, tienen un impacto que trasciende la misma ciudad.
Gilt, por ejemplo, creció rápido durante la recesión a partir de rebajas relámpago en Internet por tiempo limitado. El veloz crecimiento de la empresa sacudió la forma en que los artículos de lujo se venden. En marzo, Nordstrom Inc. compró por US$270 millones en acciones a HauteLook Inc., un competidor de Gilt más pequeño.
SecondMarket, fundada en 2004, se convirtió en una fuerza que lidera la cotización de exitosas empresas de Internet, como Facebook Inc., que se han demorado en salir a bolsa. Las transacciones privadas de SecondMarket —que pasaron de US$100 millones en 2009 a US$400 millones el año pasado— contribuyeron a alimentar el auge tecnológico y han atraído el escrutinio de las autoridades estadounidenses.
Los inversionistas dicen que tales emprendimientos existen gracias a una combinación de empresarios experimentados y jóvenes programadores. "Existe una convergencia de talentos muy singular en Nueva York", opina Richard Wong, socio en Accel Partners. La firma de capital de riesgo de Silicon Valley abrió en enero su primera oficina en la capital del mundo.
En 2010, los capitalistas de riesgo invirtieron US$2.100 millones en el área metropolitana de Nueva York, un incremento de 24% en relación con 2009, según información de Dow Jones VentureSource. Silicon Valley, en la costa occidental de EE.UU., aún atrae la mayor cantidad de capital de riesgo, con US$11.200 millones invertidos en 2010. Pero el año pasado, Nueva York superó a Boston por primera vez como el mayor generador de acuerdos fuera de Silicon Valley, con 341 tratos celebrados, contra 273 que tuvieron lugar en el área de Boston.
El dinero circuló hacia empresas como Etsy Inc., una tienda en línea de artesanías; MediaLets Inc., un proveedor de publicidad móvil; Exchange Inc., un sitio de preguntas y respuestas; y Sulia, una firma que filtra contenidos de Twitter y los vende a empresas de medios.
Algunos acuerdos llaman la atención. Foursquare, que tiene ingresos mínimos, está intentando asegurar financiamiento que podría valuar a la compañía en US$500 millones, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto. Ejecutivos de la empresa declinaron hacer comentarios.
Hace una década, inversionistas e ingenieros escaparon a la explosión de la burbuja de Internet, al tiempo que las firmas locales eran aplastadas por el derrumbe de las puntocom y el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. Pero a medida que el costo de crear empresa se redujo y la explosión de las redes sociales atrajo nuevo dinero, la comunidad de compañías nuevas neoyorquinas volvió al ruedo.
El fundador de IA Ventures, Roger Ehrenberg, ex ejecutivo de fondos de inversión que reunió el año pasado US$50 millones para invertir en empresas que estaban en sus primeras etapas, dijo que el punto decisivo llegó con la crisis financiera. El desastre llevó a algunas de los mejores firmas y talento técnico a saltarse el sistema bancario y a arriesgarse a financiar nuevos emprendimientos.
Ehrenberg invirtió en varios emprendedores que dejaron Wall Street. Uno de ellos es Vinicius Vacanti, de 29 años, que abandonó una carrera en el sector de capital privado para fundar Yipit, un sitio web que reúne y clasifica a diario ofertas en línea.
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