En poco más de cuatro años ha experimentado una explosión global y ahora cuenta con más de 600 millones de usuarios.
Pero el sitio parece estar perdiendo impulso en lo que se refiere a atraer nuevos usuarios.
Cifras de Inside Facebook muestran que el año pasado la red social era capaz de atraer 20 millones de usuarios nuevos al mes. En abril de 2011 el número se redujo a 13,9 millones y en mayo a 11,8 millones de nuevos suscriptores al mes.
¿Está Facebook perdiendo su sex appeal?
Curiosamente según las mismas cifras la mayoría de los nuevos usuarios de la red social provienen de mercados emergentes, particularmente de México, Brasil y India. Pero en sus mercados iniciales como Canadá y Estados Unidos, los números están disminuyendo o al menos se están estancando.
Los datos de Inside Facebook indican que entre ambos países la red social podría haber perdido poco más de seis millones de cuentas.
Nada de lo anterior, sin embargo, indica que la muerte de Facebook es inminente. La red social seguirá creciendo y pasará los 700 millones de usuarios en unas cuantas semanas más. Pero en los cuarteles generales de la red social debe haber más de una ceja levantada preguntándose cuál es la razón detrás del repentino freno.
A mí se me ocurre más de una explicación.
En los últimos meses los constantes cambios a la configuración de privacidad del sitio han pasado de ser un asunto ocasional a convertirse en un evento frecuente. No hay mes que transcurra sin que se filtre alguna noticia o el sitio anuncie que ha implementado una nueva característica que implica que sus usuarios tienen que ajustar su información.
Además está el tema de su crecimiento. Como cualquier empresa con cierto éxito en la red, Facebook intenta renovarse cada día. No contentos con disfrutar de su éxito, los cerebros detrás de las paredes sociales buscan nuevas formas de mantener a sus usuarios "enganchados" en su página pasando en ella la mayor cantidad de horas posibles.
El problema es que Facebook tiene cuatro paredes y un techo. Todo el crecimiento del sitio se da dentro de sus confines. ¿Ver una película? Dentro de su sitio. ¿Jugar a la granja? En los confines de sus paredes. ¿Comentar en un sitio web? Usando sus sistemas de comentarios que se comparten en sus rincones.
Y después de un tiempo uno no puede evitar la sensación de que por más cosas nuevas que haya se sigue pasando tiempo dentro del mismo sitio.
¿Cuáles son las alternativas?, se preguntarán los usuarios que gustan de este modelo. Una de ellas puede ser abrirse a otras aventuras, apostar a nuevos proyectos dentro de internet que se puedan vincular con Facebook, pero que no se desarrollen dentro de Facebook.
El riesgo, claro, es abarcar demasiado y apretar poco. Algunas empresas lo han intentado y han sucumbido en el intento. Pero otras han probado que tomando las decisiones adecuadas pueden extender sus brazos más allá de su sitio original y tener éxito.
Facebook aún puede intentar diversificar su oferta y abrir un poco sus muros. De esa manera podría hacer que sus usuarios opten siempre por regresar a sus muros porque quieren y no porque se ven obligados a ello para compartir información con sus amigos.
La otra opción es seguir haciendo lo que han hecho hasta ahora y esperar que ese freno a su crecimiento sea una cosa momentánea y un error estadístico.
Después de todo los amigos son para siempre, ¿o no?
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