Por José Cabrera
"La tecnología médica del siglo XXI se sigue gestionando con frecuencia con estructuras, organizaciones, modelos y prácticas de gestión del siglo XIX." / Profesor Michael E. Porter, Harvard Business School World Innovation Forum. 8 de junio de 2010
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La revolución de la Web 2.0 está llegando también al campo de la sanidad. Las nuevas tecnologías hacen posible un nuevo paradigma en el que, al fin, la salud puede estar realmente centrada en los ciudadanos, y no tanto en los procesos técnicos y asistenciales. No se trata de tecnología, sino de personas, porque al fin y al cabo son las personas las que tienen que cambiar para adaptarse a los nuevos retos; pero está claro que hoy la tecnología nos proporciona una excelente oportunidad para actualizar y hacer más eficiente nuestro estado de bienestar, y para mejorar la atención en un escenario de crisis y presupuestos restrictivos. Dicho en otras palabras, la Era de la Colaboración hace posible un nuevo concepto de salud integral, ágil, ubicua y más sencilla, centrada en los ciudadanos e impulsada por la participación y el trabajo compartido de pacientes, profesionales y gestores.
¿Que es la Salud 2.0? Según lo dicho, podríamos definir la Salud 2.0 como una nueva forma integral de asistencia sanitaria centrada en el ciudadano, en la que los agentes involucrados (pacientes, profesionales, gestores, proveedores) participan de forma activa empleando las nuevas tecnologías durante el ciclo asistencial completo para mejorar la calidad y la productividad de la asistencia sanitaria.
La Salud 2.0 supone, pues, un gran paso adelante, un cambio de enfoque que nos permite centrarnos en las personas. Y es que las nuevas tecnologías están haciendo que los ciudadanos sean por fin dueños de la propia información que generan. Y lo que es más positivo, nos están ayudando a que veamos y apreciemos por nosotros mismos el valor añadido que esa información puede aportarnos.
La plataforma de colaboración esta lista. La Web 2.0 es una enorme plataforma de colaboración masiva en la que todos podemos colaborar y crear de forma voluntaria y libre en redes basadas en la confianza. El software social nos permite crear comunidades de intereses y ofrecer servicios personalizados con una rica experiencia de usuario. La extensión “2.0” hace referencia a una nueva versión mejorada de las herramientas, que son al mismo tiempo más sofisticadas y simples de usar. Esta sencillez hace posible que la Web 2.0 llegue a prácticamente todos los usuarios, y que tenga, por tanto, un gran impacto en las organizaciones y en la sociedad en general.
Salud 2.0: nuevos modelos de creación de valor social
La Web 2.0 está haciendo posible el surgimiento de nuevos modelos de creación de valor social en el campo de la sanidad:
Información y prevención. Hoy como nunca, los ciudadanos pueden encontrar información útil, personalizada y actualizada. Este acceso a la información puede convertirse en la herramienta más poderosa para fomentar una vida saludable, basada sobre todo en la prevención de enfermedades.
Agilidad. Cada ciudadano debería poder consultar su historial clínico online de forma segura, desde cualquier lugar y en cualquier momento, con la posibilidad de enriquecerlo y actualizarlo con información relevante. Utilizando este sistema, también el profesional médico puede acceder a los historiales de forma ágil, y tiene la oportunidad de realizar un mejor seguimiento, ya que cuenta con información actualizada.
Ubicuidad. Las nuevas herramientas hacen posible la implantación de un servicio efectivo de teleasistencia. Esto se traduce en una mejora para los pacientes, que no necesitan abandonar su domicilio para desplazarse hasta el centro de atención, y en un importante ahorro de costes para el sistema sanitario, que puede descongestionar los centros de atención.
Experiencia compartida. Los pacientes tienen la capacidad de comunicar y compartir sus experiencias con otros pacientes en redes sociales especializadas. El surgimiento de estos nuevos colectivos ha venido a llenar un importante vacío, ya que muchos pacientes con necesidades específicas podían llegar a sentirse sentirse aislados y desagregados.
El poder de la inteligencia colectiva. Las herramientas 2.0 permiten a los profesionales sanitarios construir una auténtica inteligencia colectiva, formada por los conocimientos y experiencias de toda la comunidad. Esta fuente de conocimiento acreditado y actualizado permite compartir las mejores prácticas, y repercute en el avance de la ciencia y la práctica sanitaria. Al final, el paciente obtiene mejores diagnósticos y tratamientos más acertados.
Eficiencia y productividad. Para los gestores sanitarios, la disponibilidad de estas herramientas abre nuevas vías para aumentar la productividad en tiempos de presupuestos restrictivos. Las oportunidades son inmejorables: hoy es posible agilizar trámites administrativos, eliminar la burocracia, recortar gastos mediante la creación de mercados internos para proveedores, descongestionar los servicios de atención mediante la teleasistencia, y un largo etcétera. Todas estas opciones permiten abordar este nuevo escenario de crisis con un importante ahorro de costes y un incremento del valor social y la calidad del servicio proporcionado al ciudadano.
Atención centrada en el ciudadano
Decir que la sanidad debe estar centrada en el ciudadano no es un simple tópico vacío de contenido. La asistencia sanitaria ya ha iniciado un importante desplazamiento del lugar de diagnóstico desde los hospitales hasta los centros de atención primaria. Y son precisamente las nuevas tecnologías las que pueden ayudarnos a dar el siguiente paso, que consiste en llevar la prevención y la atención directamente hasta los domicilios de los pacientes mediante la teleasistencia.
Las tecnologías 2.0 también tienen mucho que decir sobre la atención especializada, en la medida en que permiten diseñar servicios de atención para segmentos específicos de pacientes (diabéticos, mayores dependientes, niños frágiles, etc.). El flujo continuo y actualizado de información, y la disponibilidad de herramientas 2.0 hacen posible esta especialización de los servicios. Y la especialización permite la creación de equipos multidisciplinares en los que los profesionales médicos pueden concentrar su acción en su campo específico de actividad, aquel en el que son capaces de aportar mayor valor al paciente.
De esta forma, la atención pasa a centrarse en las necesidades específicas del ciudadano, poniendo el acento en la prevención, frente a la tradicional concentración de recursos en las situaciones de crisis.
Se trata, sin duda, de una pequeña gran revolución. Como hemos comentado, el objetivo es acercarse al ciudadano, y construir un sistema sanitario basado en la participación informada de todos los agentes -pacientes, profesionales, gestores- que aportan conocimientos valiosos a la cadena asistencial para fomentar la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento especializado.
Que empiece la conversación
En cierto modo, conversar es curar. Es evidente que hablando no se sueldan los huesos, ni se extirpan los tumores. Pero en la conversación que se abre entre los diferentes agentes se encuentran muchas de las claves para garantizar una asistencia sanitaria de mayor calidad, y mucho más cercana al paciente.
La Web 2.0, con sus redes sociales, sus blogs especializados, sus wikis, sus podcasts, sus vídeos y sus servicios de mensajería, nos enseña que lo importante no es la información en sí, sino los millones de conversaciones que tienen lugar cada día:
- Comunidades de pacientes. Como hemos avanzado, los pacientes han construido sus propias redes sociales. En ellas pueden compartir sus experiencias, hablar de su enfermedad, de los tratamientos y recursos disponibles, de las formas de afrontar la situación. Los pacientes ya no están solos. Se sienten acompañados y comprendidos. Y además los profesionales médicos pueden utilizar toda esa información para aplicar un enfoque más humano y más acertado.
- Comunidades de profesionales. Los profesionales de la salud también tienen la oportunidad de compartir sus experiencias y sus conocimientos, sus prácticas, sus enfoques, sus dudas, sus puntos de vista, etc. con el resto de la comunidad. Al final, estas redes se traducen en una mejor atención al ciudadano.
- Redes de salud. Las redes de salud ponen en contacto a los pacientes con los profesionales, y proporcionan información útil a los usuarios. Suelen incluir servicios de valoración, testimonios, consejos, recomendaciones, etc.
- Fuentes de información sobre salud. Nunca antes habíamos tenido tanta información a nuestra disposición. Los ciudadanos pueden informarse sobre cómo llevar una vida más saludable, y pueden resolver sus dudas al momento sobre un virus o una alergia. Por su parte, los profesionales tienen excelentes fuentes de consulta, y pueden estar al tanto de los últimos avances médicos.
- Comunicación directa. Resulta obvio, pero conviene remarcarlo: las herramientas de comunicación 2.0 (videoconferencia, chat, blogs, foros, etc.) hacen posible la teleasistencia, y permiten al paciente y al profesional mantener una relación fluida. Este sistema evita desplazamientos y hace posible un seguimiento continuo, ya que permite monitorizar a los pacientes desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Al final, la conversación -es decir, el flujo actualizado de información entre los diferentes agentes involucrados- se traduce en una atención continuada, perfecta para la detección temprana de enfermedades, y también tiene como resultado una gestión mucho más eficaz de los recursos, ya que se evitan los duplicados de trámites, recetas, diagnósticos y terapias.
Por eso podemos decir, que, en cierto modo, conversar es curar. Porque la colaboración entre los pacientes, profesionales y gestores nos proporciona información valiosa. Y estas conversaciones valientes y francas nos ayudan a reforzar la prevención, y a conseguir una detección más temprana de las enfermedades, unos diagnósticos compartidos más certeros, una recuperación acompañada de personas que han pasado antes por el mismo trance, menos recaídas y una recuperación más temprana y completa.
Los retos de la sanidad: una cuestión de personas
El campo de la salud no es ajeno a los cambios que estamos viviendo. Es evidente que el sistema sanitario debe afrontar los nuevos retos económicos, organizativos, demográficos y sociales. Entre estos factores clave hay que tener en cuenta la demanda creciente de atención originada por una población envejecida, el efecto de la inmigración, las nuevas enfermedades derivadas del actual estilo de vida, e incluso las exigencias de descentralización administrativa. Pero sin duda nos encontramos con un factor protagonista: la crisis económica ha acarreado un importante recorte en los presupuestos, y ha puesto en cuestión la sostenibilidad del actual modelo de financiación sanitaria.
En el escenario actual de crisis, resulta imprescindible mejorar la productividad en el sistema sanitario para evitar la colisión de las necesidades de los pacientes con la realidad económica. La cobertura universal y el acceso a los servicios siguen siendo retos esenciales, pero no son suficientes en un contexto de déficit sanitario. Una cuestión central para asegurar la sosteniblidad del sistema de salud es el valor de la asistencia sanitaria entregada a los ciudadanos por cada euro invertido en el sistema. Los gestores de la salud necesariamente han de esforzarse en mantener y mejorar los niveles de atención alcanzados como parte del estado de bienestar; es decir, deben esforzarse en crear valor para los pacientes, y a la vez han de ver cómo reformar el modelo de sanidad pública para reducir los costes y captar más ingresos. Las nuevas tecnologías 2.0 y, de forma específica, la Web 2.0, suponen una oportunidad de innovación inmensa para cambiar la naturaleza misma del sistema sanitario.
Es muy importante señalar que esta redefinición del sistema sanitario no constituye un problema técnico. No es una cuestión de procesos ni de tecnología. Es una cuestión de personas. Al final, no basta con que cambiemos la tecnología y la estructura de las instituciones. Somos nosotros mismos los que debemos cambiar. Los ciudadanos tienen que hacerse dueños de su salud, los gestores d sanidad tienen que subirse al bote salvavidas del Liderazgo 2.0 para explorar el futuro, los profesionales médicos tienen que cambiar su forma de relacionarse para acceder a las nuevas conversaciones abiertas, y los centros de salud tienen que adaptarse a las nuevas necesidades de asistencia domiciliaria.
Por dónde empezar
Sal de tu “Zona de Confort”. Conviértete en un líder innovador y dedica una parte de tu tiempo a explorar la nueva realidad y a encontrar las tendencias que en un futuro próximo afectarán a tu vida, a tu profesión y a tu organización. Estas son algunas claves para la acción:
1. Construye tu agenda para la Salud 2.0. Es imposible avanzar en la dirección adecuada si primero no definimos cuáles son nuestros objetivos. De hecho, si no tienes una agenda personal es altamente probable que formes parte de la agenda de otro. Por eso, para empezar debemos elaborar una nueva agenda con los retos de la Salud 2.0.
2. Introduce pequeños cambios, escala después. No podemos cambiarlo todo de golpe porque el peso del legado anterior es demasiado grande, y el sistema podría colapsar. Por eso es importante introducir pequeñas innovaciones en la cultura de la organización. Una vez que comprobemos que los cambios funcionan, y que nos permiten responder a los nuevos retos, podemos escalarlos al resto de la organización. Se trata en definitiva de cambiar un poco para que todo cambie.
3. Moviliza la atención colectiva hacia los desafíos futuros. El cambio es una cuestión de personas, y la innovación solo funciona cuando se trata de una tarea compartida por todos. Por eso hay que hacer partícipes a todos los agentes de ese cambio. Debemos crear la libertad y el espacio adecuado para que los ciudadanos, los profesionales y los gestores puedan contribuir con sus ideas y sus aportaciones innovadoras. Se trata de crear las condiciones adecuadas para que un nuevo modelo de salud 2.0 pueda emerger.
4. Aprende el nuevo lenguaje de la colaboración con el mismo ahínco con el que aprendiste inglés en su día para asegurarte un futuro en cualquier multinacional. Participa activamente en los blogs y redes sociales más relevantes para tu profesión o sector y, cuando consideres que ha llegado la hora, publica el tuyo propio y crea tu marca propia (Personal Branding) para darte a conocer y establecer tu red de contactos.
5. Fomenta las nuevas conversaciones. Hay que favorecer las conversaciones valientes entre los diferentes agentes del sistema sanitario. Las herramientas 2.0 nos permiten crear nuevos canales de comunicación y nuevos espacios de encuentro. Estas conversaciones acercarán la sanidad a los ciudadanos, y se convertirán en la semilla de futuros cambios e innovaciones.
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