La guerra cibernética desatada tras las filtraciones diplomáticas de WikiLeaks está subiendo de tono.
En un lado se encuentran los sitios que le han negado algún servicio al sitio como Amazon, PayPal, Visa o Mastercard. En el otro están los llamados hackers activistas (o hacktivists, como se les conoce en inglés).
Y éstos últimos están apuntando a los primeros mediante ataques de "negación de servicio" (DDoS, por sus siglas en inglés), que buscan provocar que un sitio en la red sea incapaz de proveer servicios a sus usuarios legítimos.
De hecho WikiLeaks también sufrió este tipo de ataques desde horas antes de publicar los cables diplomáticos estadounidenses.
Un grupo llamado "Anonymous" está detrás de esta ofensiva y sus objetivos han incluido al banco suizo que congeló la cuenta de Julian Assange, a PayPal que cerró la membresía de la organización y a Visa y Mastercard que se niegan a procesar fondos para WikiLeaks.
Se trata de un grupo de hacktivists unidos bajo esta causa y con vínculos a 4chan, un sitio de foros de discusión.
Pero no sólo en la red se pelea por Assange.
El martes cuando el fundador de WikiLeaks se presentó ante tribunales figuras conocidas ofrecieron dinero para la fianza.
Entre ellos, el cineasta británico Ken Loach, el periodista australiano John Pilger y la millonaria Jemima Khan, entre otros.
Tráfico intenso
"Estamos haciendo múltiples cosas", le dijo a la BBC un miembro de Anonymous que se hace llamar Coldblood.
"Los sitios web que se han agachado ante la presión del gobierno se han convertido en objetivos", aseguró.
"Siempre hemos tenido una posición firme respecto a la censura y la libertad de expresión en internet y luchado contra quienes buscan destruirla por cualquier medio. Sentimos que WikiLeaks se ha convertido en algo más que filtración de documentos, se ha convertido en el campo de batalla de la gente contra el gobierno", afirmó.
"La idea no es borrar a estos sitios, sino hacerlos que reaccionen", dijo y agregó: "Las compañías verán un incremento en el tráfico y ese incremento significa un aumento en los costos asociados con manejar el sitio", aseveró.
Anonymous también está ayudando a montar servidores espejos de WikiLeaks. Según ellos ya cuentan con más de 500.
Historia de rechazos
WikiLeaks comenzó a sufrir ataques DDoS cuando anunció que publicaría cables diplomáticos de EE.UU. Posteriormente su proveedor de dominio (la dirección que se usa en internet) suspendió su cuenta alegando que recibía demasiados ataques lo que ponía en riesgo su servicio a otros clientes.
Después Amazon los expulsó de sus servidores aduciendo que la organización violaba sus términos y condiciones de servicio. Lo mismo ocurrió con su cuenta en PayPal, mediante la cual recibían donativos.
Más tarde el banco suizo PostFinance cerró la cuenta del fundador de WikiLeaks, Julian Assange. En el mundo financiero MasterCard y Visa se sumaron al bloqueo.
Todas estas empresas aseguran que o Assange o WikiLeaks no respetaron las condiciones de prestación de servicio.
Boicot comercial
Otros usuarios han tomado una ruta diferente.
En las redes sociales los usuarios se están organizando para realizar un boicot contra estas empresas diciendo en Twitter que se trata de una lucha por preservar la libertad de expresión.
El blog de noticias tecnológicas ALT1040 también está convocando al boicot: "Se convoca a un boicot tanto a PayPal como a Amazon. Los métodos son bastante obvios, pero contundentes: cerrar la cuenta en estos dos servicios".
Pero más allá de los ataques, la información que el sitio está filtrando parece ser imposible de detener al haber llegado a sitios de intercambio de archivos P2P.
"Una vez que la información llegó ahí, es virtualmente imposible evitar que la gente la comparta", dijo el Dr. Joss Wright, un investigador del Instituto de Internet de Oxford.
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