Los investigadores de International Business Machines Corp. anunciaron que han desarrollado un diminuto fármaco que en los ensayos de probeta ha dado prometedoras señales de que podría convertirse en un arma en la lucha contra las bacterias resistentes a los antibióticos.
En un trabajo en conjunto con los científicos del Instituto de Bioingeniería y Nanotecnología de Singapur, los investigadores de IBM diseñaron un agente llamado nanopartícula con el que, supuestamente, pueden escoger y destruir bacterias resistentes a los antibióticos, como el estafilococo áureo resistente a la meticilina, conocido como SARM, sin afectar las células sanas.
Todavía se necesitan hacer más estudios para determinar el efecto de la tecnología en animales antes de que empiecen las pruebas con humanos. IBM también necesita captar el interés de una farmacéutica u otra compañía interesada en desarrollarla para el mercado, por lo que aún faltan años para que una aplicación práctica de esta tecnología llegue al mercado.
De resultar exitosa, no obstante, ofrecería una nueva estrategia para combatir un peliagudo problema de salud pública, el creciente impacto de bacterias peligrosas que en su evolución parecen volverse inmunes a los efectos de los antibióticos.
La nanopartícula está diseñada con una carga eléctrica específica que es atraída por una carga opuesta en la superficie de la membrana de SARM y otras bacterias, explica James Hedrick, uno de los investigadores de IBM que desarrolló la tecnología.
"Es como el polo norte y el polo sur", señala Hedrick en alusión a la atracción magnética de los polos con cargas eléctricas opuestas. "Las partículas perturban la membrana, generan agujeros en ella y la vacían". Los investigadores creen que la destrucción resultante impide que las bacterias desarrollen resistencia a las nanopartículas.
Las bacterias SARM detectadas en hospitales y lugares públicos, como gimnasios, causan la muerte de hasta 19.000 personas al año en Estados Unidos. Se calcula que en todo el mundo, 53 millones de personas podrían estar infectadas por esta bacteria, según un artículo de investigación publicado en 2006 en la revista de medicina Lancet.
El fármaco de IBM "va mucho más allá del método de acción normal de los antibióticos comunes y corrientes", señala Mario Raviglione, experto en enfermedades infecciosas de la Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra. "Es como un misil contra la célula".
La droga es una ramificación de la experiencia de IBM en la fabricación de semiconductores y constituye la última ofensiva de la empresa tecnológica para buscar nuevas aplicaciones a su conocimiento de los microprocesadores e incursionar en nuevos mercados.
IBM lleva varias décadas trabajando en la nanotecnología, que consiste en manipular partículas a escala atómica y electrónica. Recientemente, la empresa ha aplicado estos principios, utilizados para crear semiconductores veloces y muy pequeños, a nuevos ámbitos, como la purificación del agua y el reciclaje de plásticos. Ahora, los está aplicando a la medicina.
"Resulta que hemos aprendido mucho acerca de cómo controlar materiales a nivel molecular a medida que hemos diseñado aparatos microelectrónicos", agregó Hedrick. "Una gran parte de este trabajo es directamente transportable a muchas otras áreas".
IBM no tiene planes para incursionar en la industria farmacéutica, pero busca incrementar sus ingresos mediante alianzas y el licenciamiento del uso del producto. La empresa genera cerca de US$1.000 millones al año de las licencias de su propiedad intelectual.
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