La mayoría de interfaces cerebro-ordenador están diseñadas para ayudar a las personas con discapacidad a comunicarse o moverse. Un nuevo proyecto está utilizando este tipo de interfaz para ayudar a los ordenadores a realizar tareas que no pueden llevar a cabo por sí solos. En los experimentos, los investigadores utilizaron la interfaz para ordenar imágenes vía satélite de misiles tierra-aire más rápidamente de lo que cualquier máquina o analista humano podría hacer por sí solo.
"Con Google, tenemos que escribir palabras para describir lo que nos interesa," explica Paul Sajda, profesor asociado de la Universidad de Columbia. "Sin embargo, digamos que estoy interesado en algo 'de apariencia extraña'. "
Sajda explica que los ordenadores tienen problemas para clasificar las imágenes según conceptos abstractos, pero los humanos pueden hacerlo prácticamente al instante. Las señales eléctricas del cerebro se activan antes incluso de que una persona se de cuenta que ha reconocido una imagen como extraña o inusual.
El dispositivo de Sajda, llamado C3Vision (visión por ordenador acoplada corticalmente), utiliza un gorro para electroencefalogramas (EEG) para monitorear la actividad cerebral de la persona que lo lleva a medida que se le muestran cerca de 10 imágenes por segundo. Para detectar las señales neurológicas que significan que una imagen puede ser de interés se utilizan algoritmos de aprendizaje especialmente entrenados que analizan la actividad cerebral. Mediante el seguimiento de estas señales, el sistema rápidamente ordena las imágenes en función de cuán interesantes le han resultado al espectador. Esta ordenación se refina mediante la recuperación de otras imágenes similares a las de mayor rango. "Es una herramienta de búsqueda que permite encontrar imágenes que son muy similares a las que han llamado su atención," resume Sajda.
A la velocidad a la que trabaja, el cerebro consciente no es capaz de registrar un "acierto". Sin embargo, las vías visuales neurológicas funcionan mucho más rápido, destaca Sajda. El cerebro produce diferentes señales eléctricas que pueden ser detectadas y descifradas por los 64 electrodos EEG del gorro. "Estamos al borde del subconsciente", señala él.
La mayor parte de la investigación en interfaces cerebro-ordenador se centra en sacar provecho de los procesos conscientes, indica Eric Leuthardt, director del Centro para la Innovación en Neurociencia y Tecnología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. "La lectura de la señales de nuestros cerebros y la capacidad de distinguir aquello "interesante" de aquello "no interesante" antes de que tengamos una percepción consciente de haber visto el objeto nos indica que hay una cantidad considerable de procesamiento que nuestro cerebro realiza antes de que tomemos conciencia de una percepción."
Andrew Blake, experto en visión por ordenador y director ejecutivo de Microsoft Research Cambridge, con sede en el Reino Unido, afirma que "el control de máquinas directamente mediante la actividad cerebral es un tema de mucho interés en investigación, pero es muy difícil obtener un control preciso, especialmente sin métodos invasivos."
Sajda llama el enfoque "selección de la información", ya que utiliza información limitada del cerebro para ayudar a refinar una búsqueda de imágenes. "La clave es que no les mostramos la base de datos completa. Tomamos una muestra pequeña y se la mostramos muy rápido", explica Sajda. "Partiendo de 10.000 imágenes, puede que mostremos más o menos unas 100."
Este proceso puede identificar las imágenes que captan la atención del sujeto. "Una de las cosas interesantes acerca de la idea es, que si vemos algo nuevo que no esperábamos, y nos llama la atención, entonces esto también recibirá una puntuación relativamente alta", señala él.
Sajda y sus colaboradores de la Universidad de Columbia han fundado una empresa derivada llamada Neuromatters para comercializar la tecnología con 4.6 millones de dólares de inversión de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa. Aparte de las aplicaciones militares, Sajda afirma que otras posibles aplicaciones podrían incluir interfaces avanzadas de juego y el neuro-marketing. "Podría ser utilizado para obtener información demográfica de hasta qué punto un anuncio capta la atención de la gente", explica él.
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