Por Rolfe Winkler
Es una compañía que está cambiando el mundo e impulsando la revolución informática que ha producido mejores gráficos, juegos más rápidos y sorprendentes aplicaciones para aparatos portátiles. Y nunca ha oído hablar de ella.
La empresa es ARM Holdings PLC, una firma británica de microprocesadores fundada hace 21 años en una granja de pavos. Aunque sigue siendo relativamente pequeño, ARM está intensificando la competencia en el sector de los chips, presentando quizá el desafío más incómodo para el gigante Intel Corp.
Los microprocesadores de ARM se han convertido en un estándar popular en los teléfonos celulares, las tabletas y en cientos de millones de otros aparatos, desde cámaras digitales hasta unidades de disco. Su participación de mercado es de más de 90% en aparatos portátiles y sus acciones se han triplicado en los últimos 15 meses.
El creciente caché de ARM, y la amenaza que representa para Intel, estuvo a la vista el 2 de marzo, cuando el presidente ejecutivo de Apple, Steve Jobs, presentó en público el iPad 2. El ejecutivo hizo énfasis en cómo el procesador de la tableta, basado en la tecnología ARM, era el doble de rápido que el de la versión previa, y era capaz de mantener la duración de la batería por 10 horas.
"Sin ARM, hubiera sido necesario un aparato del tamaño de una computadora para lograr lo que hace un teléfono inteligente del tamaño de nuestros bolsillos", dice el analista Francis Sideco, de la firma de investigación IHS iSuppli.
La duración de la batería es clave. Es por eso que en los aparatos portátiles la arquitectura de ARM es la dominante. Los poderosos procesadores de Intel son más rápidos, lo que los hace ideales para una computadora, pero gastan mucha electricidad, por lo que no son convenientes para aparatos pequeños que necesitan maximizar la duración de la pila.
Intel sigue dominando el sector de procesadores para PC y servidores. Pero el crecimiento está ahora en los teléfonos. Este año, Gartner, una firma de investigación de mercado, espera que la venta de teléfonos inteligentes se incremente casi 40%. Para finales de año, predice que habrá 413 millones de teléfonos inteligentes vendidos, superando el número de PC. Y además está el iPad, que está devorando la gama básica de las computadoras portátiles, cortando el crecimiento potencial de Intel.
Cuestión de percepción
A pesar de que Intel sigue produciendo chips rentables, los inversionistas siguen sin impresionarse. El precio de las acciones de la empresa sigue al mismo nivel de 1997.
La tecnología de ARM, ahora ubicua, nació a principios de los 80. En aquel entonces, los ingenieros de la británica Acorn Computers querían crear un mejor chip para su microcomputadora BBC. El cofundador de Acorn, Hermann Hauser, recuerda que cuando aprobó el proyecto de diseño del chip tomó dos decisiones cruciales. "No les di personal, ni dinero. No había manera de que lograran construir un chip complejo".
Un pequeño equipo desarrolló un simple microprocesador que era notable por su bajo consumo de energía, sólido desempeño y tamaño pequeño. Sin embargo, la computadora construida alrededor de este chip llegó demasiado tarde, en 1987, cuando la PC de IBM dominaba el mercado de negocios. Acorn "casi quiebra", recuerda el presidente de ARM, Tudor Brown.
En 1990, Apple quería un chip para su recién creado asistente personal, el Newton. Creó una empresa conjunta con Acorn que posteriormente fue llamada ARM Holdings. Apple aportó US$1,5 millones, según Hauser, y Acorn contribuyó con su equipo de diseño de chips de 12 personas.
La sede central de ARM, cerca de Cambridge, Inglaterra, era una granja para pavos convertida en oficinas. Finalmente, Acorn desapareció, pero ARM prosperó. Apple ganó US$800 millones con su inversión.
Desde el principio, ARM tomó una decisión de negocios: en lugar de hacer chips por sí mismos, otorgaría licencias sobre su tecnología. En esencia, ARM ha desarrollado un cerebro de chip particularmente bien diseñado, y decidió vender el diseño a otras compañías de microprocesadores que pudieran construir un sistema completo a su alrededor. El resultado acabó dominando el mundo de los aparatos portátiles.
Actualmente, Texas Instruments Inc., Qualcomm Inc., Samsung Electronics Co., entre otras empresas, utilizan los diseños de ARM, pagando pequeñas licencias y regalías por el privilegio. Es un negocio muy rentable, con márgenes brutos de ganancia de 94%, frente a 65% de Intel.
Irónicamente, Intel pudo haber evitado el desafío que enfrenta ahora. Hace años, Acorn le pidió a Intel permiso para usar su tecnología, pero la empresa estadounidense les tiró la puerta en la cara. "Si nos hubieran dado su chip, nunca hubiéramos hecho el ARM", dice Hauser.
Es una compañía que está cambiando el mundo e impulsando la revolución informática que ha producido mejores gráficos, juegos más rápidos y sorprendentes aplicaciones para aparatos portátiles. Y nunca ha oído hablar de ella.
La empresa es ARM Holdings PLC, una firma británica de microprocesadores fundada hace 21 años en una granja de pavos. Aunque sigue siendo relativamente pequeño, ARM está intensificando la competencia en el sector de los chips, presentando quizá el desafío más incómodo para el gigante Intel Corp.
Los microprocesadores de ARM se han convertido en un estándar popular en los teléfonos celulares, las tabletas y en cientos de millones de otros aparatos, desde cámaras digitales hasta unidades de disco. Su participación de mercado es de más de 90% en aparatos portátiles y sus acciones se han triplicado en los últimos 15 meses.
El creciente caché de ARM, y la amenaza que representa para Intel, estuvo a la vista el 2 de marzo, cuando el presidente ejecutivo de Apple, Steve Jobs, presentó en público el iPad 2. El ejecutivo hizo énfasis en cómo el procesador de la tableta, basado en la tecnología ARM, era el doble de rápido que el de la versión previa, y era capaz de mantener la duración de la batería por 10 horas.
"Sin ARM, hubiera sido necesario un aparato del tamaño de una computadora para lograr lo que hace un teléfono inteligente del tamaño de nuestros bolsillos", dice el analista Francis Sideco, de la firma de investigación IHS iSuppli.
La duración de la batería es clave. Es por eso que en los aparatos portátiles la arquitectura de ARM es la dominante. Los poderosos procesadores de Intel son más rápidos, lo que los hace ideales para una computadora, pero gastan mucha electricidad, por lo que no son convenientes para aparatos pequeños que necesitan maximizar la duración de la pila.
Intel sigue dominando el sector de procesadores para PC y servidores. Pero el crecimiento está ahora en los teléfonos. Este año, Gartner, una firma de investigación de mercado, espera que la venta de teléfonos inteligentes se incremente casi 40%. Para finales de año, predice que habrá 413 millones de teléfonos inteligentes vendidos, superando el número de PC. Y además está el iPad, que está devorando la gama básica de las computadoras portátiles, cortando el crecimiento potencial de Intel.
Cuestión de percepción
A pesar de que Intel sigue produciendo chips rentables, los inversionistas siguen sin impresionarse. El precio de las acciones de la empresa sigue al mismo nivel de 1997.
La tecnología de ARM, ahora ubicua, nació a principios de los 80. En aquel entonces, los ingenieros de la británica Acorn Computers querían crear un mejor chip para su microcomputadora BBC. El cofundador de Acorn, Hermann Hauser, recuerda que cuando aprobó el proyecto de diseño del chip tomó dos decisiones cruciales. "No les di personal, ni dinero. No había manera de que lograran construir un chip complejo".
Un pequeño equipo desarrolló un simple microprocesador que era notable por su bajo consumo de energía, sólido desempeño y tamaño pequeño. Sin embargo, la computadora construida alrededor de este chip llegó demasiado tarde, en 1987, cuando la PC de IBM dominaba el mercado de negocios. Acorn "casi quiebra", recuerda el presidente de ARM, Tudor Brown.
En 1990, Apple quería un chip para su recién creado asistente personal, el Newton. Creó una empresa conjunta con Acorn que posteriormente fue llamada ARM Holdings. Apple aportó US$1,5 millones, según Hauser, y Acorn contribuyó con su equipo de diseño de chips de 12 personas.
La sede central de ARM, cerca de Cambridge, Inglaterra, era una granja para pavos convertida en oficinas. Finalmente, Acorn desapareció, pero ARM prosperó. Apple ganó US$800 millones con su inversión.
Desde el principio, ARM tomó una decisión de negocios: en lugar de hacer chips por sí mismos, otorgaría licencias sobre su tecnología. En esencia, ARM ha desarrollado un cerebro de chip particularmente bien diseñado, y decidió vender el diseño a otras compañías de microprocesadores que pudieran construir un sistema completo a su alrededor. El resultado acabó dominando el mundo de los aparatos portátiles.
Actualmente, Texas Instruments Inc., Qualcomm Inc., Samsung Electronics Co., entre otras empresas, utilizan los diseños de ARM, pagando pequeñas licencias y regalías por el privilegio. Es un negocio muy rentable, con márgenes brutos de ganancia de 94%, frente a 65% de Intel.
Irónicamente, Intel pudo haber evitado el desafío que enfrenta ahora. Hace años, Acorn le pidió a Intel permiso para usar su tecnología, pero la empresa estadounidense les tiró la puerta en la cara. "Si nos hubieran dado su chip, nunca hubiéramos hecho el ARM", dice Hauser.
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