Blackberry pierde su liderazgo como sistema operativo de teléfonos inteligentes.
Eráse un reino en el que nombres como Nokia y BlackBerry eran sinónimos de dominio del mercado.
Cuenta la leyenda, sin embargo, que a dichas tierras establesllegaron un día los caballeros de Apple, la infantería de Android, los jinetes de Samsung y los escuderos de HTC.
Dicen los que cuentan que desde entonces, por aquellos parajes, los gigantes duermen inquietos.
Research In Motion, la empresa detrás del popular Blackberry anunció el recorte de 2.000 puestos de trabajo, el equivalente al 11% de su fuerza laboral.
Las cosas no han sido fáciles para la empresa canadiense.
Hace unos años era vista en el mundo como la imagen del ejecutivo moderno, aquel que tenía un pequeño teléfono con teclado, una red codificada y acceso a aplicaciones.
Hoy dicha imagen aún persiste en países de América Latina y Asia, pero incluso en dichas latitudes la fuerte competencia de nuevos jugadores como Apple y Google están replanteando el mercado.
Cada vez más, Blackberry se asocia a adolescentes felices de usar su mensajería instantánea sin límites. El problema, claro, es que los adolescentes no tienen el mismo poder adquisitivo que los ejecutivos.
Y más allá de las percepciones, los datos no mienten. Blackberry pasó de ser el sistema operativo de teléfonos inteligentes número uno a caer a la tercera posición según ComScore.
Por años Nokia dominó el mercado, hasta que Apple se interpuso en su camino.
Nokia gozó durante muchos años de un liderazgo incuestionable en el mercado frente a sus competidores, hasta que llegó el iPhone y cambió las reglas del juego.
El nuevo líder de la empresa finlandesa reconoció al asumir el cargo lo que era un secreto a voces: la compañía se había dormido en sus laureles mientras otros innovaban.
Lo comparó de hecho a una plataforma en llamas.
Ahora la compañía espera corregir el rumbo aliándose con Microsoft y sus teléfonos Windows Phone 7.
Los analistas más optimistas, sin embargo, auguran que juntos podrían llegar a la tercera posición del mercado, aún detrás de Google y Apple.
Pero incluso estas dos empresas que hoy celebran su triunfo deberían reflexionar un poco antes de dar un sorbo a su copa.
No es fácil, dice el cuento, derribar a un gigante y tomar su lugar, pero no cabe duda que caer del pedestal puede ser mucho más rápido.
En la tierra de la innovación tecnológica lo único que no está servido es la certidumbre.
Los gigantes, cuenta la leyenda, deberían dormir inquietos.
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