Por Nick Mackie /
BBC, China
Es una de las principales compañías tecnológicas del mundo. Y, aunque parezca increíble, a veces se tiende a ignorar su existencia.
Sus sistemas de telecomunicaciones conectan a un tercio de los teléfonos móviles del mundo. Y, globalmente, emplea a 110.000 personas, más que Cisco o Microsoft.
Se trata de Huawei, una compañía nacida en Shenzhen, en el sur de China. Y representa el poder del Asia de nuestros días.
"Es una compañía muy joven, tiene menos de 20 años", explica Ross Gan, director global de comunicaciones corporativas de Huawei Technologies.
"Nuestra fuerza de trabajo es también muy joven - 29 años de promedio- de modo que que hay un ambiente muy dinámico dentro de la empresa".
Esta es la impresión que uno recibe cuando visita el campus de la sede de la firma en el distrito de Shenzhen Longgang, donde trabajan 40.000 empleados.
Aquí, alberga unidades de desarrollo e investigación clave, instalaciones de pruebas a nivel global y un centro de capacitación de ejecutivos.
Sin embargo, la muestra de entusiasmo no se debe enteramente al factor juventud.
Huawei les pertenece totalmente a los empleados. Un 60% de sus empleados tiene acciones no comerciables, las que son adjudicadas de acuerdo a la posición y el rendimiento.
Raíces rurales
En sus primeros días, Huawei tuvo que luchar por conquistar su nicho en el mercado de las telecomunicaciones móviles de China.
En ese tiempo, las principales órdenes para los lucrativos sistemas de redes urbanas iban ya fuera a compañías estatales o firmas extranjeras.
Así, Huawei enfocó su tarea en el mercado rural.
"Huawei se afianzó en los mercados rurales, donde las condiciones eran tales, que teníamos que diseñar equipo muy especializado y a la medida de las necesidades del cliente", dice Ross Gan.
Esto incluyó el desarrollo de una infraestructura que pudiera soportar suministros de energía variables, rayos y la acometida de las ratas.
A medida que la empresa crecía y se expandía a los mercados extranjeros, se ganó la fama de solucionador de problemas, al ofrecer respuestas a las necesidades y problemas de sus socios.
Huawei es ahora el segundo proveedor de equipo de telecomunicación móvil a nivel mundial, después de Ericsson y sirve a 31 de los 50 mayores operadores de telecomunicaciones. También hace alarde de satisfacer un 55% del mercado mundial de las memorias de 3G.
La crema de la ingeniería
Los ingresos en 2010 alcanzaron a los US$28.000 millones y la compañía pronostica una agresiva expansión a US$100.000 millones en los próximos diez años.
El motor principal son sus trabajadores, de los cuales el 46% está dedicado a a la investigación y al desarrollo. La compañía ha postulado a más de 49.000 patentes.
Huawei atrae a la crema de los ingenieros de China, posgraduados como Zhong Jianwei, gerente de proyectos de la unidad de cumplimiento de normas técnicas.
Él descubrió que trabajar aquí es diferente de hacerlo en la mayoría de las grandes compañías chinas con sus típicas cadenas jerárquicas, estatistas y rígidas.
"Cada día me comunico con personal de Huawei en todo el mundo. Aquí es muy internacional, muy global", acota Zhong Jianwei.
"Nunca había experimentado algo así".
Para lograr sus nuevos objetivos, Huawei requiere nuevas experiencias.
No piensa dejar de lado su negocio fundamental, la provisión de sistemas para operadores de teléfonos móviles en 140 países, pero está desarrollando dos nuevos pilares estratégicos.
"Gran parte de esto es impulsado por las mayores fuerzas de convergencia", afirma Ross Gan.
"Hay otros segmentos de clientes allá afuera, tales como el mercado de la empresa y, cada vez más, el mercado de los aparatos.
Tiene que ver con el desarrollo de tecnología para que las empresas, incluso las ciudades, sean más eficientes y más seguras.
En la sede de Shenzhen, está claro que se hacen ingentes esfuerzos por entrar en la videoconferencia, desde el sistema estándar de escritorio o de uso móvil, a la clase de sistemas utilizados por las grandes corporaciones y los gobiernos.
El equipo de diseño trabaja ahora en reducir las distractivas costuras entre las multipantallas.
"Dentro de uno o dos años, y paso a paso, iremos reduciendo la brecha hasta hacerla desaparecer, incluso incursionaremos en tercera dimensión", comenta entusiasmado Luo Shan, ingeniero de desarrollo de software.
"Ahora estamos trabajando en la tecnología. Queremos aportar una experiencia confiable de alto nivel".
El mercado de la empresa ha trasladado la compañía al sector de la tecnología de la información. Sus planes son transformarse en un protagonista del aporte de soluciones para la convergencia tecnológica.
Huawei tiene los ojos puestos en la nube, con ideas para crear desde el hardware básico hasta el desarrollo de software y aplicaciones.
Aparatos y dispositivos
Huawei está intentando una agresiva arremetida en el mercado del consumo, video a la carta, teléfonos, tarjetas para la red de 4G, aunque los entregan en cajas mucho menores.
Este año, espera embarcar 60 millones de teléfonos celulares, desde los más elementales hasta los inteligentes.
Gran parte de las manufacturas es encargada a otras compañías, incluyendo a Foxconn, que tiene muy cerca un gran complejo de manufacturas en Shenzhen.
Huawei principalmente surte, al por mayor, a empresas similares a los operadores de teléfonos móviles, aunque esta estrategia está cambiando.
Tras dos décadas de estar en el crucial, pero fastidioso, sector de la revolución de los operadores de teléfonos móviles -siendo en gran medida desconocido en todo el mundo- Huawei está empeñado en construirse como marca.
La compañía está sacando tabletas, teléfonos inteligentes y tratando de establecer nuevos canales de comercialización.
Siguiendo el ejemplo de Apple, la compañía planea desarrollar una red de tiendas minoristas en China y en el extranjero.
Preocupaciones por la seguridad
La compañía tiene un problema de imagen, sin embargo, entre los legisladores estadounidenses, quienes la acusan de mantener vínculos con los militares chinos.
Citando preocupaciones por la seguridad nacional, vetaron dos compras de firmas tecnológicas estadounidenses que quería efectuar Huawei.
Huawei hace tiempo que rechazó estas preocupaciones y enfatiza que es una compañía que pertenece a sus empleados y que acoge con beneplácito una discusión seria con sus detractores con el objetivo de desmentir definitivamente las acusaciones.
"No hay relación entre Huawei y los militares", afirma Ross Gan.
"La realidad de Huawei es que se trata de una compañía privada, que pertenece íntegramente a sus trabajadores, que son sus accionistas. La compañía opera sobre una base comercial y nada más".
Por otra parte, la compañía tampoco se ha facilitado las cosas. Recién en abril de este año vino a develar el secreto de las identidades de los integrantes de su directorio.
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