La velocidad de cambio de Internet es imparable. Y con cada nueva idea, con cada invento, aparecen formas nuevas de conseguir ingresos. Con la explosión de Twitter y el resto de redes sociales, en las que cada caracter cuenta, llegaron los acortadores de URL. ¿Se puede sacar dinero de ese puñado de letras sin sentido? Bre.ad te muestra el camino.
No se trata de un modelo de negocio complejo, tan solo es la unión entre los acortadores de direcciones tradicionales y el formato publicitario interstitial. A diferencia de otros como t.co o bit.ly, usando bre.ad el usuario que hace clic en un enlace pasa por una página de intermedia antes de llegar a su destino.
Esta página llamada Toast, que puede ser utilizada para hacer promoción o publicidad con o sin ánimo de lucro, consta de un mensaje a cargo de la persona que puso el enlace, acompañada de su foto, y de un banner de 720x 300 píxeles. Se mantiene activa por un máximo de 5 segundos hasta dar paso a la página de destino.
Para dar un poco más de juego, permite crear varias páginas distintas que el programa muestra de forma aleatoria a quienes hacen clic en el vínculo. De ese modo pueden mostrar varios conceptos distintos con sus respetivos enlaces.
Un nuevo formato de publicidad
Por el momento sus creadores no han implementado ningún método para monetizar las páginas intermedias. Afirman que se han esforzado por mostrar un diseño alejado de la publicidad y por eso se trata de un servicio para usuarios particulares (pronto en beta privada). Además, ya contiene herramientas de análisis para usuario, ya que las cuentas de Bre.ad están asociadas a los perfiles de Facebook o Twitter.
Pero se trata sin duda de una idea óptima para los anunciantes. Del mismo modo que Google AdWords permite a los pequeños blogueros y webmasters sacar rendimientos a sus espacios online, con Bre.ad se abre la puerta a la colocación de publicidad en el camino de la navegación por parte de casi cualquiera. Hasta el momento, el principal problema con los acortadores de URLs estaba en la dificultad para saber hacia dónde dirigen, y si es un sitio seguro. Ahora, además, se abre la puerta a un spam masivo.
La clave para saber si este sistema es válido o no para el marketing en redes sociales y online está en la capacidad de la empresa que trate de comercializarlo para controlar el sistema de pagos e ingresos de sus usuarios potenciales.
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