Los nuevos entornos de negocio han llevado a que la administración de la reputación online se haya convertido en una prioridad para las empresas. Conocer los retos a los que se enfrentan las corporaciones y controlar los riegos legales derivados de la reputación online requiere que éstas se doten de recursos y herramientas adecuadas para hacerlo con éxito.
El control de la reputación online de la empresa es una de las principales preocupaciones que tienen hoy en día los responsables de negocio ante la gran cantidad de información que fluye en Internet. Además, el auge de las redes sociales también está conllevando que, cada vez más, los usuarios se animen a plasmar sus opiniones personales acerca de las corporaciones, lo que incrementa las posibilidades de que una empresa cuente con muchas juicios, positivos y negativos, que influyan notablemente en su reputación online, sea para bien o para mal. Como apuntan desde Ecija, firma especializada en prestación de servicios profesionales en derecho de tecnología, medios y telecomunicaciones, “se trata de ser conscientes de la poderosa capacidad de influencia del internauta sobre el resto de usuarios de la red, debido primordialmente al fenómeno del diálogo bidireccional promovido por la Web 2.0”.
Asimismo, desde esta firma apuntan la importancia de ser conscientes de que la reputación on-line ya no sólo consiste en proteger los elementos concretos de la empresa, como puede ser una marca, un dominio o una persona, sino que, para administrarla, tiene que formar parte de los objetivos de gobierno corporativo. Para ello resulta primordial llevar a cabo una planificación estratégica y un control táctico de la reputación on-line, para lo que Ecija propone una estrategia multidisciplinar en la que se alineen los aspectos legales y técnicos para dar una respuesta eficaz a esta gestión de la reputación online de las empresas.
Pérdidas por mala reputación online
Una buena imagen en Internet supone, de media, un incremento en las ventas del 37% a través de nuevos clientes. Por su parte, los comentarios negativos en el mundo online pueden generar una pérdida de clientes entre el 11% y el 27%. Éstas son algunas de las estimaciones de la firma Guidance y que ponen de relevancia la importancia que tiene administrar la reputación online en las empresas hoy en día.
Por ello, desde Ecija, Alejandro Touriño apunta que, para llevar a cabo un control de la reputación online idónea, hay que hacerlo en tres niveles: “buscar, detectar y monitorizar incidencias para saber qué dicen de nosotros en Internet o en todos los servicios online; clasificar y evaluar incidencias para ver qué es lo relevante, en lo que el equipo humano es importante ya que identifica qué incidencias son más graves y cuáles menos; y, en un último nivel, resolver las incidencias mediante acciones técnicas y/o legales”. Y es que, tener claros todos estos aspectos es fundamental ya que, como recuerda Touriño, “no existe ninguna norma que establezca qué es reputación online, aunque sí una especie de consenso que permite conocer qué hay en la Red y aprender a clasificarlo, priorizarlo e influir en ello”.
En este sentido, César Sicre, responsable del Servicio de Vigilancia de Marca, Gaming y Redes Limpias en Ecija Consulting, sostiene la importancia de contar con herramientas de búsquedas muy precisas, que ayuden a detectar esas posibles incidencias y, en general, todo lo que se hable de nuestra empresa o marca, pero también de la importancia del equipo humano que hay detrás y que ayuda en la criba de lo que es una incidencia y su clasificación.
Por tanto, contar con una estrategia multidisciplinar que aborde todos los puntos que son necesarios controlar para gestionar de forma correcta y eficaz la reputación online de las empresas parece cobrar cada vez más importancia en los departamentos de TI. De acuerdo con los expertos de Ecija, de esta forma se podrán superar los retos a los que se enfrentan las organizaciones y “ofrecer una respuesta eficaz a nuestros clientes, aunando y alineando los aspectos legales y técnicos con soluciones flexibles y escalables”.
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