Por Walter Mossberg
Aunque ambos servicios son convenientes, aún son rudimentarios
Por muchos años, el mundo de la música digital legal ha sido relativamente fácil de entender. Dos modelos básicos existían en el mercado: las tiendas en línea en las que usted compraba un sencillo o un álbum, que podía guardar en computadoras individuales o aparatos móviles. El otro es el modelo de servicios de suscripción, con el que paga una cuota mensual o escucha anuncios publicitarios a cambio de tener acceso a una biblioteca en línea de música.
De los dos modelos, el de descargar y poseer las canciones ha sido el vencedor claro hasta el momento y su principal ejemplo, iTunes de Apple, se ha convertido en el mayor vendedor de música.
Ahora, una alternativa híbrida está emergiendo, una en la que usted es dueño de la música, pero también puede acceder a ella desde la nube y reproducirla en diferentes aparatos a través de un navegador o una aplicación móvil. Esta modalidad se ha desarrollado debido a que los dos modelos existentes tienen sus desventajas.
El método de iTunes, que también es ofrecido por Amazon y otros, hace que sea difícil compartir o acceder a toda su colección de música entre varios aparatos, debido a que las canciones son almacenadas en cada aparato, en vez de la nube.
Por su parte, los sitios por subscripción, como Rhapsody, Pandora, Slacker y muchos más, no han logrado explotar su potencial debido a una confusa gama de estructuras de precio y reglas, a menudo impuestas por las casas disqueras. Pueden costar entre US$10 y US$15 al mes y requieren acceso a Internet para hacer uso de todas sus capacidades.
Recientemente, los gigantes de Internet Amazon y Google han lanzado servicios de música, que les permiten a los usuarios almacenar canciones que poseen en línea y escucharlas en una gama de aparatos, de manera gratuita o por cargos relativamente bajos y con pocas o ningunas limitaciones. Se especula que Apple está trabajando en una versión aun más sofisticada.
El servicio de Amazon se llama Cloud Player y el de Google Music Beta y los he estado probando. El de Amazon está disponible en este momento, mientras que el de Google sólo permite que los usuarios se inscriban para recibir una invitación, que enviará posteriormente.
Califico a estos dos nuevos servicios como rudimentarios debido a que tienen un gran inconveniente: antes de usarlos, un cliente tiene que subir todas sus canciones a la nube. Dependiendo de su conexión de Internet (que a menudo es mucho más lenta para subir archivos que para bajarlos) y el tamaño de su colección, eso puede tomar días.
El Santo Grial de los servicios de música es uno en el que no se requiere subir los archivos. A menudo se le llama "escanear y comparar". Bajo esta modalidad, el servicio compra primero a los sellos discográficos los derechos para reproducir un amplio catálogo de música y, con su permiso, escaneará su computadora para ver cuáles de esas canciones tiene usted en su disco duro. Posteriormente, le asignará los derechos de reproducción de esas canciones que ya ha comprado.
Tal método ofrece beneficios que van más allá de evitar la dolorosa subida de archivos. Con los derechos adecuados, los usuarios podrían compartir música con otros, o probar nuevas canciones. Podría crearse una variedad de modelos de precio y publicidad.
He probado el Amazon Cloud Player y Google Music Beta, y me parece que ambos funcionan tal como lo promocionan. Aunque ambos servicios tienen algunas diferencias, son similares en principio. Ambos usan un navegador o una aplicación para aparatos Android .
Subí las mismas 1.400 canciones a cada servicio y pude reproducirlas con buena calidad en los principales navegadores en múltiples computadoras Windows y Mac y en un teléfono y tableta Android. Cada uno importa música usando un pequeño programa que usted debe descargar. En mi caso, con una conexión a Internet inusualmente rápida, el proceso de carga de las canciones tomó varias horas.
Google tiene buenas funciones, tiene un ingenioso creador instantáneo de listas de música y cuando se suben las canciones trata de priorizar las que más ha escuchado. Pero, en general, preferí el servicio de Amazon, principalmente porque le da mucho más control al usuario sobre exactamente lo que desea subir o bajar, incluso sobre las canciones individuales. Google sólo permite subir grandes colecciones de canciones, como su biblioteca de iTunes o su carpeta principal de música. Si desea subir canciones individuales debe crear una nueva carpeta que contenga sólo esas canciones. Además, el servicio de Amazon encontró todas mis listas de iTunes, pero el servicio de Google omitió algunas.
Otra ventaja es que Amazon vende música digital y la puede pasar directamente a su reproductor en la nube. Google no vende música.
Ninguno de los dos servicios permite subir o reproducir música con sistemas de protección.
Estos nuevos servicios son una nueva opción para los amantes de la música digital y si las industrias de la música y la tecnología logran ponerse de acuerdo, podrían surgir mejores opciones en el futuro.
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