A Steve Jobs le gustaba dictarle la agenda al mercado, desarrollar productos que se volvieran tendencias y obligar a la competencia a tratar de alcanzarlos.
A Jobs no le gustaban las tabletas de siete pulgadas.
En 2010 le dijo a inversionistas que los dedos de las personas eran muy grandes como para oprimir con precisión los íconos en una pantalla pequeña -la del iPad es de diez pulgadas.
"No tiene sentido a menos que la tableta incluya una lija para que puedas lijar tus dedos y reducirlos a una cuarta parte de su tamaño actual".
Y añadió: "Hemos hecho muchas pruebas con usuarios y realmente entendemos esto. Diez pulgadas es el tamaño mínimo de pantalla para crear buenas apps para tabletas".
Entonces ¿por qué este martes Apple presentó el iPad mini de... siete pulgadas?
El mercado que la empresa desairó por no estar en sus planes ha tomado un giro radical.
En 2009 y 2010 fabricantes como Samsung y Archos lanzaron las primeras versiones de estas tabletas aunque no fueron muy bien recibidas por los analistas.
Se consideraba que eran gordas y pesadas, pero sobre todo que su sistema operativo (Android) estaba pensado para móviles y no para dispositivos más grandes. Teléfonos en esteroides les llamaban.
Pero Amazon comenzó a cambiar el juego. En 2011 su tableta Kindle Fire con una versión modificada de Android llegó a los estantes con un precio menor a los US$200.
En medio de críticas y elogios cambió el modelo de negocio. Es como si hubiera gritado entre la multitud para decir: "La ganancia no está en el precio del aparato, sino en la venta del contenido".
Al parecer el grito se escuchó hasta en Mountain View, California. Google comenzó a cocinar en sus laboratorios la Nexus 7, una tableta de siete pulgadas.Como Amazon, el buscador decidió ser agresivo y ofreció su dispositivo en US$159, pero con especificaciones técnicas más avanzadas. La respuesta del mercado fue muy positiva, pero quedó claro que Google seguía el modelo Amazon: "Es el contenido, tonto".
Y ello nos trae de vuelta a Apple y su iPad mini. Los que dicen que saben aseguran que la vuelta en "u" de la empresa no ocurrió de la noche a la mañana. Que incluso Steve Jobs se mostró "abierto" a la idea de las siete pulgadas la última vez que se la presentaron.
Otros no están tan seguros y afirman que Apple se vio obligado a reaccionar ante el éxito de Amazon y Google que demostraron que, después de todo, los dedos no son tan gordos.
La empresa de análisis IHS asegura que la venta de dispositivos con pantallas de siete pulgadas se incrementará 100% en 2012 "pasando de 17 millones de unidades vendidas en 2011 a 34 millones " y casi duplicándose nuevamente en 2013 cuando podrían venderse 67 millones de estos dispositivos.
En sus pronósticos afirma que 33% de las tabletas que habrá en el mercado en 2013 medirán siete pulgadas. Es claro entonces que si hay espacio para las mini tabletas. Y a la empresa ahora dirigida por Tim Cooks le gustaría participar de las ganancias.
Apple ha decidido diferenciarse de sus competidores en el precio. Mientras la gran mayoría de los aparatos de siete pulgadas se venden por menos de US$200, el iPad mini más barato será ofrecido en US$329. No es una sorpresa dado que a la empresa de la manzana mordida le gusta dar "valor" a sus productos a través del precio.
En resumen, le haya gustado o no a Jobs, los consumidores sí han apostado por el mercado de las tabletas más pequeñas. Algunas de las razones en su favor han sido su portabilidad y ligereza a diferencia de las tabletas de 10 pulgadas que son más difíciles de sostener con una mano durante largo tiempo. Se gana portabilidad, se sacrifica resolución.
Si una moraleja enseña la fábula de las siete pulgadas es que la decisión, le guste o no a las empresas, sigue siendo el gran poder del consumidor.
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