miércoles, 2 de noviembre de 2011

Los consejos de Steve Jobs para Obama

"Usted se encamina a una presidencia de un solo mandato", le dijo Steve Jobs al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al comienzo de una reunión entre ambos que solicitó el presidente a comienzos de año pasado. Según lo descrito en la biografía autorizada escrita por Walter Isaacson, el fundador de Apple dijo que las regulaciones habían creado demasiados lastres para la economía.
Reuters
Jobs en junio de 2006.
Jobs era partidario de Obama, pero sus comentarios recién revelados son ilustrativos de una nueva frustración con Washington entre ejecutivos de Silicon Valley. Sus compañías de alta tecnología son supuestamente el motor de crecimiento del país, pero el gobierno federal traba la maquinaria.
Isaacson informa que Jobs le ofreció a Obama "formar un grupo de seis o siete presidentes ejecutivos que realmente podrían explicar los retos en materia de innovación que encara Estados Unidos". Pero después de que los asesores de la Casa Blanca comenzaron a intervenir en la planificación de la cena, esto se volvió inmanejable y Jobs se retiró.
Cuando se organizó una cena de menor tamaño en febrero pasado, el resultado fue una mayor alienación de Silicon Valley respecto de Washington. Obama estaba sentado entre Jobs y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. La cena también incluía altos ejecutivos de compañías como Google, Cisco y Oracle.
Según Isaacson, Jobs "recalcó la necesidad de más ingenieros adiestrados y sugirió que cualquier estudiante extranjero que obtenga un título de ingeniería en EE.UU. debería recibir una visa para quedarse en el país". El presidente aparentemente respondió que ello tendría que aguardar a una mayor reforma migratoria, que dijo que él era incapaz de lograr.
"A Jobs esto le pareció un ejemplo irritante de cómo la política puede llevar a la parálisis", escribe Isaacson. "El presidente es muy inteligente, pero seguía explicándonos razones por las cuales no se pueden hacer las cosas", dijo Jobs. "Eso me enfurece".
Jobs dijo a Obama que Apple emplea a 700.000 obreros en sus fábricas en China porque no puede encontrar los 30.000 ingenieros en EE.UU. que necesita que trabajen en sus plantas. "Si uno pudiera educar a estos ingenieros", dijo en la cena, "podríamos trasladar más empleos fabriles aquí".
Uno de los beneficios del libre comercio, incluyendo el desplazamiento de trabajadores, es que las destrezas irían allí donde son más valoradas. Jobs recalcó que Silicon Valley está confundido por una política que, por el contrario, educa a ingenieros extranjeros en universidades estadounidenses de alto nivel, y luego los envía inmediatamente a sus países.
Entre los asistentes a la cena estaba el inversionista de capital de riesgo John Doerr, quien durante una conferencia sobre Internet en 2008 describió el absurdo memorablemente: "Engraparía un permiso de residencia al diploma de cualquiera que se gradúe con un título en ciencias físicas o ingeniería en EE.UU."
Los extranjeros en EE.UU. ahora representan 70% de doctorados en ingeniería eléctrica y la mitad de los títulos de maestría. Serían más productivos si se les permitiera permanecer en EE.UU. Según cálculos hechos en estudios académicos, un cuarto de las empresas de tecnología fundadas en EE.UU. desde 1995 han tenido al menos un fundador nacido en el extranjero. La mitad de las nuevas compañías tecnológicas de Silicon Valley son fundadas por extranjeros.
EE.UU. emite 140.000 permisos de residencia al año, lo cual no es suficiente para satisfacer la demanda incluso en esta economía débil. Peor aún, las leyes que rigen los permisos de trabajo dicen que los residentes de ningún país pueden conseguir más de 7% de los permisos. Esto está bien para Andorra y Liechtenstein pero no para India y China, con 18% y 19% de la población mundial, respectivamente. La Fundación Nacional para la Política Estadounidense calcula que el límite de 7% significa un atraso de 70 años de potenciales trabajadores indios y 20 años de chinos.
Vivek Wadwha es oriundo de India y fue el fundador de dos compañías tecnológicas en EE.UU. antes de convertirse en un académico especializado en inmigración. Recientemente testificó ante el Congreso que EE.UU. está "dando un regalo no intencional a China e India, haciendo que trabajadores altamente educados y con muchas destrezas, frustrados por las largas esperas para obtener la visa, regresen a sus países".
Hay pocas perspectivas de reforma, aun cuando la idea de Doerr de engrapar un permiso de residencia ha sido respaldada por todos, desde el candidato republicano Mitt Romney hasta el senador demócrata por Nueva York Chuck Schumer. El representante Jeff Flake, republicano de Arizona, incluso propuso la Ley Staple (un juego de palabras, con siglas que en inglés significan "Engrapar", formadas por el enunciado en inglés, "Impedir que doctorados en EE.UU. dejen la economía). Como dice Pia Orrenius, autora de "Beside the Golden Door" ("Más allá de la puerta dorada"), permitir la permanencia de más trabajadores calificados en EE.UU. es "lo más cerca de un regalo" que puede conseguir la economía.
El propio Jobs era el hijo biológico de un profesor inmigrante de Siria, que tuvo la suerte de ser un estudiante de maestría en EE.UU. en la década de 1950, cuando era más fácil que permanecieran los extranjeros. (Jobs fue adoptado recién nacido).
La cultura de Silicon Valley está definida por ingenieros que encaran los problemas de manera lógica, buscando la solución más elegante. Washington es diferente. Los miembros de ambos partidos prefieren anotar puntos políticos en materia de inmigración aun cuando esto retrase enfoques diferentes. No sorprende que Washington enfurezca tanto a personas como Jobs que valoran la innovación.

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