Por DAISUKE WAKABAYASHI
TOKIO—Los endoscopios, las baterías para autos y los bombillos de luz no tienen el mismo atractivo que los televisores ultradelgados, las elegantes computadoras tipo tableta y los sistemas de videojuegos.
Los fabricantes de electrónicos de Japón quieren seguir en el rubro de los aparatos, sólo que apuntando un poco menos al consumidor. Presionadas por sus recientes problemas, que han culminado en pérdidas anuales inusitadas y cambios en la cúpula ejecutiva, Sony Corp., Panasonic Corp. y Sharp Corp. tratan de reinventarse. Panasonic y Sharp incursionan en la energía verde y Sony ha dado un salto hacia los aparatos médicos.
El sector de electrónicos fue un pilar de la expansión japonesa de la posguerra al producir televisores, equipos de audio y otros dispositivos tecnológicos para el mercado masivo. Sin embargo, la supervivencia a largo plazo de las compañías niponas dependerá de su capacidad para escapar de la encarnizada competencia en el mercado de electrónicos de consumo, donde los márgenes son cada vez menores.
La transición de la tecnología análoga a la digital —que reemplazó el Walkman con el iPod y los televisores de tubo con los de pantalla plana— facilitó la producción de bienes de forma uniforme con partes de terceros, lo que redujo la importancia de la destreza manufacturera que transformó a Japón en una potencia del sector. Como resultado, el hardware pasó a ser una materia prima que necesitaba ser mejorada por un software elegante o servicios atractivos, áreas en las que las firmas japonesas no han podido sobresalir.
"Nadie está ganando dinero con los televisores, así que Panasonic está tratando de cambiar de un negocio orientado a lo audiovisual y los electrodomésticos a uno interempresarial", dijo en enero su presidente de la junta, Fumio Ohtsubo, ante un grupo de periodistas. En ese entonces era presidente, pero en junio fue reemplazado y asumió la presidencia de la junta.
La salud y la energía encajan a la perfección con estas empresas al tomar en cuenta los limitados recursos naturales de Japón y el rápido envejecimiento de su población. A medida que se acumulaban las pérdidas en los últimos años, las empresas buscaron crecer en estos sectores para reducir su dependencia de los electrónicos de consumo.
Pese a su promesa, estos nuevos segmentos podrían conducir a los mismos problemas de siempre: una multitud de compañías japonesas que se abalanza sobre un mismo sector. La abundancia de competidores reduce los precios y reduce la rentabilidad, lo que dificulta la proyección global de cualquier empresa.
Sólo en Japón, al menos siete empresas, incluyendo Sharp y Panasonic, venden paneles solares; por lo menos cinco grandes compañías están desarrollando baterías recargables para vehículos eléctricos y la mayoría de los fabricantes de cámaras o electrónicos tiene en la mira el mercado de salud.
Los fabricantes japoneses también se amontonan en el negocio de reemplazar bombillos incandescentes y fluorescentes con otros de diodos de emisión de luz, o LED, que duran más y consumen menos electricidad.
"Las compañías japonesas son tristemente famosas porque un competidor levanta la mano para hacer algo nuevo y luego todos lo siguen", dice Melissa Otto, una directora de TIAA-CREF Investment Management que administra un portafolio de acciones de Japón.
En 2010, Sony adquirió la empresa de biotecnología iCyt Mission Technology Inc. y el año pasado la firma de aparatos de diagnósticos médicos Micronics Inc., ambas por sumas no reveladas. El conglomerado también está en conversaciones con Olympus Corp., el gigante de fotografía y equipos médicos blanco de un escándalo contable, para asumir una participación de hasta US$633 millones, según fuentes al tanto. Lo que atrae a Sony es la cuota de mercado de 70% que tiene Olympus en el segmento de endoscopios. En abril, el presidente ejecutivo de Sony, Kazuo Hirai, calificó el negocio de aparatos médicos como un "futuro pilar" de la empresa.
Toshiba Corp., uno de los fabricantes líderes de televisores y computadoras de Japón, expandió su negocio de energía atómica en 2006 cuando compró una participación mayoritaria en Westinghouse y ha incursionado en baterías recargables para autos, bombillos LED y sistemas de energía renovable.
No obstante, Panasonic es la que ha cambiado la composición de sus negocios de manera más radical. En 2009 y 2010, gastó US$10.400 millones para adquirir Sanyo Electric Co., atraída por su operación de paneles solares y baterías para vehículos eléctricos. También invirtió más de US$3.000 millones para comprar la porción que no poseía de Panasonic Electric Works con el fin de acelerar su incursión en sistemas de construcción. Sharp pagó US$305 millones en noviembre de 2010 por Recurrent Energy LLC, que desarrolla proyectos de generación de energía solar. Pese a sus problemas financieros, Sharp ve un rayo de luz en su negocio de energía renovable.
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