viernes, 17 de agosto de 2012

En la revolución de los teléfonos inteligentes, Japón sigue al margen

TOKIO—La primera planta de la tienda de electrónicos Bic Camera, un enorme edificio de ocho pisos que ocupa una manzana entera en esta ciudad, es la zona cero para la industria de electrónicos de Japón.
Durante mucho tiempo, la parte norte del piso de ventas, donde suelen colocarse los productos más populares, estuvo dominada por televisores de pantalla plana, en su mayoría de marcas japonesas.
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Ahora, en medio de una precipitación de las ventas, las filas de televisores han quedado relegadas a la abarrotada segunda planta para abrir espacio a cientos de accesorios para teléfonos inteligentes, en especial el iPhone de Apple Inc.
La decisión ilustra lo que le ha ocurrido a la industria de la tecnología en Japón. Los otrora poderosos conglomerados le apostaron todo a los televisores y se perdieron la ola de los teléfonos inteligentes y ahora están al margen de la acción.
Los celulares de última generación son ahora los protagonistas en el mundo de los electrónicos de consumo, generando asombrosas ventas y quitándole terreno a las cámaras digitales, consolas de videojuegos portátiles y otros baluartes de los electrónicos japoneses.
Apple y Samsung Electronics Co. registran ganancias récord y controlaron en conjunto 54% de los envíos globales de teléfonos inteligentes durante el primer trimestre, según la firma de investigación Strategy Analytics. La participación combinada de las japonesas Sony Corp., Panasonic Corp., Sharp Corp., Fujitsu Ltd. y otros fabricantes es de apenas 8%.
En un esfuerzo por ponerse al día, las empresas de Japón están redoblando su incursión en el mercado de la telefonía inteligente con diversos grados de ambición. Sony ha adoptado la iniciativa más agresiva tras fracasar en los últimos 10 años con su proyecto conjunto Sony Ericcson. Liberado de esa alianza, el presidente ejecutivo de Sony, Kazuo Hirai, ha prometido hacer de los teléfonos inteligentes el pilar de su negocio.
Bloomberg News
Teléfonos móviles de Sharp.
Panasonic, Fujitsu y Sharp —los tres principales fabricantes de celulares del país— tratan de hacer un modesto regreso al escenario global, pero esto no será fácil, especialmente en una industria tan competitiva que requiere innovación constante.
Expertos dentro y fuera de la industria citan un número de razones por las que las compañías japonesas se quedaron al margen: un enfoque excesivo en el mercado local, su lentitud y falta de flexibilidad para adaptarse a condiciones dinámicas, una interpretación errónea de las preferencias del consumidor y una dosis de arrogancia sobre la superioridad de su hardware.
Desde principios de los 90, los celulares japoneses eran maravillas tecnológicas que se distinguían por su avanzado hardware.
En 2000, Sharp fue la primera compañía del mundo en incorporar una cámara a un teléfono móvil. En 2006, un año antes del lanzamiento del iPhone, los consumidores japonenses podían ver televisión en sus celulares.
Sin embargo, a pesar de su tecnología de punta, los fabricantes japoneses pasaron apuros para competir en el extranjero con la finlandesa Nokia Corp. y la estadounidense Motorola Inc. debido a que sus teléfonos se basaban en estándares de telecomunicaciones que sólo se usaban en Japón.
Al llegar tarde al mercado, les costó entablar relaciones con los proveedores de telefonía móvil en el exterior, a diferencia de la coreana Samsung.
El debut del iPhone en 2007 lo cambió todo. Mientras el resto del mundo veía el aparato por lo que era —un producto que transformaría el sector—, algunos ejecutivos en Japón lo desdeñaron, convencidos de que sus teléfonos ya eran lo bastante inteligentes. "Las firmas japonesas se equivocaron", reconoce Ryuji Ono, socio en Tokio de la consultora Roland Berger. "No estaban mirando al resto del mundo".
Hoy en día, los teléfonos inteligentes representan 56,6% de todos los celulares nuevos fabricados en Japón, según la firma de investigación MM Research Institute. Apple y Samsung se llevaron más de 20% del mercado japonés en el pasado año fiscal, comparado con casi cero hace cinco años.
En el último año fiscal, Apple fue el principal fabricante de teléfonos inteligentes en Japón. Samsung también se coló entre los cinco primeros dentro del mercado local.
En el trimestre más reciente, Fujitsu, NEC, Sharp, Sony y Panasonic reportaron pérdidas en sus divisiones de celulares. Y lo que es más, Sony, Panasonic y Sharp se están alejando del negocio de los televisores, incapaces de resistir otra ronda de competencia con sus balances ya debilitados.
"La era dorada de los televisores se ha acabado y la televisión ya nunca volverá a reinar en el espacio de los electrónicos de consumo", sentenció Kunio Nakamura, ex presidente de Panasonic.
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