Por LIZETTE CHAPMAN
Blueseed, una incubadora de tecnología planeada para emprendedores globales abordo de un crucero anclado en la costa de Silicon Valley, necesita algo de dinero.
Los fundadores del proyecto presentaron los planes de Blueseed en agosto de 2011 como una forma para que los emprendedores extranjeros de tecnología evitaran las restricciones de visa de trabajo en EE.UU. y a la vez tuvieran acceso fácil al talento y el capital de inversión de Silicon Valley.
Pero Blueseed ahora enfrenta sus propios problemas de financiación. Aún necesita conseguir US$130.000 para completar una ronda de financiación de US$500.000 antes de fines de agosto, según el cofundador de Blueseed Dario Mutabdzija.
Al menos uno de los inversionistas de Blueseed está perdiendo la paciencia. "Les dije que si no recaudan más para agosto entonces nos retiraremos. No tiene sentido", afirma Suraj Kumar Rajwani, socio gerente de DoubleRock, una firma de capital de riesgo con sede en Menlo Park que invirtió US$50.000 en Blueseed hace varios meses.
Aunque eso no significa que el proyecto está muerto —conocidos inversionistas ángeles como Peter Thiel y Mike Maples, quienes ya pusieron dinero en Blueseed, podrían cubrir la brecha— representa una nueva tormenta que debe navegar la propuesta de incubadora flotante de tecnología para lograr su meta de operar para comienzos de 2014.
"No es una novedad agradable, pero sucede", dice Mutabdzija. Agrega que Blueseed, ahora en la etapa de planificación, sigue en carrera para comenzar sus operaciones a comienzos de 2014.
La idea de Blueseed es audaz. Mutabdzija cofundó el proyecto con Max Marty para crear una zona de trabajo internacional, con emprendedores de todo el mundo que lancen empresas desde el crucero. El barco —que según Mutabdzija costará alrededor de US$50 millones para comprarlo y equiparlo— estará anclado en aguas internacionales a 22 kilómetros de la Bahía de la Media Luna, a unos tres kilómetros afuera de la zona de jurisdicción de las visas laborales de EE.UU.
Ideado como un espacio híbrido para vivir y trabajar, con un gimnasio, salas de juego y cafés, a toda capacidad el Blueseed albergará alrededor de 1.000 emprendedores y huéspedes del hotel, 200 miembros del personal y 200 "mejoradores" de las mejores universidades y centros de estudios para sumar poder intelectual y credibilidad a la comunidad. La renta mensual para el espacio de vivienda y trabajo irá desde US$1.200 a alrededor de US$3.000, mientras los emprendedores cederán 6% a 6,5% de su empresa a Blueseed. A medida que maduren las empresas nuevas, Blueseed podría ayudarlos a establecer operaciones como empresas en EE.UU. y posiblemente darles respaldo de capital de inversión.
Los emprendedores de Bluessed sólo necesitan un pasaporte y una visa de turismo o negocios para visitar la costa, un viaje de alrededor de 30 minutos a la Bahía de la Media Luna y apenas un poco más de una hora hasta San Francisco. Con la visa de turismo o negocios, los emprendedores no pueden hacer trabajo "productivo", como desarrollar el producto mientras están en territorio estadounidense, pero pueden reunirse con socios y clientes durante 180 días al año. Si ganan un salario mientras se encuentran abordo del Blueseed, el ingreso sería gravado según su país de residencia.
Blueseed enfrenta otros desafíos, incluido asegurar un préstamo para comprar y equipar el crucero, y recaudar entre US$40 millones y US$60 millones para su fondo de inversión, Blueseed Capital.
Además, el grupo debe dominar la logística de manejar una comunidad permanente de personas que viven en el extranjero con demandas tecnológicas significativas en las aguas nebulosas y a veces turbulentas de la Bahía de la Media Luna. Obtener una conexión a Internet de alta velocidad, bajo costo y confiable, y establecer un servicio de ferry con al menos dos servicios diarios están al tope de la lista.
Afirma Marty, uno de los cofundadores: "Tenemos una curva de calificación muy empinada desde el momento en que abramos la puerta".
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