Por Tom Simonite
Un ambicioso intento por parte de Google para que la red cambie hacia un nuevo formato de vídeo sin derechos de patente ha tomado importantes pasos adelante. Se ha lanzando un nuevo software capaz de incluir el formato en chips específicos para teléfonos móviles y otros aparatos, y quizá éste sea el paso más importante antes de que pueda desplazar al formato de vídeo con derechos de patente que domina el mercado actualmente.
El formato de vídeo de Google se conoce como WebM. Fue creado mediante la combinación del ya existente formato de audio Vorbis con VP8, un formato de video que Google compró el año pasado con la intención de que todo el mundo pudiera usarlo en WebM. Google quiere que WebM se convierta en el formato por defecto para el vídeo en la web, y que se una a la nueva ola de tecnologías web potentes y, sobre todo, gratis de usar, como el HTML 5, que permite que las páginas web actúen como aplicaciones de escritorio.
Sin embargo eso requeriría desplazar el bien establecido formato patentado H.264, que se utiliza hoy día para la mayoría del streaming de video en línea. El H.264 está incluido en los chips específicos de vídeo de varios dispositivos portátiles, desde los teléfonos hasta las tabletas y las videocámaras. Un consorcio llamado MPEG-LA controla las patentes necesarias para crear un software o hardware que soporte H.264. MPEG-LA aplica una tasa por cada unidad fabricada.
Permitir el desarrollo de chips equivalentes para WebM es crucial si el formato rival desea adentrarse en este campo. Sin ese tipo de hardware, el trabajo de codificación de vídeo se realiza por software, lo cual hace trabajar demasiado a la CPU principal del dispositivo, drenando la vida de la batería. "El nuevo codificador de hardware codifica el VP8, utilizando una pequeña fracción de la electricidad que un procesador de propósito general/CPU usaría incluso a resolución de alta definición", afirma Aki Kuusela, director de ingeniería del equipo de hardware del Proyecto WebM. "Esto los hace muy prácticos para los dispositivos móviles y otros de bajo consumo", asegura. Sin un chip de video específico, estos dispositivos sólo pueden alcanzar una resolución muy pobre.
El equipo de Google puso a prueba el codificador de hardware ejecutándolo en chips simulados y en otros reales conocidos como FPGAs, que pueden ser configurados para implementar diversos diseños de hardware. Las empresas de hardware interesadas pueden solicitar recibir en línea el código para el nuevo codificador. Kuusela escribió en un blog que "varios socios de semiconductores de alto nivel" ya están empezando a construir sus próximos chips incorporando VP8, pero no reveló el nombre de empresas concretas. Los grandes fabricantes de chips, incluyendo a AMD, Qualcomm y Texas Instruments, son partidarios públicos del proyecto, aunque es probable que soporten tanto el formato VP8 como los ya existentes en sus chips.
WebM ha penetrado en otras partes del ecosistema de la web en las últimas semanas. La nueva versión del navegador Firefox publicada la semana pasada tiene integrado el soporte para el formato, mientras que los ingenieros de Google construyeron un plug-in de software para agregar la misma capacidad al navegador IE9 de Microsoft.
Sin embargo, casi un año desde que Google anunciase su proyecto WebM, el formato supone un "pequeño porcentaje" del vídeo en línea, explica Jeff Malkin, presidente de Encoding.com, una empresa que convierte formatos de vídeo en línea para permitir a los editores dar servicio a diferentes dispositivos, y que ha apoyado a WebM desde su lanzamiento, a petición de Google.
Conseguir que el formato se integre en el hardware es un paso adelante, afirma Malkin, "aunque todavía no sé si el hardware es el problema que nos está impidiendo despegar", afirma, dado que las ventajas de WebM siguen siendo poco claras. Es mucho mejor que los anteriores formatos de vídeo sin derechos de patente, afirma Malkin, aunque hasta ahora el nuevo formato y el software que Google ha creado para codificar vídeo en él no pueden competir tecnológicamente con el H.264. "Está muy lejos del mismo rendimiento".
Jason Garrett-Glaser, que lidera el desarrollo de una herramienta de código abierto para codificar vídeo H.264 llamada x264, está de acuerdo. "Los codificadores de VP8 eran, en un principio, terribles. Ahora son menos malos", afirma. Un reciente análisis técnico en el que se vio involucrado descubrió que los codificadores de Google todavía son incapaces de generar vídeo tan o más rápidamente, o con la misma calidad, que x264 utilizando el formato H.264.
Con más trabajo, debería ser posible que VP8 ofreciese un rendimiento cercano al de los rivales patentados establecidos, afirma Garret-Glaser. Pero para hacer que WebM se consolide, Google tendrá que aprovechar los activos de otros.
Este pasado mes de enero, la empresa eliminó el soporte incorporado para H.264 de su navegador Chrome. Sin embargo, Google ha tardado más en sacar el máximo partido de su activo más potente, YouTube. Algunos videos subidos al sitio se convierten al formato WebM. "Sin embargo, hasta ahora YouTube parece poco entusiasta al respecto", advierte Garret-Glaser. "Algunos vídeos se codifican, algunos no o tardan semanas". Cree que el destino de WebM podría ser como competidor de H.264, y no como su conquistador.
Sin embargo, "es bueno tenerlo", afirma, "ya que ejerce presión sobre MPEG-LA, que podría acabar haciendo que sus licencias fueran más amigables", afirma. Esto debería facilitar a los desarrolladores trabajar con las tecnologías de vídeo, y crear nuevas experiencias para los usuarios finales.
Si esta competencia estimula que los codecs de vídeo sean más eficientes, los consumidores obtendrán otros beneficios tangibles, asegura Eve Riskin desde la Universidad de Washington, cuyo grupo de investigación ha desarrollado sus propios codificadores de vídeo con el objeto de permitir llamadas de video para lenguaje de signos, incluso con lentas conexiones móviles no 3G. "En un dispositivo móvil, los grandes retos son la vida de la batería y el ancho de banda", afirma ella, "y unos mejores codecs podrían ofrecer más prestaciones usando la potencia y el ancho de banda que poseemos". El final de los planes de datos móviles del tipo "come todo lo que quieras", implementado por muchas redes, podría aumentar la importancia de la buena compresión de video para los usuarios, señala.
Un ambicioso intento por parte de Google para que la red cambie hacia un nuevo formato de vídeo sin derechos de patente ha tomado importantes pasos adelante. Se ha lanzando un nuevo software capaz de incluir el formato en chips específicos para teléfonos móviles y otros aparatos, y quizá éste sea el paso más importante antes de que pueda desplazar al formato de vídeo con derechos de patente que domina el mercado actualmente.
El formato de vídeo de Google se conoce como WebM. Fue creado mediante la combinación del ya existente formato de audio Vorbis con VP8, un formato de video que Google compró el año pasado con la intención de que todo el mundo pudiera usarlo en WebM. Google quiere que WebM se convierta en el formato por defecto para el vídeo en la web, y que se una a la nueva ola de tecnologías web potentes y, sobre todo, gratis de usar, como el HTML 5, que permite que las páginas web actúen como aplicaciones de escritorio.
Sin embargo eso requeriría desplazar el bien establecido formato patentado H.264, que se utiliza hoy día para la mayoría del streaming de video en línea. El H.264 está incluido en los chips específicos de vídeo de varios dispositivos portátiles, desde los teléfonos hasta las tabletas y las videocámaras. Un consorcio llamado MPEG-LA controla las patentes necesarias para crear un software o hardware que soporte H.264. MPEG-LA aplica una tasa por cada unidad fabricada.
Permitir el desarrollo de chips equivalentes para WebM es crucial si el formato rival desea adentrarse en este campo. Sin ese tipo de hardware, el trabajo de codificación de vídeo se realiza por software, lo cual hace trabajar demasiado a la CPU principal del dispositivo, drenando la vida de la batería. "El nuevo codificador de hardware codifica el VP8, utilizando una pequeña fracción de la electricidad que un procesador de propósito general/CPU usaría incluso a resolución de alta definición", afirma Aki Kuusela, director de ingeniería del equipo de hardware del Proyecto WebM. "Esto los hace muy prácticos para los dispositivos móviles y otros de bajo consumo", asegura. Sin un chip de video específico, estos dispositivos sólo pueden alcanzar una resolución muy pobre.
El equipo de Google puso a prueba el codificador de hardware ejecutándolo en chips simulados y en otros reales conocidos como FPGAs, que pueden ser configurados para implementar diversos diseños de hardware. Las empresas de hardware interesadas pueden solicitar recibir en línea el código para el nuevo codificador. Kuusela escribió en un blog que "varios socios de semiconductores de alto nivel" ya están empezando a construir sus próximos chips incorporando VP8, pero no reveló el nombre de empresas concretas. Los grandes fabricantes de chips, incluyendo a AMD, Qualcomm y Texas Instruments, son partidarios públicos del proyecto, aunque es probable que soporten tanto el formato VP8 como los ya existentes en sus chips.
WebM ha penetrado en otras partes del ecosistema de la web en las últimas semanas. La nueva versión del navegador Firefox publicada la semana pasada tiene integrado el soporte para el formato, mientras que los ingenieros de Google construyeron un plug-in de software para agregar la misma capacidad al navegador IE9 de Microsoft.
Sin embargo, casi un año desde que Google anunciase su proyecto WebM, el formato supone un "pequeño porcentaje" del vídeo en línea, explica Jeff Malkin, presidente de Encoding.com, una empresa que convierte formatos de vídeo en línea para permitir a los editores dar servicio a diferentes dispositivos, y que ha apoyado a WebM desde su lanzamiento, a petición de Google.
Conseguir que el formato se integre en el hardware es un paso adelante, afirma Malkin, "aunque todavía no sé si el hardware es el problema que nos está impidiendo despegar", afirma, dado que las ventajas de WebM siguen siendo poco claras. Es mucho mejor que los anteriores formatos de vídeo sin derechos de patente, afirma Malkin, aunque hasta ahora el nuevo formato y el software que Google ha creado para codificar vídeo en él no pueden competir tecnológicamente con el H.264. "Está muy lejos del mismo rendimiento".
Jason Garrett-Glaser, que lidera el desarrollo de una herramienta de código abierto para codificar vídeo H.264 llamada x264, está de acuerdo. "Los codificadores de VP8 eran, en un principio, terribles. Ahora son menos malos", afirma. Un reciente análisis técnico en el que se vio involucrado descubrió que los codificadores de Google todavía son incapaces de generar vídeo tan o más rápidamente, o con la misma calidad, que x264 utilizando el formato H.264.
Con más trabajo, debería ser posible que VP8 ofreciese un rendimiento cercano al de los rivales patentados establecidos, afirma Garret-Glaser. Pero para hacer que WebM se consolide, Google tendrá que aprovechar los activos de otros.
Este pasado mes de enero, la empresa eliminó el soporte incorporado para H.264 de su navegador Chrome. Sin embargo, Google ha tardado más en sacar el máximo partido de su activo más potente, YouTube. Algunos videos subidos al sitio se convierten al formato WebM. "Sin embargo, hasta ahora YouTube parece poco entusiasta al respecto", advierte Garret-Glaser. "Algunos vídeos se codifican, algunos no o tardan semanas". Cree que el destino de WebM podría ser como competidor de H.264, y no como su conquistador.
Sin embargo, "es bueno tenerlo", afirma, "ya que ejerce presión sobre MPEG-LA, que podría acabar haciendo que sus licencias fueran más amigables", afirma. Esto debería facilitar a los desarrolladores trabajar con las tecnologías de vídeo, y crear nuevas experiencias para los usuarios finales.
Si esta competencia estimula que los codecs de vídeo sean más eficientes, los consumidores obtendrán otros beneficios tangibles, asegura Eve Riskin desde la Universidad de Washington, cuyo grupo de investigación ha desarrollado sus propios codificadores de vídeo con el objeto de permitir llamadas de video para lenguaje de signos, incluso con lentas conexiones móviles no 3G. "En un dispositivo móvil, los grandes retos son la vida de la batería y el ancho de banda", afirma ella, "y unos mejores codecs podrían ofrecer más prestaciones usando la potencia y el ancho de banda que poseemos". El final de los planes de datos móviles del tipo "come todo lo que quieras", implementado por muchas redes, podría aumentar la importancia de la buena compresión de video para los usuarios, señala.
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