La anunciada adquisición en Estados Unidos de la compañía de telefonía celular T-Mobile –perteneciente a Deutsche Telekom- por parte de AT&T coloca a las autoridades frente al dilema de garantizar la libertad de empresa y, a la vez, la libre elección de los consumidores.
El acuerdo alcanzado implica unos US$39 mil millones y se traduciría en la unión de las dos firmas que ocupan el segundo y cuarto lugar en el mercado de la telefonía celular, respectivamente.
De concretarse la operación, AT&T sumaría unos 34 millones de usuarios a los 96 millones que ya tiene y se convertiría en la mayor empresa del sector en EE.UU., superando a su competidora directa, Verizon.
La anunciada fusión encendió las alarmas en el Congreso, donde los representantes del Subcomité de Comercio, Tecnología y Comunicaciones advirtieron que supervisarán de cerca el proceso para estar seguros de que se cumpla la legislación antimonopolio.
Desde la empresa, en tanto, dicen que mejorará la calidad del servicio y que se incorporarán nuevas tecnologías.
Los riesgos de la concentración
El profesor Spencer Waller, director del Instituto de Estudios de Defensa de la Competencia y del Consumidor de la Universidad Loyola de Chicago, sostiene que la operación "va a significar que en la mayor parte del país la gente va a pasar de tener cuatro grandes compañías para elegir a tener tres, si la fusión se aprueba".
Este acuerdo será revisado por la Comisión Federal de Comunicaciones y también por la División Antimonopolio del Departamento de Justicia; este último en particular va a examinar si la competencia y los consumidores pueden ser afectados por esta fusión
Spencer Weller, Universidad Loyola de Chicago
En diálogo con BBC Mundo explica que "esto aumenta las posibilidades de que la competencia pueda resultar afectada, que los precios puedan aumentar y que las opciones de elección del usuario puedan disminuir".
Para Waller, uno de los motivos de preocupación es que "si bien T-Mobile con el 10 o 12%, no tiene una gran porción de mercado; es vista como un competidor vigoroso a menudo con precios más bajos que AT&T, Verizon y otras compañías".
En ese sentido agrega que "si se la saca del mercado, existe la preocupación de que los precios aumenten y las opciones se reduzcan".
La cuestión que se plantea es si la fusión "va a permitir obtener ventajas como la reducción de costos con la consecuente rebaja de precios y, a la vez, estar seguros de que las posibilidades de elección de los consumidores no se van a reducir notablemente", explica William Shughart investigador de The Independent Institute y docente de la Universidad de Misisipi.
Según le dijo Shughart a BBC Mundo, las autoridades tratarán de ver que "en cada área del mercado, los consumidores tengan al menos dos opciones para servicios de telefonía celular" y la cuestión es saber si "podrán identificar los estados o zonas geográficas donde la fusión puede reducir a uno el número de opciones".
Un largo proceso
Tras el anuncio de la adquisición se inicia ahora un proceso que concluirá con la autorización o el rechazo de la compra, cuya duración se estima en un año.
"Este acuerdo será revisado por la Comisión Federal de Comunicaciones y también por la División Antimonopolio del Departamento de Justicia; este último en particular va a examinar si la competencia y los consumidores pueden ser afectados por esta fusión", explica Waller.
Aunque no puede predecir el resultado, sostiene que "el gobierno es muy cuidadoso cuando un 30 o 40% del mercado queda concentrado en una sola firma".
Otra de las cosas que las autoridades tendrán que evaluar es "si la fusión puede producir mayor eficiencia o incorporar nuevas tecnologías que beneficien al consumidor y entonces al final habrá que hacer un balance".
Ese parece ser uno de los argumentos que AT&T presentará a las autoridades.
En ese sentido Randall Stephenson, director ejecutivo de la compañía, se mostró confiado y anunció que la fusión permitirá mejorar la calidad de la cobertura a partir de la incorporación de más antenas para telefonía celular.
En declaraciones a la prensa, Stephenson agregó que con la combinación de AT&T y T-Mobile ampliarán el acceso a banda ancha a través de conexiones inalámbricas en zonas rurales, un objetivo que –según los analistas- es impulsado por la Comisión Federal de Comunicaciones.
Aunque el final está abierto, el mercado celebró el anuncio con significativos aumentos en la cotización de las acciones de las compañías involucradas.
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