Por Aude Lagorce
Hace apenas tres años, los compradores de teléfonos celulares se concentraban en los megapíxeles, la duración de la batería y la resolución de la pantalla. Luego Apple Inc. lanzó el iPhone y Google Inc. lanzó el sistema operativo Android. Hoy, el enfoque ha cambiado a funciones definidas por el software: aplicaciones, interfaz, navegación web e email.
Este nuevo orden, en el que la manufactura y escala de distribución han pasado a un segundo plano frente a los avances de software, se ve en toda su magnitud en el Congreso Mundial de Telefonía, la mayor reunión anual de la industria que se lleva a cabo en Barcelona.
Nokia Corp. el principal representante de la vieja guardia, ni siquiera tiene un puesto en el evento, aunque su presidente ejecutivo Stephen Elop dará un discurso.
Mientras tanto, la nueva estrella de los dispositivos con Android, HTC Corp., cuya marca saltó a la visa de los consumidores en 2010 gracias a su aparato Desire, ocupará un amplio espacio de exhibición y competirá con Samsung Electronics Co. Ltd., Sony Ericsson y Motorola Mobility Holdings por la atención de los visitantes.
Apple, como siempre, estará ausente, prefiriendo presentar sus nuevos teléfonos en sus propios eventos.
El Congreso Mundial de Telefonía seguirá siendo un evento concentrado en los productos, pero se le dará menos atención a la forma de los aparatos y más énfasis a las habilidades de los aparatos.
Además, varios discursos y seminarios estarán dedicados a las aplicaciones, desde cómo hacerlas y cómo lograr que generen ganancias hasta cómo hacer que sean útiles para el sector médico.
La atención que se le presta a las aplicaciones va de la mano con la popularidad del iPhone, pero el cambio también refleja el meteórico ascenso de Android.
Aunque en la conferencia del año pasado Android fue ampliamente comentado, la industria aún no había visto un teléfono verdaderamente exitoso con el sistema operativo de Google. Los primeros aparatos con Android, lanzados a finales de 2008 y en 2009, nunca ganaron suficiente tracción, pero Google siguió trabajando en la plataforma.
Sus esfuerzos finalmente dieron fruto a mediados de 2010, cuando el Droid de Motorola, el Desire de HTC y el Xperia X10 de Sony Ericsson se convirtieron en éxitos.
Para finales de ese año, más de 300.000 teléfonos con Android estaban siendo activados al día, aumentando la participación del sistema operativo de 5% a finales de 2009 a 30%.
En el cuarto trimestre, Android se convirtió en el principal sistema operativo para teléfonos inteligentes del mundo, por delante de Symbian de Nokia, indicó la firma de investigación Canalys.
Por supuesto, el ascenso de Android está creando una nueva ola de ganadores y perdedores en el mercado.
Entre los ganadores se encuentran Motorola y Sony Ericsson—la empresa conjunta entre Sony Corp. y la sueca Telefon AB L.M Ericsson —los cuales han restaurado sus márgenes de ganancia y regresado a la rentabilidad gracias a sus apuestas por Android.
Entre los perdedores están las empresas que integran software y hardware, como Nokia y Research in Motion Ltd., los fabricantes de BlackBerry, quienes han pasado apuros para actualizar sus sistemas operativos para ofrecer la misma experiencia de usuario.
Los fabricantes asiáticos, por su parte, han resultado ser bastante pragmáticos. Samsung, que por cierto tiempo apoyó a cuatro sistemas operativos diferentes, incluyendo el suyo propio, poco a poco y en silencio ha concentrado sus esfuerzos en Android a lo largo de los últimos meses, al punto en el que casi el 80% de sus teléfonos cuentan con este sistema.
No obstante, otro fabricante asiático es el que más se ha beneficiado del éxito de Android: la taiwanesa HTC.
En menos de dos años, el estatus de la compañía se ha disparado, junto a su reconocimiento de marca. En 2010 sus envíos se más que doblaron, a cerca de 25 millones de unidades. También se cree que se convertirá en un líder en teléfonos con tecnología 4G en EE.UU.
El ejemplo de HTC, puede dar un falso consuelo a otros fabricantes como LG Electronics Co., Huawei Technologies Co. y ZTE Corp., que ahora están lanzando sus propios teléfonos con Android.
"El número de fabricantes que tienen los recursos de ingeniería de software para ofrecer una diferenciación lo suficientemente importante en Android es pequeño y reduciéndose cada día", advirtió Geoff Blaber, analista de la consultora británica CCS Insight.
Eso quizás sea exactamente lo que Google quiere. "Ellos han creado mucha competencia, le están dando a los fabricantes la flexibilidad para ofrecer sistemas ajustados a sus aparatos, pero en realidad los están empujando inteligentemente hacia una experiencia muy controlada por Google en el futuro", dijo Blaber.
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