Reducir la experiencia de internet a casi la mínima expresión, unos pocos botones fácilmente identificables. Eso es lo que se propone una ONG británica con su proyecto Internet Buttons.
Consiste en la personalización de una página de inicio que es guardada en una dirección electrónica para que se pueda acceder desde cualquier computadora. En ella aparecen unos pocos botones con enlaces a los servicios de mayor interés del usuario principiante: correo, buscador, navegador de internet y servicios de videoconferencia.
Tiene "muchas barras de ayuda, trucos y consejos para explicar cómo usarlo y cómo aprovechar mejor la experiencia en la web", asegura la ONG.
Su objetivo es hacerlo sencillo, mucho, de cara a facilitar la "alfabetización digital" de quienes se sienten abrumados por una avalancha de imágenes, logos y vínculos en sus primeras incursiones en internet.
Sin embargo, no es una propuesta exenta de polémica: dentro del mundo del diseño también hay quien cree que "la solución no es estupidizar el medio", como por ejemplo el diseñador y programador Miguel Ripoll.
Los servicios del proyecto de Internet Buttons ya están siendo empleados por organizaciones y asociaciones que buscan la integración digital de quienes hasta ahora veían excluidos.
De momento, en el Reino Unido ya son varias las instituciones que trabajan para que personas de la tercera edad también puedan disfrutar de las ventajas de la red. Pero también hay entidades enfocadas en introducir a los niños.
Rompiendo el hielo
Niega no sólo la individualidad y la innovación, sino que reduce al público al mínimo común denominador
Miguel Ripoll, diseñador y programador
Como le explicó a BBC Mundo Jordi Galobart, del departamento de experiencia de usuario de la consultora Grupo Intercom, "el primer shock que tienen los usuarios con internet es frustrante".
"Enseñándoles unos pocos servicios básicos y que puedan identificar y acceder de forma fácil a los servicios es de gran ayuda", añadió Galobart. Es que, como resalta el experto, "la simplificación de los elementos es crucial para centrar el foco".
"Es como un cajero automático, que no muestra todas la opciones que da el banco en un principio, sólo unas pocas".
Para Galobart, iniciativas de este tenor pueden ayudar "a romper el miedo inicial de los usuarios para que más adelante se aventuren a navegar sin ayudas".
Fórmula "reaccionaria"
Pero no todo son parabienes ante una iniciativa como ésta. El experto informático Miguel Ripoll, diseñador y programador, considera "nefasta" y hasta "reaccionaria" la fórmula, porque "niega no sólo la individualidad y la innovación, sino que reduce al público al mínimo común denominador".
"Le niega la capacidad de aprendizaje y por consiguiente la posibilidad de desarrollar su inteligencia. Es la típica propuesta de 'informáticos' carentes de formación humanística o de perspectiva histórica, una tendencia profundamente reaccionaria", le dijo Ripoll a BBC Mundo.
"El ser humano, desde el principio de los tiempos, ha tenido una pulsión constante por comunicar visualmente su conocimiento de la realidad (lo que podríamos llamar "arte"). El concepto de belleza es único e inherente a la raza humana. La belleza no es un concepto estético, sino un precepto moral".
"El diseño consiste en una propuesta de un individuo (el diseñador) a un público. El diseñador dice: 'yo veo el mundo así'. El público recibe esta propuesta y la procesa en su imaginación para luego aceptarla o rechazarla. Se establece un diálogo en evolución constante. Si negamos ese diálogo, estamos negando la humanidad".
Para el diseñador y programador, Internet Buttons "va totalmente en contra del progreso y de la innovación; se disfraza de propuesta innovadora cuando lo que es directamente ludista", dijo Ripoll en referencia al ludismo, el movimiento obrero que en el siglo XIX destruía las máquinas de vapor.
"Muchos aprenden. Otros no aprenderán nunca, ni aunque se les pongan botones de medio metro de alto con colorines horribles".
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