miércoles, 9 de febrero de 2011

El origen de la sirena de Starbucks quizás no sea tan mágico como aseguran sus fundadores

Por Christopher Shea

Si usted quiere oír la versión corporativa de por qué Starbucks borró hace poco el anillo verde de su logo —y, de hecho, la palabra Starbucks— puede escuchar a Howard Schultz, el presidente ejecutivo de la empresa, cuando explica con gran seriedad, en un video promocional, por qué la "esencia de la experiencia Starbucks" en el siglo XXI es reflejada de mejor forma por... una sirena sin adornos.

Pero no hace mucho, antes del replanteo de marca, el autor del blog Got Medieval, un estudiante de posgrado universitario en estudios medievales en la universidad de Yale, detectó "algo extraño" respecto a la sirena, en particular sobre las historias que estaba contando Starbucks sobre ella. Él plantea el problema de forma vivaz.

"La siguiente es la historia oficial del logo de Starbucks, como figura en la página de Preguntas y Respuestas de Starbucks.com".

[Starbucks]

"Cuando buscábamos un logo para Starbucks en 1971, queríamos capturar la tradición de navegación de los primeros comerciantes de café. [...] Sacamos viejos libros de marineros hasta que encontramos un logo basado en un viejo grabado en madera, nórdico del siglo XVI: una sirena de dos colas dentro de un círculo formado por el nombre original de la tienda, 'Starbucks Coffee, Tea, and Spice'."

Y la misma historia, un poco adornada, figura en el libro de 1997 del cofundador de la empresa Howard Schultz, llamado "Pour Your Heart into It: How Starbucks Build a Company One Cup at a Time", donde se cuenta así:

"[El otro fundador de Starbucks] Terry [Heckler] también sacó viejos libros marinos hasta que pensó en un logo basado en un viejo grabado nórdico, del siglo XVI en madera: una sirena de dos colas, en medio de un círculo con el nombre original de la tienda, Starbucks, Tea, and Spice. Se suponía que esa primera sirena, con los pechos descubiertos y que parecía sacada de un cuadro de Rubens, era tan seductora como el mismo café."

El blog Got Medieval escribe, apuntado directo al blanco: "Ahora bien, hay un problema con este cuentito prolijo del origen: no existe un grabado en madera nórdico del siglo XVI".

Presenta la evidencia para esta conclusión, con muchos detalles, antes de resumirlo así:

"Si los estudios medievales nos enseñan algo, es ser extra cuidadosos con las historias sobre orígenes. De la misma forma en que casi sin dudas no hubo un refugiado troyano con el conveniente nombre de Bruto que fundó Gran Bretaña (ni un Turkus Turquía, ni Francus Francia), ninguna espada en la roca que eligió a un galés como el rey de toda Inglaterra, ninguna donación otorgada por el Emperador Constantino de todo su poder terrenal al Papa católico, ni ninguna mujer llamada Melusina con cuerpo de serpiente de la cintura para abajo que cambiaba de forma para acostarse con el Conde de Anjou, casi sin dudas no hubo ningún "grabado en madera nórdica del siglo XVI" que flotara cerca de Seattle en 1971. Es mucho más probable que tres empresarios y aficionados al café que buscaban un símbolo para su nueva tienda de café en Pike Place Market tomaran la edición estadounidense del Diccionario de Símbolos, que, casualmente, fue publicado por primera vez ese año, 1971. Pero la urgencia por borrar los rastros y hacerlos más inspiradores de lo que eran es simplemente irresistible cuando se trata de los orígenes propios.

Si su interés en cosas relacionadas a Starbucks tiene sus límites, lea el texto del blog de todos modos por sus entretenidas excursiones en la simbología de las sirenas. ¿No está contento de que haya hoy en día gente que puede aparecer y decir, con total confianza, "no existe un grabado en madera nórdica del siglo XVI"?.

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