Hay un nuevo grupo de mercados emergentes, que siguiendo los pasos de los conocidos BRIC (Brasil, Rusia, India y China), está ganando atención últimamente. Los llamados CIVETS -Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica- están considerados hoy en día mercados atractivos debido a la diversificación de sus economías, al rápido crecimiento de sus poblaciones y el posible logro de generosos rendimientos en el futuro.
Alejados geográficamente y con unas estructuras culturales, religiosas y políticas muy heterogéneas, los CIVETS muestran un potencial de desarrollo veloz y prometen recompensar a aquellos que estén dispuestos a correr el riesgo de invertir en mercados emergentes diferentes a los más consolidados como los BRIC, dicen los especialistas.
Los BRIC fueron bautizados con ese nombre hace diez años por Jim O'Neill, por aquél entonces economista-jefe de Goldman Sachs. El banco prevé ahora que el PIB combinado de los BRIC supere al PIB de EEUU en 2018. Estos países también deberían representar un 50% de la economía mundial en 2020. Los CIVETS deben su acrónimo a Economist Intelligence Unit (EIU), cuyas previsiones indican que esos países crecerán a una tasa anual del 4,5% durante los próximos 20 años. Ese porcentaje sólo está un poco por debajo de la media del 4,9% prevista por el EIU para los BRIC, y muy por encima del 1,8% previsto para los países más ricos del mundo, es decir, los miembros del G7.
Según una reciente investigación de Knowledge@Wharton y la empresa de comunicaciones globales Fleishman-Hillard, la mayor parte de los ejecutivos de empresas, inversores y líderes empresariales se mostraron interesados en hacer negocios con las multinacionales de los CIVETS. Los entrevistados dijeron que los principales atractivos de esos países son la mano de obra barata, los bajos costes de producción y el crecimiento de los mercados internos. Respecto a los puntos débiles, se mencionaron la inestabilidad política, la corrupción, la falta de transparencia y de infraestructura, así como empresas nacionales sin mucha reputación o dueñas de marcas poco conocidas.
Según Witold Henisz, profesor de Gestión de Wharton, aunque haya un total de 150 mercados emergentes en todo el mundo, un nombre atractivo y un nuevo enfoque pueden dar a las multinacionales y a los inversores un incentivo mayor a la hora de analizar países menos conocidos. "Un acrónimo es una simplificación, pero llama la atención sobre las oportunidades de crecimiento en los mercados en rápida expansión en el exterior y que necesitan ser comprendidos por los ejecutivos", dice.
La investigación de Knowledge@Wharton/Fleishman-Hillard, en la que fueron entrevistados 153 líderes de empresas y negocios, constató un nivel diferente de entusiasmo respecto a los CIVETS. Cuando se preguntó a los entrevistados cuáles de los seis países presentaban "un volumen mayor de oportunidades" o "algún tipo de oportunidad", un 86% citaron a Indonesia seguido por Sudáfrica (un 84%), Turquía (un 82%), Vietnam (un 77%), Egipto (un 61%) y Colombia (un 56%). Un grupo significativo de entrevistados (un 42%) prevé que en 2020 los CIVETS representarán el mismo nivel de oportunidades que los BRIC en la economía global.
Cuando se les compara con los BRIC, los CIVETS presentan dimensiones mucho menores. Indonesia es, por mucho, el mayor con una población de 242,9 millones seguido de Vietnam, con 89,5 millones, Egipto (80 millones), Turquía (77 millones) y Colombia (44 millones). Rusia, por su parte, tiene una población de 139 millones, Brasil, 201 millones, India, 1.200 millones y China, 1.300 millones.
"Mercados sin explorar"
Henisz dice que el tamaño es una de las razones por las que la decisión de invertir en los CIVETS no es tan clara como en el caso de los BRIC. Una empresa occidental tal vez esté dispuesta a tolerar algunos pasos en falso en China, ya que el retorno esperado, dadas las dimensiones del país, podrá ser sustancial. Entrar en un país de los CIVETS, sin embargo, es una decisión estratégica más complicada, dice, y ciertamente se verá acompañada de una presión por obtener resultados a corto plazo, a diferencia de lo que ocurre en países mayores, donde las empresas están dispuestas a insistir más. "China tiene una importancia estratégica tan grande que si las cosas no fueran bien el primer año eso no sería motivo para desistir. No se puede decir lo mismo, por ejemplo, de Colombia, puesto que las empresas no perciben al país como un objetivo estratégico".
Mauro Guillen, profesor de Gestión de Wharton, cita otra diferencia importante entre los dos bloques. A diferencia de China, Brasil, India y otros mercados emergentes como México, los CIVETS no cuentan con empresas multinacionales consolidadas que sirvan de plataforma para impulsar el desarrollo económico, aunque eso pueda suceder en el futuro. "Lo que convierte al grupo de los BRIC en especial es que los países no son sólo grandes, sino que también tienen empresas propias destinadas a ejercer un papel muy importante fuera de sus países", dice.
El EIU reconoce que los CIVETS no tienen el mismo poder económico que los BRIC para "reorganizar el orden económico mundial"; además, su PIB combinado representará sólo 1/5 del PIB combinado de los países del G7 en 2030. Los CIVETS son, por lo tanto, mercados emergentes de segunda línea que cuentan con sistemas financieros relativamente sofisticados, donde no hay riesgo de descontrol inflacionario, de déficits sustanciales en cuenta corriente o en la deuda pública, según datos del EIU."Los mercados emergentes son siempre arriesgados", advierte Guillén. "Pero, ya que hay riesgos, la probabilidad es que haya retornos generosos para quienes actúen con inteligencia. No es un juego fácil, pero no deja de ser interesante".
Romeo Dator, gestor de porfolio de la tejana Global Investors, especializada en mercados emergentes y recursos naturales, dice que el único país de los CIVETS en que su empresa ha invertido es Indonesia. Según Bloomberg, el retorno total de las inversiones hechas en el país fue del 57% el año pasado. Los otros, dice Dator, todavía son demasiado pequeños para hacer inversiones financieras de gran tamaño que exigen mayor liquidez. Los BRIC, dice, aún están lejos de ser países maduros, y los CIVETS "son prácticamente mercados sin explorar, un escalón por debajo de los mercados emergentes en lo que se refiere al tamaño". ¿Cuándo pasa a ser "emergente" un país? Dator da una indicación: "Cuando comienzan a aparecer ETF [fondos cotizados] asociados a esos países, eso significa que ya despiertan una cierta atención y que vale la pena observarlos mejor".
Michael Geoghegan, consejero delegado de HSBC, es un entusiasta de los CIVETS. En un discurso pronunciado en la Cámara de Comercio Americana en Hong Kong, el año pasado, él destacó: "Cualquier empresa que tenga ambición global debe actuar ahora en relación a esos mercados. En el mundo actual, nadie puede darse al lujo de esperar para hacer negocios. Tenemos que ir dónde están los negocios".
Cada uno de los CIVETS representa una oportunidad y un riesgo, según explican los analistas de mercados emergentes y los profesores de Wharton:
Colombia: Después de años de guerras intensas contra el narcotráfico, Colombia continúa siendo un mercado pequeño, pero siempre ha sido una economía dinámica con industrias importantes, como la de flores frescas, petróleo y café, entre otras.
Indonesia: El mayor país de los CIVETS, tiene una población enorme y dispersa y ya cuenta con inversiones de EEUU, China y Japón, pero la estabilidad política y social continúa siendo incierta.
Vietnam: Alternativa a la mano de obra barata de China, el país tiene planes ambiciosos de crecimiento económico, a pesar de tener un Gobierno comunista.
Egipto: Aunque Egipto tenga una población próspera y con buen nivel de educación en las ciudades del Valle del Nilo, buena parte del país continúa siendo pobre. La deuda de Egipto es elevada (un 80% del PIB) y el futuro político del Gobierno de Hosni Mubarak es incierto. El país también puede enfrentarse a revueltas religiosas.
Turquía: El país no es un buen destino para las fábricas, ya que los costes allí son altos. Continúa siendo un centro regional prometedor que se ha beneficiado de relativa estabilidad y de los lazos que mantienen con Occidente en una región del mundo volátil. Su entrada en la Unión Europea sería un factor positivo más, dicen los especialistas; sin embargo, una posible revuelta religiosa puede comprometer sus perspectivas económicas.
Sudáfrica: A pesar de problemas como el desempleo y el VIH/SIDA, tiene empresas fuertes, una infraestructura de negocios bien desarrollada y puede servir de puerta de acceso al sur del continente.
Henisz destaca que además de los puntos fuertes internos, Turquía, Indonesia y Sudáfrica cuentan con empresas sólidas que pueden convertir a esos países en especialmente interesantes para empresas o inversores que busquen mayor impulso fuera de las fronteras de un país. "Ellos podrían ser una plataforma para los inversores, tal y como fue Irlanda para Europa", dice Henisz, añadiendo que esos países también podrían ser una oportunidad de "aprendizaje inverso" en lo que concierne a la estrategia de negocios en sus respectivas regiones (contrariamente al modelo tradicional que aplica la metodología de las empresas occidentales a los mercados extranjeros).
Resistiendo a la generalización
Según los resultados de la investigación, los entrevistados consideran que los factores de mayor importancia para que las empresas procedentes de los CIVETS puedan competir en la economía mundial son: el valor de sus productos y servicios (un 75%); el crecimiento del PIB (un 74%); la situación financiera (un 53%); los productos o servicios innovadores (un 45%) y la identificación de sus marcas fuera de los respectivos países (un 28%).
Los entrevistados señalaron también los puntos fuertes y débiles de las multinacionales de los CIVETS respecto al mercado mundial. Para un 85% de ellos, las empresas necesitan mayor visibilidad para conquistar el respeto de las principales empresas de EEUU y de Europa. A continuación, para un 67% de los entrevistados, a esas empresas les falta la transparencia necesaria y el gobierno corporativo adecuado para competir en el plano internacional; un 66% dijo que las empresas no tienen el conocimiento necesario en el área de políticas o negocios públicos para enfrentarse a la competencia; un 64% dijo que las empresas no tienen capacidades de marketing y de marca para tener éxito en el mercado global; un 52% cree que las multinacionales de los CIVETS no disponen de recursos de comunicación para tener éxito en el mercado mundial y, finalmente, un 51% considera que esas empresas son limitadas en su raciocinio global.
La investigación exploró también qué factores tomaban en cuenta en un CIVETS para determinar su potencial en igualdad de condiciones con uno o más BRIC. La respuesta más común fue: estabilidad política. Según Franklin Allen, profesor de Finanzas de Wharton, los países CIVETS son tan diferentes que es difícil generalizar cuando el asunto es la política. Él cita la desigualdad de renta, el fundamentalismo religioso y la volatilidad de la región como cuestiones a tomar en cuenta cuando se evalúen las inversiones en esos mercados. "Es preciso analizar con cuidado la cuestión política en cada uno de esos países".
La época en que los inversores extranjeros tenían que temer la nacionalización de los activos casi pertenece por completo al pasado, aunque los gobiernos extranjeros aún representen un riesgo para los proyectos de inversiones, quizás mediante una carga tributaria pesada o a través de la regulación. "Son pocos los países cuyos gobiernos creen que deban ser los dueños de los medios de producción. Por eso no creemos que el riesgo político sea grave, pero me sorprendería si desapareciera para siempre", añade Allen. "Puede adquirir otras formas. Los problemas de deuda de los gobiernos pueden conllevar una tributación más pesada, aunque yo creo que aún falta mucho para que eso suceda".
En 2005, O'Neill, de Goldman Sachs, creó un nuevo concepto para la próxima generación de mercados emergentes: los "Próximos 11", o "N11", constituidos por cuatro de los CIVETS y otros siete países. O'Neill, actual presidente de asset management de Goldman Sachs, destaca que Colombia y Sudáfrica no han sido incluidos en el N11 porque el tamaño de su población restringe su capacidad de crecimiento en grandes mercados. "El grupo N11 incluiría también Bangladesh, Pakistán, Filipinas, Corea del Sur, Irán, Nigeria y México, y esos 11 serían un grupo más heterogéneo y atractivo", dice O'Neill.
La EIU, por su parte, ha limitado la lista. Nigeria, según la empresa de investigaciones, depende demasiado de las commodities. Las relaciones políticas e internacionales de Irán son muy inestables. Filipinas —conocida como "la eterna aspirante"— también padece un escenario político frágil e inestable, según la EIU. La inestabilidad política también rodea a Tailandia, y los problemas de seguridad de Pakistán son graves. Bangladesh, por su parte, es demasiado pobre y vulnerable a los efectos del cambio climático. O'Neill planea publicar un estudio este mes elevando a México, Corea del Sur, Indonesia y Turquía, además de los BRIC, a la condición de "Mercados de Crecimiento". La EIU dejó México y Corea fuera de la lista porque se trata de países considerados exitosos y no presentaban ninguna novedad para los inversores.
Los profesores de Wharton destacan que Rusia, que continúa siendo dependiente de recursos naturales y experimenta inestabilidad política, no puede ser equiparada a otros BRIC de mayor éxito. Pero Henisz dice que Rusia es un ejemplo de lo que puede suceder en cualquier mercado emergente. Él dice que en cinco o diez años, uno o más de los países CIVETS se quedará atrás. "No sé quien, pero uno o dos se quedarán fuera", dice.
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