Por JOANN S. LUBLIN y SPENCER E. ANTE
Hay una lucha de poder en curso en Silicon Valley. ¿Qué está en juego? El poder mismo.
Durante los últimos dos años, unas de las firmas más influyentes de inversión de capital de riesgo pusieron patas para arriba las reglas habituales del rubro. Andreessen Horowitz les dice a fundadores de empresas que prefiere que los fundadores tengan participaciones controladoras, reconociendo que podrán resistir mejor la distracción externa y concentrarse en fabricar grandes productos.
La firma —con US$2.700 millones en sus arcas e invirtió en Facebook Inc., Zynga Inc. y Groupon Inc.— naturalmente ganó el apoyo de los emprendedores. Uno de sus abanderados es Jason Goldberg, el cofundador y presidente ejecutivo del minorista de diseño en línea Fab.com Inc., que recaudó US$40 millones en una ronda de inversión encabezada por Andreessen en diciembre.
Pero el enfoque de Andreessen también deja de manifiesta una división en Silicon Valley, donde un grupo de emprendedores jóvenes y relativamente sin reputación han mantenido el control de sus empresas de rápido crecimiento. Por ahora, los inversionistas de riesgo están relativamente contentos con esa dinámica, ya que han ganado grandes cantidades de dinero. La preocupación creciente es que esa estrategia les deje pocas opciones a los inversionistas si un presidente ejecutivo con mucho poder pierde el rumbo.
Craig Walker, cofundador y presidente ejecutivo de Firespotter Labs, una incubadora de empresas tecnológicas, afirmó que le parece que no es natural otorgarle tanto poder de voto a un ejecutivo. "Por ese motivo hay una junta directiva", explica Walker. "Ambos ganamos si trabajamos juntos".
En los primeros días de la inversión de capital de riesgo, cuando el dinero era escaso, los emprendedores a menudo cedían el control de sus empresas a cambio de recibir sus primeras inversiones. En 1957, el fabricante de computadoras Digital Equipment Corp. cedió 70% de la empresa a American Research & Development Corp. a cambio de US$70.000 en capital de riesgo y un préstamo de US$30.000 de la firma de inversión.
Durante el auge de Internet de los años 90, el enorme flujo de dinero ayudó a los fundadores a mantener el control desde el comienzo en la evolución de una empresa, pero los fundadores y presidentes ejecutivos sin control de los votos a menudo fueron reemplazados por un gerente profesional antes de una salida a bolsa.
Esta vez, los emprendedores de tecnología están siendo más firmes. Facebook salió a bolsa en mayo con dos clases de acciones que le dan al fundador y presidente ejecutivo Mark Zuckerberg alrededor de 57% del poder de voto aunque sólo posee 28% de las acciones. Zynga salió a bolsa en diciembre último con tres clases de acciones. Groupon realizó su oferta pública inicial de acciones en noviembre con dos clases de acciones.
Google Inc. inició la tendencia actual al adoptar una estructura de clase doble antes de su salida a bolsa en 2004. Los fundadores Larry Page y Sergey Brin y el presidente ejecutivo del directorio Eric Schmidt ahora controlan casi 66% del poder de voto. El mes pasado, la empresa obtuvo la aprobación de los accionistas para crear una tercera clase de acciones, sin derecho a voto.
Mark Siegel, director gerente de la firma de capital de riesgo Menlo Ventures, que ha administrado más de US$4.000 millones desde 1976, afirmó que es cuestión de oferta y demanda. Hay tanto dinero detrás de buenos negocios que los fundadores pueden imponer mejores términos, indicó.
A veces tiene sentido aislar a los emprendedores de la presión de ganar dinero mientras construyen sus productos, sostuvo Siegel. Pero agregó que el péndulo ha oscilado demasiado lejos, lo que dificulta cambiar a un presidente ejecutivo que no funciona, de ser necesario para el bien de la empresa.
"Por eso hay un directorio", señaló. "La mayoría de la gente quiere saber que la gerencia debe rendir cuentas".
La inversión de capital de riesgo se está convirtiendo cada vez más en un negocio donde el ganador se lleva todo, y las 10 firmas más destacadas recaudaron 69% de los fondos en la primera mitad de 2012, según Dow Jones VentureSource, que al igual que The Wall Street Journal es propiedad de News Corp.
Cuando buscan nuevas inversiones, los fundadores negocian el control y el valor que se le otorga a sus compañías. Andreessen Horowitz ha llegado a la cima de las firmas de capital privado desde su debut en 2009 en parte por ser generosa en ambos frentes.
Marc Andreessen, socio general de la firma Andreessen Horowitz, afirma que alientan a todas sus empresas a establecer una estructura de acciones de dos clases al salir a bolsa.
Andreessen dice que solía ver las cosas de otra manera. Netscape y Opsware, que él ayudó a fundar, salieron a bolsa con estructuras de una sola clase de acción en 1995 y 2001 respectivamente. No obstante, el ascenso de los fondos de cobertura, la presión de los vendedores al descubierto y el riesgo de adquisiciones hostiles que interrumpan el avance de la empresa cambiaron gradualmente su manera de pensar.
"No es seguro salir a bolsa en estos días sin una estructura dual de acciones", dice Andreessen. Cuando Andreessen Horowitz invierte en una tecnológica dirigida por su fundador, "me siento mejor si otro inversionista no puede derrocar a esa persona", dice Ben Horowitz, co fundador del fondo.
Los críticos admiten esa visión, pero también advierten que esa estructura aísla a la gerencia de una forma que podría perjudicar a los accionistas en momentos clave como compras de empresas, cuando los intereses de los ejecutivos y los inversionistas podría no estar alineados del todo.
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