Por JESSICA E. VASCELLARO
A menudo, Apple Inc. espera el momento oportuno antes de zambullirse en los mercados tecnológicos en desarrollo, lo que explica por qué se mantiene en gran medida al margen de las guerras de pago móvil.
El pago móvil es un nuevo campo de batalla en la industria inalámbrica, y las empresas luchan por ofrecer a los consumidores una manera de pagar sus compras mediante sus teléfonos inteligentes en lugar de hacerlo con sus billeteras. Se prevé que las transacciones de pago móvil superen los US$600.000 millones en todo el mundo para 2016, según la firma de investigación de mercado Gartner Inc., frente a los US$172.000 millones de este año.
Google Inc. presentó el año pasado su servicio Google Wallet, que les permite a algunos usuarios pagar sus cuentas tan sólo sosteniendo sus teléfonos Android frente a pequeñas terminales ubicadas junto a las cajas registradoras de las tiendas. Un grupo de proveedores de servicios inalámbricos está implementando un servicio similar, llamado Isis.
Microsoft Corp. informó el mes pasado que lanzaría un nuevo servicio de monedero digital que almacena información de tarjetas de crédito y otros datos de pago móvil.
Sin embargo, la entrada de Apple es bastante menos ambiciosa.
El mes último, presentó un servicio llamado Passbook que reúne tarjetas de fidelización, tickets y cupones. Pero Passbook, que Apple lanzará este año, llamó la atención por lo que no hace: no se puede vincular directamente a tarjetas de crédito o de débito, de manera que los consumidores no pueden utilizarlo para remplazar a sus billeteras.
Mantenerse a la retaguardia de los pagos móviles fue una estrategia deliberada, resultado de una profunda discusión el año pasado. Algunos ingenieros de Apple abogaron por un enfoque más agresivo que integrara los pagos de manera más directa.
Sin embargo, los ejecutivos de Apple eligieron por el momento el enfoque sereno. Una portavoz de la compañía prefirió no hacer comentarios sobre el proceso de toma de decisiones.
El director de marketing de Apple a nivel mundial, Paul Schiller, dijo el mes pasado en una entrevista que los servicios de pago móvil del monedero digital "están todos luchando por una porción del pastel, pero nosotros [por Apple] no estamos haciendo eso".
Un vistazo al interior del proceso de toma decisiones de Apple sobre los pagos móviles ofrece una ventana al enfoque de ver y esperar de la compañía que suele adoptar ante los nuevos mercados. Aunque Apple ha revolucionado una cantidad de industrias —desde la música hasta los teléfonos móviles—, a menudo no es pionera, ya que elige esperar a que otros resuelvan las complicaciones de un mercado.
"Apple siembre es un cómodo número dos", dice Gene Munster, analista de Piper Jaffray, citando como ejemplos sus ingresos relativamente tardíos en los mercados de reproductores de MP3, teléfonos inteligentes y tabletas. "Dejaron que sus competidores hicieran su investigación de mercado para ellos".
El enfoque pone a los competidores y socios, desde empresas de medios a minoristas, en la posición de tratar de anticipar los movimientos de la empresa más valiosa del mundo.
Conforme se intensifica la competencia en el mercado de los teléfonos inteligentes, Apple podría quedar en una situación vulnerable. Sin embargo, el mercado es lo suficientemente incipiente como para que Apple se pueda permitir el lujo de tomarse su tiempo, dice Nick Holland, analista senior de Yankee Group.
Al igual que otros observadores de la industria, desde analistas hasta rivales y profesionales de la seguridad, Holland prevé que Apple haga su aparición alegremente una vez que los consumidores se sientan cómodos reemplazando sus billeteras con sus teléfonos móviles.
Apple parecería tener una ventaja en el terreno del pago móvil. La empresa ha vendido más de 200 millones de iPhones y tiene unos 400 millones de cuentas de tarjetas de crédito registradas en su tienda iTunes.
El año pasado, ingenieros y ejecutivos de Apple consideraron enfoques más enérgicos para explotar esa ventaja cuando comenzó en serio el debate sobre el mercado al interior de la compañía. Más o menos al mismo tiempo, Google presentó su sistema de pago de Android.
Un pequeño grupo comenzó a investigar si la empresa debía crear un nuevo servicio que integrara varios métodos de pago en el iPhone o desarrollar una red de pago propia, de acuerdo con personas cercanas al asunto.
Scott Forstall, que dirige el área de software del iPhone, estaba interesado en la idea, dicen las fuentes, y los ingenieros de su equipo comenzaron a pensar ideas para desarrollar una "aplicación de billetera" integral.
Sin embargo, más tarde el equipo comenzó a reducir sus ambiciones. Los ingenieros discutieron la posibilidad de una aplicación de software para móviles que ofreciera a los usuarios el acceso a tarjetas de pago, junto con cupones, en un solo lugar, y que recomendara cuál método debería ser usado para cada compra, de acuerdo con las fuentes.
En tanto, la división de hardware del iPhone ya había estudiado tecnologías para los pagos inalámbricos, incluyendo una versión de conexiones Bluetooth que requieren menos energía y comunicación de campo cercano, conocida como NFC (por sus siglas en inglés), según varias personas al tanto.
La tecnología NFC les permite a los usuarios tocar con sus teléfonos terminales ubicadas junto a las cajas registradoras para pagar. Google Wallet usa esta tecnología y Microsoft también la tiene en sus planes.
Los empleados de Apple patentaron algunas ideas de NFC pero les preocupa que esa tecnología no sea lo suficientemente segura y saber si podrán incorporar el chip necesario y una nueva antena sin afectar significativamente la duración de la batería del iPhone. Los ejecutivos también se mostraban receloso sobre la lenta adopción del NFC entre los minoristas, que según predicen los analistas no la adoptarán en forma significativa hasta dentro de tres o cuatro años.
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