Por RON WINSLOW
La convergencia de la genómica, marcada por la rápida caída del costo de secuenciar el código genético de una persona, y la tecnología inalámbrica, con su ola de aplicaciones innovadoras para la medicina, ha llevado a Eric Topol a escribir The Creative Destruction of Medicine (algo así como La creativa destrucción de la medicina). El libro ofrece una perspectiva ilustrativa sobre la digitalización de la medicina, pero también nos recuerda que pese a que el sector es uno de los principales impulsores de la innovación, tiene una cultura conservadora que sufre el embate de cambios transformativos.
A continuación, extractos de una entrevista a Topol, jefe de medicina cardiovascular de la Clínica Cleveland.
WSJ: Empecemos por el título. "Destrucción creativa" es un término provocativo. ¿Qué necesita ser destruido?
Topol: Hay dos niveles. Uno es que en la medicina, todo lo que hacemos es prácticamente en el nivel de la población. Ya sea un examen masivo o dar el mismo medicamento a todas las personas con un diagnóstico particular, esto no reconoce la individualidad. Pienso que es fundamentalmente erróneo. Ahora tenemos las herramientas para hacerlo mucho mejor.
El otro es este mundo análogo de la medicina en el que vivimos. El campo ha resistido una infraestructura digital realmente notable al enésimo grado. No ha adoptado la genómica, los biosensores inalámbricos o representaciones ópticas que podrían utilizarse para hacer más precisa la medicina. O las redes sociales. El mundo digital ha estado en una órbita separada de nuestro capullo médico, y es hora de derribar las fronteras.
WSJ: ¿Cuáles son las herramientas que desafían al status quo?
Topol: La capacidad de secuenciar el genoma humano está finalmente haciendo una diferencia, pero va mucho más allá de eso. Al aplicar los biosensores al cuerpo, podemos medir cualquier métrica fisiológica —presión sanguínea, glucosa, concentración de oxígeno en la sangre— y enviar los datos de forma inalámbrica a través de teléfonos inteligentes a los doctores. Eso significa que uno tiene esta vista panorámica de alta definición y relativamente completa de un paciente que los doctores pueden usar para evaluar y controlar una enfermedad, y que los pacientes pueden usar para mantener su salud y dirigir su propio cuidado.
Esa es la esencia de digitalizar un ser humano. Para propósitos médicos, es obtener todos los datos esenciales, y será la información para transformar radicalmente el futuro de la medicina. Muchas de estas cosas podrían ser adaptadas hoy.
WSJ: ¿Cuál es el rol del teléfono inteligente?
Topol: Todos estamos conectados quirúrgicamente a nuestros teléfonos inteligentes y aún no nos damos cuenta de todo su potencial médico. Pero deberían ser una amenaza real para la profesión médica.
Se puede añadir un componente a un teléfono inteligente que realiza una refracción ocular y luego textea (la receta) para hacer sus gafas. Si es optómetra, eso podría preocuparle. O podría escanear su lesión de la piel y recibir un mensaje de texto enseguida que le avise que no hay nada de qué preocuparse. Si es dermatólogo, esa es una gran parte de su práctica. Podrá tomar una secuencia de ADN en un puerto USB y meterlo en su teléfono inteligente y obtener datos de él. La lista es larga.
WSJ: ¿Cómo usarían los doctores y los pacientes estas herramientas en la práctica?
Topol: Digamos que quiere prevenir que un niño tenga un ataque de asma. Sabría genómicamente de su secuencia de ADN que está predispuesto a tener asma. Entonces aplicaría un biosensor que podría ser usado para detectar los signos tempranos de un ataque de asma y enviar datos al doctor a través de un teléfono inteligente antes de que ocurriera. Luego podrían utilizarse medicamentos para prevenir un ataque de asma. Usando la secuencia de ADN, las drogas se harían coincidir con la base biológica del niño para el asma, prediciendo la reacción y la ausencia de efectos secundarios significativos.
WSJ: ¿Cómo serán las citas médicas?
Topol: Si el paciente tiene presión alta o problemas de azúcar, podría suministrar sus datos de manera electrónica antes o durante la visita. En un futuro, las citas no serán en persona sino por Skype y otros enlaces con video.
WSJ: ¿Cuáles son los obstáculos para hacer la transición a este nuevo mundo?
Topol: Un problema central es la profesión médica. El tiempo promedio que se requiere para que una innovación importante se convierta en una práctica estándar son 17 años. Un artículo de The Wall Street Journal decía que 62% de los doctores no usaban e-mail con sus pacientes. Por favor, eso es resistencia. El hecho de que los consumidores tendrán esta capacidad de estar digitalizados —su secuencia genómica, sus pruebas de laboratorio— en sus teléfonos y sus redes sociales transformará la forma en que los doctores interactúan con los pacientes.
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